Desde el momento en que se plantea la guerra económica en Venezuela, aparece un mercado clandestino que ha afectado a la mayor parte de los productos, sobre todo a los alimentos básicos. Ha adquirido una gran importancia por el volumen de productos y el número de personas implicadas. Surge a raíz de la adopción de una política económica que se inclinó hacia el control de precios, que provocó la aparición de la economía "no oficial" que ya se conoce, que ha enriquecido a unos pocos, pero que es imprescindible para la mayoría.
Sin embargo, con esta medida no se consiguió el objetivo perseguido, porque realmente la instancia que debía ocuparse de esa situación, la Superintendencia de precios justos, aparte de demostrar una organización ineficaz y burocrática, parece no haber actuado con firmeza desde el mismo momento en que surge. Ha sido más bien, un factor con pretensión de impacto más televisivo que de acción administrativa simultanea a nivel de país en relación a quienes trasgreden las normas de los precios justos. De paso, lo que se creyó en un primer momento iba a ser de gran ayuda en cuanto a la desaparición de las colas, o al control de quienes compraban diariamente, parece haber fracasado, me refiero a la compra por el ultimo número de la cedula de identidad, o por el capta huellas, y esto porque detrás del negocio del mercado clandestino hay muchos enemigos de peso, que saben corromper.
Es bueno aclarar que esta medida aplicada por el gobierno nacional, surgió como una necesidad política en un intento por proteger la economía nacional de los monopolios y oligopolios venezolanos. Su implantación, no se debe a una situación de crisis mundial, sino a motivos ideológicos, en los cuales la oligarquía financiera y comercial venezolana, ejercen el dominio económico y político sobre las ramas más importantes de la economía. Al respecto, Borísov, Zhamin y Makárova, en su Diccionario de economía política, señalan que: "Oligarquía financiera es un reducido grupo de grandes capitalistas financieros que poseen monopolios industriales y bancarios y ejercen, de hecho, el dominio económico y político sobre las ramas más importantes de la economía"
Si detallamos en la realidad venezolana, tenemos acá una empresa gigante que es La Polar donde se concentra la producción nacional, y se forman monopolios industriales que hacen posible la ampliación de los bancos privados, surgiendo los monopolios bancarios, que es donde se concentra la mayoría de los depósitos capitalistas.
Supongo, que la contra guerra económica debe dirigirse hacia esos sectores, tratando de recurrir a las leyes pertinentes que puedan cortarles la inspiración y no sigan haciendo daño a nuestro país a través de la estrategia miserable de hambrear al pueblo.
De hecho, se sigue observando un descontrol en la distribución de los alimentos que ha influido en el desequilibrio del mercado. Ese descontrol implica, la fuga o desviación de alimentos hacia otros destinos en los cuales los llamados bachaqueros, aprovechan tal situación para hacerse de productos que luego según su nivel de conciencia, duplicaran, triplicaran, en su precio. Eso sucede, a pesar de que el gobierno cada cierto tiempo, oficializa nuevos precios al consumidor, lo que de nada vale, si en la clandestinidad alimentaria, hay quienes saben poner su precio justo, y juegan con las necesidades y calamidades del pueblo en general. Esto sin duda, hace que se prolonguen por más tiempo, la escasez y la guerra económica, traducidas en bachaqueo o acaparamiento de alimentos, indispensables en la dieta del venezolano.
A todas estas, si la idea es que el pueblo se agote de las calamidades que produce la guerra económica y revierta su decisión política hacia la oposición, y abandone la revolución, ya hubo un primer paso negativo, cuando una gran cantidad de venezolanos, se hizo presente en las elecciones primarias del PSUV, y dijo SI al proyecto revolucionario a pesar de la guerra económica que mantienen los que quieren hacer prevalecer sus planteamientos ideológicos y políticos, y ver al presidente renunciar. Es cierto, que el El bachaqueo persiste, pero dejará de ser, cuando se tomen medidas serias y urgentes, bajo el marco legal, contra los dueños del capital financiero y comercial.