Ella lleva ya tres días buscando carne o pollo pues en su casa se consumió todo.
Es chavista y firmó contra el decreto de Obama. Daría la vida por defender su Patria; siempre votó por Chávez y después por Maduro. Y antes de Chávez y Maduro por los candidatos y/o las fórmulas de izquierda o parecidos a la izquierda.
Cree en esta Revolución porque la considera lo más cercano a eso que su padre, un viejo comunista educador, le enseñó desde el hogar junto a sus hermanos, que también eran comunistas. Su madre, católica, apostólica y...llanera (no romana), estaba en minoría pero apoyaba a esos comunistas porque así es el corazón de una mujer. Luego ella misma se inscribió en la Juventud Comunista, de la mano de su hermano y en tiempos de verdadera resistencia, cuando el Partido Comunista estaba "inhabilitado" por la democracia de los adecos, y más nunca tuvo ni ojos ni convicción por ningún otro partido. Por eso cuando ganó Chávez creyó alcanzar la utopía y luego cuando Evo Morales triunfó en Bolivia consideró que ya no había utopías porque esas dos victorias hacían realidad un viejo sueño y ¿qué cosa hay más parecida a la utopía que un viejo sueño hecho realidad?...
Por eso no le importa mucho que algunos productos no se consigan ahora en Venezuela. Por ejemplo el tinte para el cabello (pues ya las canas son inocultables) y eso es por el fastidio de que en este país todas, a veces, quieren ser o parecerse a una "miss", sin embrago recuerda a Marx y su concepto de la mercancía y aquello del valor de uso y el valor de cambio y se le pasa. Piensa en Marx y le pregunta en silencio ¿cuándo es que el proletariado hará polvo a la burguesía y al capitalismo (porque el imperialismo es la fase superior del capitalismo)? ¿no será que ellos ya nos hicieron polvo a nosotros?...
Recuerda las representaciones sociales que (la flor no sabe que es bella, simplemente está allí, pero el hombre va, la corta y la vende por ser bella y tu la compras porque necesitas algo bello) le han obligado a permanecer bella e inalterable en el tiempo, con una edad indescifrable para muchos, y al reflexionar sabe que ha sido víctima de eso, del mercado y de las necesidades creadas, no de las reales...Igual ha pasado con los labiales, el "colorete" o "blush on", el "rimmel", los perfumes (ahhh los perfumes) y las cremas antiarrugas (algunos no se consiguen pero los que se consiguen son inalcanzables por el precio). "Mejor asumir la edad de una buena vez" se dice mientras el espejo le devuelve una imagen todavía "aceptable" y acorde con las exigencias sociales. Entonces se olvida de todo eso y desvía su interés hacia las cosas que de verdad son imprescindibles, indispensables, hacia las cosas que importan como por ejemplo la comida...El viacrucis ya lleva varios días: no hay pollo pero sí pavo (insípido y tan ajeno a ella); no hay carne molida pero sí "desechos de carne" o "carne de segunda" buena para sopa, según le ha dicho el carnicero (siempre ha dicho "soy mala pobre" y no compra aquello)...Ella no come nada del mar (por culpa de una espina que en su niñez le jugó una mala pasada). Adonde llega pregunta "Señor, ¿hay carne o pollo?" y la respuesta siempre es la misma: "vino ayer...Pero voló". "Y por casualidad, ¿habrá jabón para lavar?" pregunta con verdadera ansiedad en lo ojos pues en casa están críticos en eso de lavar la ropa, pero la respuesta es la misma: "vino ayer...Pero voló". En su búsqueda recurre a varios mercados (a pié porque el carro tiene meses dañado), abastos, bodegas. esta vez quiere saber: "Señor, ¿no sabe si hay café?" Y la respuesta: "vino ayer..Pero voló". Sale de allí convencida de que Don Rodrigo Manrique tenía razón: "todo tiempo pasado fue mejor". Está molesta consigo misma porque, efectivamente, había pensado venir ayer pero entre una cosa y la otra se le pasó...Ha ido al Bicentenario los viernes porque por el terminal de su número de cédula le toca los viernes. La última vez preguntó a una señora que se dedicaba a poner en perfecto orden cientos de potes de yogurt (no hay leche pero hay yogurt; no hay papel tualet pero hay servilletas; no hay carne pero hay chuletas ahumadas; no hay pollo pero hay pavo): ¿Oiga, no sabe cuándo traerán el papel tualet? y la señora le respondió sin mirarla: "vino ayer...pero voló". Ha visto, impotente, cómo los motorizados llegan por docenas a los supermercados a llevárselo todo para "bachaquearlo" más adelante y vender los productos al dobre, al triple al mil por ciento más. No sabe qué diablos pasa con la llamada "Sundde" ni por qué el "super" Andrés Eloy Méndez, prometió acabar con las colas y las colas siguen; ni con los decomisos enormes cuyas fotos ve a diario en la prensa pues a sus manos no han llegado esos productos rescatados. Ha visto, impotente, cómo los funcionarios de la GNB dejan pasar al mismo motorizado una y otra vez al supermercado y lo dejan salir cargado de productos también una y otra vez. Lo vio y lo denunció por tuiter aquel día que llegó papel tualet y café a la Central Madeirense y ella estaba en la cola...Pero nada pasó...
Regresó, entonces, a casa meditabunda, con una decepción en nada parecida a la de Mrs. Jacobson, y mientras recibía el abrazo protector de alguien muy querido, recordó a Fray Luis de León, quien acostumbraba iniciar sus clases con un "Como decíamos ayer..." Y un día lo pusieron preso y estuvo cinco años en la cárcel. Cuando salió en libertad y volvió a las aulas inició su clase con esa misma frase: "Como decíamos ayer..." para olvidar el pasado y demostrar que esos años de cárcel y de sufrimiento no le habían hecho mella...Ella también quisiera olvidar estos tiempos y poder decirle a sus estudiantes: "como decíamos ayer...", ya saben, para retomar la historia bonita de la última clase.