Es estos días leí un artículo de Clodovaldo Hernández titulado "Cambios ministeriales… ¿eficiencia o nada?" (pueden ubicarlo en: http://www.aporrea.org /actualidad/a207073.html ), el cual debería ser revisado especialmente por los jefes de cada uno de los poderes públicos que conforman al Estado Venezolano, pero muy especialmente por el presidente de la república, el compañero Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado cabello, las dos figuras que dirigen sin lugar a dudas, el proceso político que día a día amenaza naufragar amenazado no solo por sus enemigos naturales, sino por unos cuantos arribistas que desde dentro lo consumen y que paradójicamente parecen tener un escudo protector en los funcionarios antes citados.
Creo pertinente citar a Clodovaldo cuando dice "Está claro que el jefe de Estado tiene razones para que no le tiemble la mano a la hora de poner -por mencionar dos ejemplos- a una ingeniera hidráulica en el Ministerio de Comunicación e Información o a un abogado sin experiencia docente en el Ministerio de Educación."
Mas adelante agrega: "Cuando el ministro o la ministra no es especialista, el peso de la gestión recae, quiéranlo o no, en los viceministros y directores. Se configuran así las típicas situaciones de "el que sabe, sabe y el que no, es el jefe"
Así mismo reitera una triste realidad: "Los funcionarios estrella del gobierno rara vez desempeñan un solo cargo. Ni siquiera dos, sino tres o más al mismo tiempo. Y no es que tengan un cargo principal y se ocupen en sus ratos libres de asuntos de menor monta. No."
Luego señala: "Seis meses a un año es el promedio, estimado al ojo por ciento. Esto significa que la persona es removida justo cuando comienza a tomarle el paso al trabajo, exactamente en el momento cuando podría entrar en una fase de alto rendimiento."
Finalmente Hernández agrega: "En no pocos casos, esas salidas intempestivas no son un despido, sino un enroque, por lo que el funcionario termina yendo a otra responsabilidad, de la que probablemente tampoco sepa gran cosa, y debe comenzar de nuevo desde cero."
No es mi intención citar todo el escrito de este intelectual, sino al contrario, agregar un factor mas a la lista que él realizó. A este he decidido llamarle "el encamburamiento revolucionario", pues ya no se trata del simple enroque que Clodovaldo citaba (con los problemas que genera y que el acertadamente explicó), sino de la ACOSTUMBRADA designación de funcionarios que ya han probado ser absolutamente ineficientes, indolentes y hasta corruptos por decir lo menos.
Fíjense en este ejemplo: Maria Cristina Iglesias ha sido designada Jefa del Gobierno del Dtto. Capital, cuál fue el desempeño de esa señora al frente del ministerio del trabajo? Qué dejó (y no me vengan con el cuento de "dejó la LOT", porque eso fue preocupación casi exclusiva de Chávez, que de vaina pudo dejarnos la ley antes de morir). No me equivoco al afirmar que la llave que hicieron Jorge Rodríguez y Jackeline Farías dio resultados palpables y luego con Ernesto Villegas hubo la impresión de continuidad, pero de verdad no existen argumentos para esperar que tal cosa pueda repetirse con Iglesias.
Y no es que tenga ganar de cargar contra esta señora, se conoce que participó de alguna manera en los sacrificios antes y al inicio de la Revolución, pero su opaca gestión de verdad nubla tales hazañas, si es que realmente las hubo.
Finalmente uno acaba preguntándose si realmente no existe la posibilidad de que la dirección de la Revolución pueda ser asumida por gente realmente comprometida, por revolucionarios que dejen de transarse ante las cuatro lochas con que el gran capital los compra.