Según muchos especialistas, los latinoamericanos estamos construyendo un nuevo modelo para la región. El año 2006, es un año electoral para muchos países de América Latina y, en efecto, ya eligieron presidente y nuevos parlamentarios, Bolivia y Chile. Pronto lo harán Perú, Colombia, Ecuador, México y Venezuela. Como podemos ver, 2006 es un año con una intensa agenda electoral que da señales diversas respecto al rumbo de Latinoamérica. Y es que los cambios políticos y el realce de aspectos sociales en los gobiernos electos, han generado un nuevo panorama. Por ello, cabe preguntarse si en Latinoamérica existe hoy una nueva tendencia socialista.
Dando una mirada al panorama electoral de la región, vemos que las consecuencias del mal manejo económico, político y social de los gobiernos con tendencias capitalistas, han inclinado la balanza de las proyecciones electorales hacia la apertura de una nueva visión social, producto, a su vez, del agotamiento del modelo neoliberal, y al no haber dado solución a los problemas de crecimiento y desarrollo se han ampliado los índices de miseria y pobreza a nivel latinoamericano. Esto, ha marcado la diferencia en las distintas elecciones que se han llevado a cabo en América Latina, con una propensión que señala la identificación del electorado a la real transformación política, social y económica de los estilos de gobiernos, de manera que conlleven a la creación de nuevas y mejores oportunidades de desarrollo endógeno y sustentable para los países Latinoamericanos.
En el Perú los procesos electorales, más que definir las preferencias de la población y establecer gobiernos representativos, han abierto aún más las heridas causadas por las enormes desigualdades y disconformidades. Una y otra vez, los períodos electorales han resultado ser épocas traumáticas en las que la violencia y la exclusión han definido el carácter de las contiendas. El retorno de la democracia en 1980 y la apertura del voto a los analfabetas, si bien significó la aceptación de la ciudadanía formal para todos, no han sido la cura para el mal de la violencia política y mucho menos de la miseria. En el actual proceso electoral en el Perú, cuyos resultados esperamos nos favorezcan, cabe seguir proponiendo, desde la Escuela Latinoamericana de Gobierno (ESCOLAG) y el Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno, al igual que como lo hiciéramos con el hermano Evo Morales, la posibilidad de ayudar a formar en técnicas, tecnologías y ciencias de gobierno, que coadyuven al mejoramiento de las capacidades de gobierno, el incremento del poder popular, en tiempos en los que se debe gobernar una sociedad conflictiva, cambiante y compleja.
Propuesta que mantendremos cualquiera sea el resultado electoral, dada la necesidad que tenemos, como gobernantes o como oposición, de elevar significativamente los niveles de calidad en el diseño de proyectos de gobierno y el logro de una mayor gobernabilidad. Cuando se acabe el ciclo de las elecciones que arrancaron en el último trimestre del año 2005 y que van a terminar el 3 de diciembre en nuestro país, prácticamente el 80% de la población latinoamericana habrá ido a elecciones, con un fortalecimiento de las corrientes socialistas que vienen asentándose en muchos países. Un mejoramiento en las cifras económicas de la región que celebraron un crecimiento por encima del 4% en 2004, han generado ciertos consentimientos para que gobiernos como los de Venezuela y Brasil disientan abiertamente con la Casa Blanca sin tener repercusiones financieras, como antes hubiera sucedido. América Latina reclama, hoy más que nunca, madurez política para que los latinoamericanos empiecen a definir un nuevo espectro político en la región. El desempeño de los nuevos gobernantes es lo que determinará si los nuevos escenarios serán sinónimo de prosperidad, desarrollo y felicidad.
Prof. Jubilado de LUZ.
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