Para mí es muy doloroso escribir este artículo, no quería hacerlo pero no tengo de otra, me mata la indignación de no poderlo decir, camaradas se acabo, lo venía diciendo primero nos asesinaron a Hugo Chávez, un hombre indeclinable, luego acabar con su proyecto revolucionario en expansión por todo el continente. Resulta que el Presidente Raúl Castro ha llamado al Presidente Obama hombre honesto, desde la visión cubana actual un mundo mejor capitalista es posible en socialismo.
La Revolución Bolivariana ha sido derrotada, la salvación de la humanidad de repente descansa en las grandes potencias, no en los pueblos valientes que luchan por su emancipación, ya no depende la libertad y la justicia de los hombres y mujeres valientes que han sido capaces de entregarlo todo por el proyecto humano, ya no, ahora todo depende del hombre honesto Obama, nada más y nada menos dicho esto por el actual presidente de la heroica Cuba revolucionaria.
¿Será que nos traicionaron? Chávez se va extinguiendo poco a poco, resulta que ya no cabe en el nuevo tablero mundial más que como una fría estatua en las plazas públicas donde algunas que otra gente le recordara como un mártir, mas no como un triunfador, las elites del planeta planean exhibirlo como un trofeo de lo que les pasa a quienes se atreven a intentar cambiar las reglas del juego de este sistema injusto en el que vivimos.
Que pesada carga la del despertar, ya no mas patria o muerte, ni imperialismo, menos el viviremos y venceremos, nos cubre la noche de la esclavitud del capital, de las perversas elites que gobiernan el sistema. Cuanta tristeza, Dios mío!
Los pueblos no responden a la autoridad de los hombres y mujeres que les suelen gobernar, sino a la integridad y la verdad que predican con su accionar, mas allá de la claudicación de naciones al nuevo orden mundial, vive el verdadero ser humano que se divinizará luchando hasta alcanzar la victoria sobre los clubes perversos que gobiernan el planeta desde la codicia y la depravación espiritual.
En esta hora de soledad para los pueblos pobres del planeta se empezarán a medir los auténticos revolucionarios, los que miran el tablero mundial desde lejos, observando dos facciones que igual trabajan para el mismo amo. Se acabo, si es cierto, pero la mentira en la que nos tenían envueltos, la verdad nos hace libres como bien lo dijo Cristo, y es lo que ahora sucede.
Ahora a la humanidad luchadora y revolucionaria no la podrán controlar supuestos iconos a quienes le atribuimos una autoridad que cegó nuestra conciencia verdadera. Ya no más autoridad mesiánica, ya no mas ídolos con pies de barro, en esta hora excepcional que vivimos comienza la batalla del final de los tiempos, la guerra de los avatares reales, que de hecho están aquí encarnados en la tierra, preparados para enfrentar la oscuridad que nos ha gobernado por milenios y milenios.
Venceremos!