- El campo de batalla es el cerebro y el alma de nuestro pueblo
- Sin éxitos palpables contra la guerra económica y la inseguridad no habrá victoria electoral. Los controles son insuficientes
- La "invasión" ya se produjo, y ya se ha dado un golpe de Estado
- Programa mínimo para derrotar a las fuerzas imperiales
- Pedagogía política y movilización permanente del pueblo
- La seguridad ciudadana y la victoria o la derrota
- La campaña electoral para discutir soluciones y ganar
- La corrupción como quinta columna que lo desbarata todo
- Política social, dádivas y elecciones
- La economía popular y los mercados no capitalistas, fuerzas decisivas para derrotar la guerra económica.
Redefinición del campo de batalla
La guerra contemporánea ha redefinido el campo de batalla. Por ejemplo, hoy la guerra es mundial y permanente con variantes en cada país; el centro no está sólo en el lugar donde los soldados se matan, sino en la complejidad de la guerra electrónica, cibernética, robótica, la acción terrorista de mercenarios, la acción desestabilizadora que crea caos, miedo, inseguridad, desabastecimiento... en la conversión de la vida cotidiana en un infierno, que destroce psicológicamente a las personas, que la vida sea desesperanza y desconfianza que mate la solidaridad y haga resurgir miedos antiguos y multiplique los presentes, cambiando todo por seguridad y protección mafiosa.
El campo de batalla es el cerebro y el alma de nuestro pueblo
La guerra es por el control de nuestro territorio, riquezas y población. El campo de batalla es el cerebro y el alma de nuestro pueblo para imponer valores y prácticas. Las del mercado del capital para tratar de derrotar la cooperación solidaria de los pueblos.
La oposición venía poniendo el acento en la violencia guarimbera como proceso hacia un golpe de Estado, magnicidio, etc. Pero, la desestabilización permanente va dando resultados destruyendo valores solidarios e imponiendo valores que estimulan la "viveza" criolla para enriquecerse imponiendo el fraude a la nación. En Hinterlaces de mayo aparece la tendencia hacia un estado socio-emocional negativo. Esa tendencia hacia la baja en el período marzo-mayo de este año es un dato muy serio que los dirigentes chavistas deben tomar muy en cuenta.
Aspectos del campo de batalla
La batalla se va dando en el terreno de la paz, la seguridad ciudadana, la solución de los problemas económicos, la ética y la movilización permanente del pueblo bolivariano para orientar y conducir a sus hermanos, bien estén en el chavismo descontento o en la oposición.
El estilo y el lenguaje serán claves, moderando el uso de adjetivos, evitando el insulto, hablándole a todo el pueblo.
Reitero que es imprescindible dialogar con la disidencia de izquierda. Antes que cerrar puertas, se debe abrir todas las puertas para que cualquier disidencia se mantenga dentro del campo de los procesos de cambio. El que se quiera ir no debe encontrar justificaciones por sectarismo o intolerancia. Se irá desnudo.
El pueblo chavista es diverso y eso no es un problema. Es una bendición. Sólo a los fascistas les molesta la diversidad, la persiguen y tratan de destruirla. Las soluciones dictatoriales son expeditivas, sencillas, tanto, que terminan siendo criminales. La diversidad ya es una adquisición del bolivarianismo. Cuando bolívar decretó la abolición de la esclavitud, hizo un reconocimiento a la diversidad y con la ayuda de Páez construyó un ejército libertador mestizo, libertario, igualitario. Zamora continuó esa tradición y el Presidente Chávez la ha consolidado y ha liderado lo que la derecha, con un profundo miedo ancestral a ese ejército mestizo, ha llamado al pueblo chavista, amante de la paz, pero peleón, rezongón y con vocación antioligárquica, "hordas" chavistas.
La oposición trata de encubrir las guarimbas con falsas movilizaciones por la paz
La última movilización opositora (30-5-15) parece indicar una separación temporal de la violencia guarimbera e ir hacia las elecciones parlamentarias induciendo más escasez, carestía, devaluación del bolívar y, especialmente, más inseguridad y caos. Habrá que esperar más robos, atracos, secuestros, asesinatos, raterías, crímenes horrendos... Violencia cuya responsabilidad, se dirá, es del Gobierno y será combinada con movilizaciones "pacíficas", huelgas de hambre, protestas callejeras... Esa "paz" para derrocar al gobierno bolivariano debe ser derrotada con un plan político orientado no sólo a ganar las elecciones sino al fortalecimiento del sujeto pueblo explotado en función de la lucha planetaria contra las fuerzas fascistas.
Sin éxitos palpables contra la guerra económica y la inseguridad no habrá victoria electoral. Los controles no son suficientes.
Frente a esa "paz" cargada de amenazas y de violencia hay que moralizar y galvanizar al pueblo y recuperar el nivel de iniciativa política que se tuvo cuando el enfrentamiento con Obama a propósito de la cumbre de Panamá.
Golpear la desestabilización con medidas que abaraten los precios, que derroten el contrabando, el acaparamiento, en fin, que liquiden la escasez inducida por el poder transnacional y sus agentes internos. Sin éxitos en estos campos es difícil derrotar expectativas negativas que se han venido conformando.
La "invasión" ya se produjo, ya se ha dado un golpe de Estado
Las mafias de narcoparamilitares asociadas a las mafias corruptas han suspendido garantías constitucionales y establecido un toque de queda.
Un poder fascista simultáneo con el poder del Estado se ha instalado y le va robando atribuciones al Estado. El Estado va perdiendo la capacidad para elaborar la política monetaria. El valor del dólar fluctúa al capricho de las mafias y el bolívar ha perdido cualidades esenciales de una moneda: como reserva de valor, medio de pago, estabilidad de su valor y aceptación general. Las mafias de la frontera colombiana le han arrebatado atribuciones al Banco Central de Venezuela y en esa medida hemos perdido soberanía monetaria.
Esto va teniendo severas consecuencias para el sostenimiento de nuestra soberanía financiera y nuestra soberanía fiscal. En la medida que el precio internacional del petróleo ha fluctuado siguiendo intereses geopolíticos de fuerzas imperiales, nuestra soberanía para la elaboración de la política petrolera está en peligro.
Tan grave como lo anterior, es que las mafias han suspendido, de hecho, el libre tránsito de las personas y han impuesto un toque de queda. Hay lugares por donde la gente no puede transitar y a partir de cierta hora de la noche la gente corre para su casa.
Espero estar equivocado con esta apreciación, pero ando en la calle, en transporte público y escucho las conversaciones de la gente. Tengo contacto con compañeros y grupos del interior todos militantes bolivarianos consecuentes. Igualmente, soy un leal servidor del presidente Maduro. No sólo eso: le tengo un profundo afecto personal. Yo sólo quiero que el triunfe y por eso tengo que serle franco. Si no es como estoy diciendo, mejor.
Creo que es el momento de repetir con Danton: audacia, más audacia, más audacia y con nuestro Presidente Chávez: unidad, unidad, unidad...
El precio de la gasolina y una política para ganar las elecciones y seguir siendo una nación soberana
El presidente Maduro ha llamado a no hablar más de eso y yo que soy disciplinado lo he acatado hasta ahora. Tengo deberes como venezolano con más de sesenta años de lucha por una revolución. No puedo vivir, no puedo dormir con lo que mi experiencia, lo que veo, lo que escucho, mis saberes, mi intuición me dicen. Luego, no tengo como decírselo personalmente al presidente. Siento que me estoy traicionando a mí mismo y a la gente que me tiene confianza.
Esto no se resuelve sólo con más controles. Como ya se ha dicho, es necesario incrementar la producción, garantizar que las transferencias de renta petrolera a los capitalistas no redunden en más especulación, más acumulación de capital y más pobreza y angustia para la gente; garantizar que los bienes subsidiados no salgan hacia Colombia y el Caribe sino hacia los hogares venezolanos.
El problema es cómo hacerlo. Esto no se logra sólo con controles y represión tal como se ha demostrado. La gente, me parece, tiene conciencia de que eso no es suficiente y alguna, creo, tiende a desencantarse.
Pienso que no se puede continuar sin tomar medidas esenciales en relación al precio de la gasolina, el tipo de cambio, la inflación y la escasez inducida.
Si se toman las medidas adecuadas en consulta con la población, eso no afectará los resultados electorales. Por el contrario, es la posibilidad cierta de ganar. Pero además de eso, de recomponer, fortalecer el espíritu de lucha de un pueblo que ha sido capaz de decir: "con hambre y desempleo yo con Chávez me resteo". Esa materialización de capitalismo e ideologización de otra manera que son las colas y todo el ambiente mafioso que las rodea, han ido despolitizando y politizando de otra manera.
Me atrevo a proponer un programa mínimo para ir resolviendo la crisis, ganar las elecciones y dar un salto en la revolución bolivariana.
Programa mínimo para derrotar a las fuerzas imperiales
1) Incrementar el precio de la gasolina hasta colocarlo en niveles internacionales.
2) Adaptar urgentemente todos los motores de los vehículos al funcionamiento con gas en lugar de utilizar gasolina como lo planteó el Presidente Chávez hace varios años.
3) Implementar un programa de subsidios directos que compense el incremento de los precios.
4) Incrementar significativamente los impuestos, particularmente a los bancos, que son el sector que más se ha beneficiado de la crisis. En general, a todos los que han especulado con el dólar, se han beneficiado del contrabando, con el acaparamiento, la escasez inducida, etc. El pueblo debe sentir que hay un castigo real y uno de los más efectivos y eficientes es por la vía de los impuestos.
5) Una disminución progresiva del IVA hasta reducirlo por lo menos a la mitad de lo que se cobra hoy. Esta disminución de ingresos al Estado se compensaría con el incremento de los impuestos a los que se han beneficiado de la crisis
6) Medidas efectivas de incautación y embargo de los bienes de los corruptos, de los que han facilitado la fuga de divisas, el contrabando, el acaparamiento, etc. Hay que pensar en serio el estudio de los procesos jurídicos que se deben emprender para embargar bienes en el extranjero, pues hay instrumentos internacionales como para intentarlo, lo que pone a prueba a gobiernos como el de Estados Unidos que ha sido cómplice de los corruptos de aquí asociados con los de allá
7) Hay que estudiar seriamente la Unificación del tipo de cambio. No la propongo formalmente, aun cuando es necesaria para enfrentar a los especuladores y a todo género de ladrones. Es una ficción que el dólar a Bs. 6.30 mantenga bajos los precios de alimentos y medicinas. Cotidianamente el pueblo sufre doblemente por los precios súper elevados y por la escasez. Este dólar es fundamentalmente un mecanismo de especulación y enriquecimiento de funcionarios y empresarios corruptos.
Simultáneamente deben revisarse los mecanismos de almacenamiento y distribución de alimentos y medicinas. Esta es una fuente de corrupción y distorsión de precios
8) En la medida que se contenga el contrabando, el acaparamiento y se vaya reduciendo la escasez inducida, también debe estudiarse un nuevo incremento salarial, no sólo del salario mínimo.
Pedagogía política y movilización permanente del pueblo
Estas políticas deben ser ampliamente informadas, explicadas y discutidas con el pueblo. Ellas, valientemente asumidas, pedagógicamente explicadas, castigados y despedidos de inmediato los funcionarios que han venido corrompiendo las medidas anteriores y lo van a intentar con estas, son mejores que la incertidumbre que existe en la actualidad influida entre otras cosas, por el contrabando desbordado, la anarquía con el tipo de cambio, la fijación arbitraria de los precios, que vienen alimentando corrientes fascistas, favoreciendo la conciencia individualista y egoísta, debilitando el espíritu de resistencia y sembrando escepticismo.
Creo que el pueblo va a entender, va a participar activamente, encontrará un camino para la acción y dicho debate y sus resultados lo movilizará y moralizará. Creo que es el camino para que vote por el chavismo en la medida que pueda distinguir la politiquería y demagogia de la oposición frente a la conducta transparente del gobierno planteando una discusión sustancial fundada en el más legítimo interés nacional.
Es posible que esta sea la primera vez que de la campaña electoral forme parte central un debate para definir el futuro de la patria. Tanto que en esa convocatoria al pueblo todo (trabajadores, estudiantes, artistas, pintores, actores, académicos, científicos, deportistas, profesionales), las propuestas gubernamentales puedan ser modificadas, es decir, el programa gubernamental puede ser modificado con la gente y convertirlo en un programa que le pertenezca a la calle, por el que sin duda la calle votaría. Estoy seguro de que ese experimento va a salir bien y que puede ser una de las victorias más significativas del chavismo unido a patriotas que no necesariamente sean militantes chavistas, pero sin duda militantes de la patria no sólo venezolana sino latinoamericana. El chavismo podría ir mutando conscientemente en una militancia por la humanidad, la naturaleza y el planeta todo, sin dejar de ser chavistas. Claro que esto es un sueño, pero realizable si creemos firmemente en su posibilidad y trabajamos fielmente por él. Tengo bases para creer que el Presidente Chávez iba cabalgando detrás de esa utopía.
La seguridad ciudadana y la victoria o la derrota
La tendencia mostrada por Hinterlaces (http://www.eljoropo.com/site/encuesta-hinterlaces-como-se-siente-el-venezolano-hoy/) debe ser revertida con acciones y resultados concretos, contundentes. Ya no hay tiempo, no caben ofrecimientos. La seguridad ciudadana es un aspecto extremadamente crítico y demanda más audacia, firmeza, unión, iniciativa y participación popular, más golpes certeros, decisivos, a las mafias.
La inseguridad también tiene un componente inducido. Si no se hace evidente la gente no lo va a creer. Aun cuando dada su relevancia lo he colocado en un punto aparte, este asunto también forma parte del programa mínimo.
La corrupción entre las fuerzas del orden público, su nivel de entrenamiento, su carácter popular y ciudadano, el tipo de entrenamiento que reciben, forman parte de este asunto.
Los rumores sobre supuestas alianzas con "pranes" que controlan cárceles e incluso edificios de la misión vivienda, que han ido reproduciendo mafias y redes de tráfico y microtráfico de drogas y en general, organizaciones delictivas, ¿serán aclarados?
El caos del tráfico, la acción de grupos de motorizados que violan toda regla de convivencia y practican diversos delitos, en relación a los cuales hay sospechas de que hay una seria infiltración del narcoparamilitarismo ¿no se va enfrentar con transparencia y decisión? No se puede permitir que por no solucionarse esta situación, se establezca una cultura discriminaría y fascista contra los motorizados. Pero la conducta de muchos de ellos es fascista. Sé que entre ellos hay muchos militantes revolucionarios. Pero ciertamente su accionar se ha convertido en un problema urbano que está siendo seriamente manipulado por la derecha y está provocando fuertes reacciones de la gente. Esto tiene que resolverse sin violencia y de acuerdo con los intereses colectivos del pueblo venezolano y uno de sus sectores que ha prestado muy importantes servicios a la comunidad, que son los motorizados. Los motorizados conscientes deben tomar la iniciativa.
¿Las bases de operaciones de narcoparamilitares en barrios y pueblos no van a ser destruidas o cierta impunidad será lo que se imponga?
La unidad civíco-militar-policial debe ser un objetivo, un instrumento y un proceso para el restablecimiento de la seguridad ciudadana. La participación del pueblo organizado y sus diversos colectivos (consejos comunales, comunas, grupos culturales, etc.) es vital para desmantelar las bandas de narcoparamilitares y restablecer la paz.
Particular mención merece el tema de las fronteras y la guerra que desde ellas se libra contra Venezuela, sus instituciones, su economía, el gobierno, y en general contra la patria bolivariana.
La seguridad y su proceso forma parte de la guerra de baja intensidad que se desarrolla contra nuestra nación y debe ser un componente como lo hemos señalado de la movilización y el debate electoral.
La campaña electoral y la crisis
Lo que definitivamente no puede ser nuestra campaña electoral es un torneo de zancadillas, peleas, ambiciones desatadas, marchas y contramarchas…
Tampoco son suficientes las caravanas, los mítines, la publicidad por los medios de comunicación, los discursos, los llamamientos por más encendidos que sean. Sólo si esas iniciativas forman parte de un proceso que facilite la comprensión de que estamos ante la discusión sobre temas conectados con el futuro de la patria y también de la humanidad. En un proceso como ese los ciudadanos participarán con fuerza y conciencia y ella podrá elevarse por encima de los temas carentes de interés patriótico.
Por supuesto, esto dependerá que las medidas se implementen correctamente y no queden en manos de funcionarios corruptos que las distorsionarán y debilitarán.
La manera como la oposición está conduciendo las cosas hacia la desestabilización, el enrarecimiento de la lucha política, los brotes de violencia, etc., nos pueden conducir hacia un enfrentamiento armado con la implicación de mercenarios y eventualmente con un mayor involucramiento de EEUU de las más diversas formas.
La movilización electoral no puede desvincularse de los serios problemas que vive el país. El pueblo y el pueblo chavista en particular entienden que vivimos una circunstancia crítica y peligrosa. Entonces, la movilización electoral no puede desenvolverse como si eso no está ocurriendo. Sería un servicio a la despolitización o mejor dicho, a la politización de otra manera. Por el contrario, los problemas que vivimos y las propuestas de soluciones, deben ser el centro, el motivo de la movilización electoral.
Creo que el pueblo está esperando este debate y que ello fortalecerá la credibilidad en el gobierno y muy especialmente en el presidente Maduro. Este debate, me parece, resulta imprescindible para la iniciativa popular y mover a los que dudan, incluso, los que se han neutralizado. Una vez más presidente Maduro, estamos con Ud. La audacia ha salvado a este proceso en reiteradas oportunidades. El pueblo lo va a acompañar.
La corrupción como quinta columna que lo desbarata todo
Este tema lo he abordado desde diversos ángulos, causas, consecuencias, etc. Sin un golpe sustantivo a este fenómeno, sus diversas redes que están infiltradas por todas partes, la victoria no sólo electoral sino política, es difícil. Quizás sea el factor más peligroso que acecha, seduce, traiciona, sabotea, desmoraliza, se alía con la derecha, empobrece, cultiva la ineficiencia y el burocratismo, lo distorsiona todo… No hay solución diferente que la transparencia, la destrucción y sanciones de las complicidades, el desenmascaramiento y el castigo sin piedad… Es como necesaria una acción de salud pública colectiva, Sin duda esta lucha animará la participación del pueblo en la campaña electoral.
Política social, dádivas y elecciones
He reiterado una y otra vez que no se debe hacer transferencias de naturaleza y trabajo humano (por ejemplo la misión vivienda), sin el necesario compromiso con la sociedad y la naturaleza, sin desarrollar conciencia de que es necesaria la retribución solidaria. Las consecuencias son graves. Por ahora no las voy a enumerar.
La dádiva le sirvió a la Cuarta República pues ella estuvo fundada en la exaltación de valores egoístas capitalistas. Pero si la política se funda en la solidaridad y en la construcción de un nuevo tejido social orientado a la edificación de un nuevo socialismo, la dádiva no es el camino. El Estado debe prácticar la solidaridad y las familias, las comunidades deben practicar la retribución solidaria, a los trabajadores, a la naturaleza, al planeta, que tiene que ver con un principio ecológico, el principio del retorno.
La experiencia ha demostrado cómo la dádiva es un factor político negativo, distorsiona la conciencia y fomenta valores capitalistas. En la campaña electoral esto debe abordarse y convertirse en un instrumento de pedagogía política que toque los resortes íntimos de la conciencia, los valores y nuestras responsabilidades ante la humanidad, la naturaleza y el planeta.
La economía popular y los mercados no capitalistas, fuerzas decisivas para derrotar la guerra económica.
Los huertos escolares, familiares, comunales; las empresas de propiedad y producción social, las cooperativas de producción, de ahorro y crédito, de consumo, la agricultura urbana y los mercados no capitalistas pueden in creando un tejido social que impulse definitivamente el nuevo socialismo. Este tema lo he desarrollado en un ensayo denominado Poder Mundial y Estrategias Económicas Desestabilizadoras, publicado por Aporrea y la página de la Red PatriaUrgente.
En el presente su desarrollo puede ser un arma muy importante contra la guerra económica y uno de los caminos para la construcción de una Venezuela productiva y socialista.