El pueblo insurgente y trascendente culturalmente

Nuestro pueblo, en enero de 1958, cuando fue derrocado el general Marcos Pérez Jiménez, asaltó la sede de la Seguridad Nacional (SN) aparato político represivo del gobierno, ubicado en la avenida México cercana a la Plaza Morelos en la ciudad de Caracas. Armados de cabillas tomadas de una construcción cercana desafiando los disparos de los esbirros, lograron entrar al edificio y unos cuantos integrantes de la (SN) fueron ajusticiados por la multitud.

En el tercer lustro del siglo XIX; los pardos y los negros esclavos, liderados por realistas pusieron en jaque a las fuerzas republicanas, derrotándolas en significativas batallas derrumbando a la I y II Repúblicas; hasta que los latigazos y otras experiencias como la de Haití, llevaron a los patriotas a entender la vaina; después otro gallo cantaría.

A finales del siglo XV y comienzos del XVI, nuestro pueblo originario enfrentó la enorme maquinaria bélico-cultural europea. Bajo la égida de los reyes católicos Isabel y Fernando de Aragón, de su hija Juana "La loca" y su consorte Felipe "El Hermoso", y luego Carlos el hijo de estos últimos quien asumió el reinado de España como Carlos I, y en su carácter de nieto del Archiduque de Austria se coronó como Carlos V emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Bajo estas testas coronadas y bendecidas tomó cuerpo el gran genocidio de América, y donde nuestros pueblos heroicos en la defensa de sus territorios y de la vida de sus comunidades, sufrieron los más atroces crímenes: empalamientos, ahorcamientos; sometidos a la esclavitud y destrozados por las jaurías de entrenados mastines.

A mediados del siglo XIX, el pueblo pobre: comerciantes, artesanos, indios, blancos de orilla, antiguos esclavos, excombatientes de la independencia, peones ; insurgieron, contra la oligarquía conservadora; quiénes metódicamente a través de diferentes subterfugios se fueron apoderando de las tierras y de las escasas riquezas nacionales, en un país que aun sufría las secuelas de la gesta independentista. Esos cruentos acontecimientos los recoge nuestra historia como la Guerra Federal.

En las décadas del 60, 70 y 80, del siglo XX, numerosos venezolanos y venezolanas, civiles y militares empuñaron las armas contra la clase política del Pacto de Punto fijo, unos en alzamientos militares y otros organizando estructuras guerrilleras en las ciudades y en las montañas. Esos años de insurgencia le costó a la nación la pérdida de muchas vidas de campesinos, obreros, estudiantes, profesionales, de gente talentosa y patriota.

En febrero de 1989, en protesta contra el paquete neoliberal impuesto por el Fondo Monetario Internacional, el pueblo acogotado por la pobreza se lanzó a las calles y arremetió contra sectores comerciales, originándose una verdadera insurrección social que fue aplastada a sangre y fuego por las Fuerzas Armadas y la Policía, las consecuencia fueron miles de muertes.

El pueblo… el pueblo…, siempre ha estado allí, en cada tiempo histórico, en cada circunstancia:

También del pueblo anónimo habían ascendido a tener nombre memorable, por su heroica muerte, hombres como Francisco Carvajal, llamado Tigre Encaramado, y mujeres como Juana Ramírez, La Avanzadora, miles de aquellos humildes artesanos de Caracas que habían soñado con una escuela para los "pardos", y los músicos que formaban las cinco orquestas del 19 de abril, ¡Cuántos también que habían sido simples esclavos! "(1)

¿Y los líderes? También, puesto que estos no son ajenos a nuestros pueblos, se forman, y se construyen todos los días y surgen en su momento y provienen de cualquier lugar de nuestras sociedades, sino como explicar , que un acaudalado mantuano como Simón Bolívar , se integre como soldado y trace las líneas maestras conceptuales de la liberación suramericana como lo hizo, y permanecer consecuente hasta la muerte con nuestro proceso libertario; o un sabio como Simón Rodríguez, el Sócrates de Caracas; o un militar de altas dotes como Miranda; o un extraordinario dirigente popular y estratega militar como Ezequiel Zamora, así como el soldado glorioso negro primero, y más contemporáneos , el periodista y guerrillero Fabricio Ojeda, Argimiro Gabaldón, Jesús Márquez Finol; y tantos otros, y, en nuestra más próxima cercanía histórica, el comandante Chávez, militar, hijo de la Venezuela profunda, dirigente revolucionario, quién tomando la experiencia de los hombres y mujeres de siglos pasados dibuja para el presente y futuro una nueva ruta humana para nuestra nación.

Es decir, los pueblos no son abstractos, son realidades y hoy está aquí, somos parte de ese pueblo, somos nosotros, no somos una masa amorfa, es ciudadanía, que cada vez más se crece y busca participar, por ello los líderes viejos o nuevos tienen una alta tarea que cumplir. Venezuela es cruzada hace muchos años por corrientes sensibles culturales, que se expresan de todas las formas: música, literatura, poesía, arte y artesanía, danza y bailes populares, teatro, culinaria. Política, ideología; ante el cual es preciso una amplia visión, llámesela holística, integral, o como quiera, pero eso sí, evitar el reduccionismo burocrático, que encajona y dificulta el riego circulatorio del cuerpo creativo social.

Los pueblos, en el medio de sus dificultades van construyendo una razón de ser, una vida comunitaria, un alma nacional, que puede expandirse, que podría crecer a un ritmo más acelerado, y que puede ayudar mucho a fortalecer la condición nacional de algunos sectores, que aun naciendo y viviendo mucho tiempo con nosotros, y formando parte estructural de la nación, continúan en una simple condición de habitantes, sólo habitantes. Y la vía no es otra que incorporarlos a la formación cultural venezolana., por supuesto estoy refiriéndome a los seres de buena voluntad no a los conscientes que juegan roles antinacionales.

El pueblo venezolano ha tenido duras experiencias, después de la independencia, fue víctima de unos cuantos líderes zamarros, con algunas excepciones como las de Ezequiel Zamora. En el siglo XX, los capitostes del Punto fijismo, en enero de 1958, frustraron las luchas populares anti dictatorial, y lo que siguió fueron cuatro décadas de entrega, represión, sangre y penuria.

El pueblo venezolano fue convocado en 1999, por Hugo Chávez, para la realización de un proyecto de liberación nacional bolivariano y socialista por medios pacíficos, era y es una aspiración gigantesca, compleja, humana, necesaria; que ha chocado con una realidad brutal que es un capitalismo en su fase superior, que no atiende conveniencias formales, que se está jugando su permanencia como hegemón mundial; y que en nuestro caso, tiene más de tres lustros, minándonos, distrayéndonos, y aplicándonos las más sofisticadas formas de guerra.

Pero el pueblo sigue allí, y sigue atendiendo las convocatorias de los líderes, porque al fin y al cabo los pueblos no fracasan, pues las ideas permanecen y se transmiten, quiénes si fracasan son los falsos e inconsecuentes líderes. Los venezolanos tenemos un haber social rebelde, que nos viene desde lejos; es histórico, y que es un excelente antídoto contra la sinrazón de la derecha, pero esta razón ética, no aflora milagrosamente, es nuestra tarea entusiasmarla, apuntalarla, fortalecerla, mostrar su existencia. Así como nosotros tenemos inventariado nuestra potencialidad petrolera, igualmente lo tenemos que hacer con nuestros inmensos haberes y potencialidades culturales, pues es esto lo que en definitiva nos va a permitir conservar y proteger la riqueza material y la nación misma.

En estos días disfruté de la destreza del agricultor y cultor Aníbal Ramírez, sembrando una planta de Moringa,(2) ciudadano quien también junta ideas y palabras en el portal aporrea, hombre experto en semillas, y que además maneja una escardilla, con la misma habilidad y destreza con que ejecuta un instrumento musical, o componiendo y cantando una fulía. Pero este no es un caso aislado, Venezuela se las trae con nuestros cultores populares. Es tan inmensa la riqueza cultural venezolana que me lleva a pensar que el aparato cultural formal tendrá que desplegar mucha acción para poder orientar y orientarse ante tal abundancia.

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

  1. Mijares, Augusto/ El Libertador/Academia Nacional de la Historia/Ediciones de la Presidencia de la república/Caracas/1987/p, 277.

  2. La Moringa/Oleífera, es un árbol originario de la India…es conocida y utilizada por ser a nivel nutricional muy completa, y puede usarse para múltiples remedios naturales/ECO (agricultor) en internet.



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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