De buena fuente conocemos algunos detalles y el espíritu que anima a la actual Junta Directiva de Pdvsa y a su presidente Eulogio del Pino, así como también a la máxima dirigencia sindical petrolera, quienes como el camarada Wills Rangel participan junto a representantes de RRHH, en las actuales discusiones de la contratación colectiva petrolera (CCP- 2015-2017).
Muy lejos quedaron aquellas discusiones peseteras y locheras que protagonizaron aquellos supuestos representantes de los trabajadores, quienes recibían línea de la CTV y también de dirigentes sindicales quienes eran juez y parte, porque pensaban más en su cargo como directivos de la industria y en sus prebendas, a la hora de asumir posiciones no muy dignas y justas por la defensa de los intereses de los trabajadores petroleros.
No queremos entrar en detalles de la actual discusión contractual, por respeto a quienes de buena fe participan en ella y además, porque confiamos en revolucionarios, quienes saben que no deben privar viejas mañas y menos oscuras negociaciones las cuales caracterizaron a las viejas discusiones contractuales del pasado.
Uno de los aspectos que deben entrar en discusión del actual Contrato Colectivo Petrolero y el cual tiene antecedentes jurídicos muy conocidos por el actual ministro del Trabajo Jesús Martínez y el Presidente obrero Nicolás Maduro, es la incorporación de los jubilados en la mayoría de los contratos colectivos de las empresas del Estado y privadas de todo el país.
Las autoridades del actual gobierno Revolucionario con experiencia en materia laboral, la cual muy bien debió conocer en un pasado reciente el Comandante Supremo Hugo Chávez – también muchas veces engañado en estas lides laborales - los expertos saben muy bien que un trabajador jubilado no es un desecho, ni mucho menos es un ser humano que dejó de ser auténtico trabajador, por el sólo hecho de cumplir con las normas legales que establece la Constitución de la República Bolivariana en materia laboral; sobre todo, a través de sus leyes del Trabajo y de Pensionados y Jubilados del Estado. (Las cuales pueden ser superadas por cualquier Contratación Colectiva).
En el caso de la industria petrolera, la actual coyuntura histórica nos ha conducido a un momento cumbre para poder aclarar y hacer justicia, ante una situación la cual permanecía oculta y de manera hipócrita solapada para hacer creer a todos los venezolanos, que los trabajadores petroleros al jubilarse salían ricos y con todos los problemas resueltos para los últimos años de su vida.
Vaya mentira y adefesio el cual se ha mantenido en el tiempo y que hoy recobra contradicciones irreconciliables ante la actual guerra económica y de inflación inducida, nunca antes vivida en Venezuela y la cual nos arrincona gracias a la desfachatez y la inconciencia de una oposición anti patria y parasitaria.
Muchas son las realidades que se ocultan en la industria petrolera y las cuales por la euforia de una Pdvsa “roja rojita”, no se han querido asumir en diferentes órdenes de las actividades de la industria; dizque por el temor de no afectar al proceso revolucionario.
Este esquema negativo y escurridizo más bien lo que ha hecho hasta los actuales momentos, es hacerle más daño al proceso mismo por esconder viejas políticas de las transnacionales que se mantienen y las cuales, se escudaban a través de la meritocracia en el viejo esquema clasista de nóminas separadas (Ejecutiva, Mayor, Menor y tercerizados o contratados)
Hoy ante los nuevos tiempos y el avance de la Revolución Bolivariana, con un profundo sentido de reivindicación para la clase trabajadora, defendida a carta cabal por el propio Presidente Nicolás Maduro, los jubilados petroleros enarbolamos las banderas de la inclusión y exigimos se haga justicia en el actual Contrato Colectivo Petrolero 2015-2017.
Aspectos como la homologación, el retroactivo de prestaciones acumuladas y pendientes, el fondo de jubilados (atrapado en los EEUU) al cual debe hacérsele una auditoria (pendiente desde el 2002), el plan de vivienda para jubilados y la participación en la caja de ahorros con las mismas condiciones que los trabajadores activos, entre otros aspectos, deben ser puntos a ser revisados.
Como revolucionarios sabemos que los tiempos de la meritocracia quedaron enterrados después del paro petrolero y exigimos a la Revolución para que frene a quienes ahora camuflados como rojos rojitos, sigan impidiendo que se haga justicia a los jubilados de la industria petrolera.
En las discusiones del nuevo Contrato Colectivo Petrolero debe estar presente un representante de los jubilados (de la nueva AJIP) para luchar con los sindicatos revolucionarios por la nivelación del salario del trabajador jubilado; quien con esfuerzo y dedicación entregó parte de su vida a la industria y en la mayoría de los casos, puede seguir contribuyendo con su familia y con los cambios revolucionarios que reclama actualmente el país.
¡Unidad, lucha, batalla y victoria, también es nuestra consigna!... ¡Homologación ya!... ¡Venceremos!