Son las 2.21 de la madrugada de este lunes 27 de marzo que apenas comienza y yo no puedo dormir pensando en usted. Llueve en Maracaibo y las gotas que caen en mi ventana me acompañan a hacer estas reflexiones en voz alta.
En los últimos tiempos se me han quedado en el “tintero” algunas reflexiones como la designación de Arias Cárdenas o la propuesta de secesionismo aquí en el Zulia, pero el tiempo “ ese tigre que nos consume” me lo han impedido, pero con esta circunstancia ( o mejor trascendencia) llamada Jorge Rodríguez, presidente del CNE, no quiero que ocurra igual.
Recientemente me llegó un correo anunciando que se estaba fraguando un nuevo atentado contra este proceso y que no dejáramos de ver la rueda de prensa que usted tenía prevista para el viernes, si mal no recuerdo. Así, más por curiosidad que por otra cosa, sintonicé VTV y no pude evitar un grito de asombro y de rechazo cuando usted declaraba que no se postularía de nuevo para el CNE. Pensé miles de cosas, los lobby que no se hicieron, los que hicieron por usted, las zancadillas, las triquiñuelas, etc.
Sin embargo, si algo aprendí de su gestión en todo este tiempo era verlo sortear con dignidad y valentía todos esos charcos de la infamia. Qué había pasado que ahora había decido no saltarlo, qué ocurrió que no podamos conocer los que hemos defendido a capa y espada su gestión, el sistema electoral venezolano, nuestro voto electrónico, orgullo y referencia permanente de un instrumento que facilitó la normalización de este país, crispado desde antes del 2002 y que tuvo su climax en el paro y en la huelga petrolera?
Y más allá (o más acá?) está su historia, su historia personal ligada a la historia de más de uno. Hace rato que me digo que usted no se “ manda solo”. No señor. Hace mucho rato, porque usted es hijo de alguien que sin militar en el mismo partido, lo hacíamos en la misma causa y por ello, denunciamos su crimen con vehemencia y lo lloramos hasta el infinito.
Usted no se manda solo, porque hace rato la suerte de este proceso esta ligado a la transparencia y confiablidad del sistema electoral que usted ayudó a depurar y hacer transparente. Porque hace rato la suerte de la mayoría de los venezolanos que hemos hecho de este proceso nuestra diástole y nuestra sístole, está ligado a una elecciones hechas con precisión y esmero, ayudados por las tecnologías, lo cual lo ha convertido en referencia permanente en el resto del mundo, en especial en el latinoamericano.
Soy una curiosa de las TIC y he investigado algo sobre el e-voto, la importancia que este instrumento ha tenido en la consolidación de la democracia venezolana y como expresión de la voluntad de las mayorías. El tiempo record en la presentación de los resultados, la tranquilidad y confianza que eso ha generado en el país y en buena parte del mundo que nos siguen con ojo avizor, justifican plenamente su uso (http://www.voltairenet.org/article130301.html)
Pero en realidad, no era de aspectos técnicos que quería hablar. Quiero hablarle a usted y a su corazón. Quiero decirle que no puede dejarnos desguarnecidos y desguarnecidas a quines hemos confiado en usted y en su gestión. En usted y en su compromiso, que no es sólo el suyo, en él se va el de su padre y de toda esa historia que ese nombre convoca e invoca.
¿Qué quiero decirle en definitiva? Que por favor acepte la postulación que cientos de grupos, de venezolanos de a pie queremos hacerle para que se postule de nuevo ante el Poder Electoral. Es mucho pedir? Considero que no. Más se le ha pedido a este pueblo y ha respondido y resistido.
Confiando en su corazón y en su compromiso, espero que esta carta llegué a donde tiene que llegar, me despido con un poeta que aprendí a querer y respetar a través de usted, Gustavo Pereira.
“ El tiempo más largo es el de la duda
El más breve el de la certeza
Si entregamos el corazón todo padecimiento acoge
Su sino sangriento
Pero en el tiempo haya su rosa disecada
Darlo todo o ser infelices
He allí el dilema”
¡ Que los dioses le den sabiduría!
