El sabelotodo es también supremo juez. De tiempo en tiempo dicta sentencias terminantes: Obama ganó la cumbre de Panamá; "la patria grande fragmentada y sin pensadores"; sólo hay tres: Fidel, Correa y García Linera, pero sin incidencia; "una insuperable lógica de gravitación económica-política" y la de "un caos determinístico" que conduce a un retorno al capitalismo; Cuba y las Farc en un callejón sin salida... "Maduro se tiene que ir". El bolivarianismo derrotado. El "monroeismo" triunfante es el futuro... Tal discurso derrotista, ¿cómo lo califica a Ud.?
Cuba vive un momento estelar. Con la paz las Farc progresarán. Miles de intelectuales colectivos que han surgido del pueblo están construyendo pensamiento desde el hacer. Claro, sin doctores que introducen la conciencia desde fuera. El vacío lo tiene Ud. Centenares de comunas y otras organizaciones populares acumulan importantes experiencias de propiedad y producción social y están trabajando por el encuentro y el compartir, no sólo en Venezuela. La labor diaria de Fidel y Correa también lo desmienten.
Ud. alaba a García Linera, uno de nuestros destacados intelectuales, pero lo hace para ignorar a Evo, agrediendo así a García Linera y al indio que ha colocado temas relevantes en la ONU y ha inaugurado un proceso multiétnico, multilíngüístico y multicultural, abriendo nuevos horizontes.
Con Maduro, Ud. tiene ¿un prejuicio clasista? No tolera que el autobusero tenga un papel protagónico y clave. Venezuela salió triunfante pues derrotó el objetivo imperial: que la libertad de los llamados "presos políticos" y la "violación" de los derechos humanos en Venezuela fuesen al menos, temas de debate en la cumbre. Venezuela no se propuso que la cumbre condenara a EEUU. El objetivo fue que se derrotara la calificación que la Orden Ejecutiva de Obama establece contra Venezuela: una amenaza a la seguridad de EEUU. Eso se logró. Obama tuvo que retractarse de lo que firmó e irrespetuosamente se retiró de la asamblea. La mayoría decisiva de los Estados calificó dicha orden como injerencista, violadora de la soberanía y en general, de la Carta de la ONU y de la OEA. Venezuela sabía y sabe que la Orden Ejecutiva no se derogará.
La guerra no convencional continuará, pero Venezuela desarticuló la operación que estaba montada. Una victoria política que puso a la oposición a la defensiva, cohesionó al chavismo y logró reunir a sectores no chavistas.