Qué importante y novedoso que en nuestra televisión estatal surja un Programa que implique tomar en cuenta a la familia como tal, sobre todo, si quien lo conducirá es la primera Combatiente Cilia Flores. El Programa en cuestión, según he visto en la promoción que se hace del mismo, se llama: "ConCilia en Familia", el cual surge en un momento en que la familia, considerada como la base de la sociedad, está deteriorada moralmente. Pues, existe, actualmente, una especie de "Sálvese quien pueda" en donde la familia en vez de ser un grupo homogéneo, está llena de mezquindades, en la cual cada miembro de la misma, individualmente, satisface sus necesidades sin ningún tipo de miramientos cuando el problema lo presenta otro miembro.
Antes, el problema de un familiar era de toda la familia, había solidaridad, hoy el problema es solo de quien lo sufre. Ya no existe la compasión. El corazón ya no entiende de querencias familiares. Se ayuda si existe algún interés de por medio. La solidaridad está desapareciendo. El dinero se ha hecho más importante y, el nexo se mantiene en teoría. En esta época en la que los hijos le pegan a los padres; en que los hermanos se pelean a muerte, no puede hablarse de la familia como la base de la sociedad, sin embargo, cuando la familia cumpla nuevamente su verdadero rol, la sociedad se verá fortalecida.
En definitiva, la unión se rompe. Se acaba el afecto. Se agota la institución familiar. Ya no es como antes, ahora la guerra está dentro de la familia. Así es imposible mejorar la sociedad. Corresponde a la familia misma, a las autoridades morales de este país, el afrontar esta situación que tiene tiempo observándose. Sostengo que, el Estado a través de sus instituciones de carácter social debe trazarse planes que vayan hacia la recuperación de la armonía familiar. La iglesia, como institución fundamental de alta credibilidad, también debería cumplir su papel conciliador y transcender a la comunidad de acuerdo a los lineamientos que tiene el Vaticano al respecto. Algo debe hacerse, pero ya. La desintegración avanza como un virus, el remedio debe buscarse de inmediato.
En base a lo descrito, creo que el programa referido al inicio de este artículo, debe tener entre sus propósitos, llamar a la reflexión familiar y, concienciar a la familia respecto al comportamiento en sociedad, la crianza de los hijos, la convivencia familiar, el papel responsable de cada integrante, la recuperación de valores tan importantes como la solidaridad y el afecto, entre otras posibilidades.
Sinceramente, este programa debería mantenerse en el aire, de la misma forma que un "Alo Presidente" o Un "Contacto con Maduro" pero sin perder la brújula, respecto a los propósitos planteados con el mismo, en relación a recuperar la institución familiar que tanta falta hace, para mejorar la sociedad.