Las declaraciones de "aspirantes" de derecha y de delincuentes detenidos o autoexiliados más que preocupar, dan pena ajena. No comprenden que no tienen nada que buscar en esta nueva Venezuela. Tampoco, que no son más que peones ineficientes de un imperio que los usa, pero realmente no los necesita. A diferencia de ellos, los capos del capital están claros sobre lo que ocurre y sobre lo que pretenden que ocurra en Venezuela y en la región.
Lo que si preocupa son las declaraciones de Karen Bettez Halnon, profesora de la Universidad de Pensilvania detenida por expresar durante un vuelo su desacuerdo con la actitud de su país contra el nuestro. PHD en sociología y especializada en las intervenciones del imperialismo estadounidense en América Latina, afirmó: "Los EE.UU. le han declarado la guerra a Venezuela. Y eso significa la agresión militar"
De manera muy distinta, también son preocupantes las declaraciones de jóvenes de la oposición que banalizan lo que está ocurriendo o, al igual que unas muchachas entrevistadas por VTV, aceptan con naturalidad una posible intervención militar de los EEUU. Lamentablemente, mientras la mayoría de nuestra juventud está movilizada en defensa de nuestra soberanía e independencia, una porción más o menos significativa de muchachas y muchachos no es capaz de darse cuenta de lo que sucede en su entorno ni de las implicaciones del decreto de OBAMA.
Estos muchachos no entienden de intereses nacionales y se vanaglorian de ser apolíticos porque consideran que la política ajena y es sucia. Viven en un mundo paralelo a la realidad, creado por los agentes encargados de imponer la hegemonía de eso que llaman la "civilización occidental", y llevado a extremos delirantes por las trasnacionales de la comunicación y el divertimento.
Es urgente contrarrestar el envenenamiento intelectual y espiritual de esa juventud porque de ellas y ellos depende también el futuro del país. Hay que encontrar la manera de ampliarles la mirada, de brindarles información veraz sobre Venezuela y el mundo. No se trata de imponerles un punto de vista. Se trata de despertarlos para procurar que decisiones trascendentales para la vida de todos los venezolanos sean tomadas consciente y responsablemente.
