¿Usted ha intentado tomar una de esas costosas botellas de agua potable en los últimos días? ¿Las ha conseguido? ¿Saborizada? ¿Convertida en refresco, malta o cualquier otra bebida mimetizadora? ¿En qué presentación la consiguió? ¿Botellón? ¿Litro y medio? ¿Cuartico? Pero... ¿La consiguió?
La guerra económica desatada contra Venezuela, contra su pueblo, contra la Revolución Bolivariana y Chavista, contra el gobierno que preside nuestro camarada Nicolás Maduro, ahora la emprende el imperio estadounidense, contra nosotros, escondiendo el agua. Desapareciendo el agua potable en tiempos de sequía, de recalentamiento global, de "verano" temporal.
No hay un solo rincón donde haya negocios de venta de bebidas de cualquier tipo, en los que en este momento se consiga agua. ¿Se secaron los manantiales? ¿Las embotelladoras rompieron todos sus embases? ¿Colapsaron los grifos o las tuberías? NO. Nada de eso. No hay agua porque la cabrona decisión de las empresas que comercializan el agua de todas y todos, ahora están dedicadas a acompañar la guerra económica con la que se pretende destruir el progreso, la indepndencia, la libertad, la distribución equitativa, la soberanía, y la Patria socialista que nos enseñó nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez que debíamos lograr con esfuerzo colectivo, popular, comunal.
Esconder, acaparar, escacear el agua de consumo humano, embotellada bajo el eufemismo de "agua mineral", en estos tiempos de calor, de recalentamiento y de restricciones, voluntarias e impuestas, en el uso del agua por distribución nacional de acueductos, es una estrategia más del imperialismo, del Pentágono, del Departamento de Estado gringo, que quiere generar caos por cualquier parte.
El hecho es real, la estrategia imperial está al descubierto. ¿Quién se responsabiliza, de manera administrativa y penal de estos hechos? ¿Alguna autoridad gubernamental ha preguntado, visitado, investigado, las empresas embotelladoras de agua que hoy se niegan a ofrecer y distribuir el producto que nos quitan a los pueblos, para enriquecimento fácil de ellos? ¿Por qué no hay agua en supermercados, bodegas, refresquerías, bares, cafetines u otros sitios de expendios al detal?
Y mientras el agua desaparece, como parte de una misma estrategia destructiva, exterminadora, de guerra económica, aumenta el bachaqueo descarado.
Cerca de mi casa, en la bodeguita de la esquina, había café en polvo. Marca Fama de América, una empresa "socialista" que marca en sus empaques de medio quilo el precio justo promedio de 24 bolívares. Una paca de seis bolsas de medio quilo cada una, me las vendió el portugués bachaquero en Bs. 1.100. Es decir, a más del quíntuple del "precio justo" marcado en cada uno de los empaques.
Estoy hablando, por referencia de vecinos del sector ubicado en la Urbanización Valle Alto, Municipio Carrizal, estado Miranda (¡qué raro la entidad que carece de gobernador o que es un delincuente golposta!) del local identificado como "Supermercado Rosa Mística". Allí tampoco hay agua en ninguna presentación, pero hay café a precios de robo descarado. ¿Son inocentes? ¿Por qué y cómo los mecanismos de extorsión, acaparamiento, robo, usura y bachaqueo, inscritos dentro de los planes de guerra económica contra Venezuela, ya están esparcidos estratégicamente hasta esos niveles y sin que nada ni nadie les pueda controlar?
¿Será que la cercanía de las elecciones parlementarias establece planes fraudulentos y golpistas que enlazan todos estos signos de sospechosas características? El descontento social siempre ha capitalizado votos a favor de la oposición. Creo que la situación presente no es la excepción.
Escasez de agua, bachaqueo y elecciones parlamentarias parecen formar parte de una trilogía destructiva de la Revolución Bolivariana y Chavista. El enemigo no descansa... ¿y nosotros?.
