Conmemoramos este 20 de julio los 205 años de una insurrección popular, ocurrida en Santa Fe de Bogotá, que se oficializó como el Grito de Independencia del entonces Virreinato de la Nueva Granada, hoy nuestra Patria Chica: Colombia.
La fecha es reivindicada por nuestro Movimiento Político y Social Marcha Patriótica Capítulo Venezuela, no sólo porque representa un hito en la historia de la Guerra de Independencia de Nuestra América, sino también por ser una resultante, un explosivo momento que resume el acumulado de luchas que venía gestándose desde la invasión española a nuestro suelo patrio, anticipado por dos hechos memorables: la Rebelión Comunera, acaecida en El Socorro en 1781 y la traducción y publicación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, a manos de Antonio Nariño, en 1793.
Asimismo, como parteras y alumbradoras del Grito de Independencia del 20 de julio de 1810 irrumpen las coyunturas de Santa Marta, el 19 de abril de este mismo año; Cartagena y Popayán en 1811, entre otras provincias, donde se redactan constituciones y se organizan Juntas de Gobierno en un accionar paralelo dentro del territorio neogranadino que demuestra un imparable arresto de emancipación.
Ese mismo arresto que se levanta análogamente en todos los pueblos sometidos por el coloniaje europeo, y cuyas luchas llegan a juntarse en América del Sur con sublimes acciones como la Campaña Admirable de 1813, La Campaña del Sur en 1821, el Congreso de Panamá en 1826, y la conformación de la República de Colombia desde 1819, de donde nos dimos el nombre que ahora nos identifica, y con el cual desterramos por siempre la injuria histórica de aparecer como virreinato español.
Hoy, a 205 años de aquel 20 de julio seguimos luchando, ahora por la Segunda y Definitiva Independencia. El contexto es similar, pero con características propias del tiempo histórico que nos corresponde: nuestro suelo está invadido por el imperio yanqui, soporte de una guerra fratricida dirigida por la oligarquía neogranadina contra la clase trabajadora, desde hace más de medio siglo; soportamos una permanente arremetida contra las expresiones organizativas del pueblo, se nos ha impuesto el neoliberalismo y su feroz ofensiva ideológica, orquestada desde transnacionales mediáticas, que distorsiona la realidad y genera psiquis enfermas, ansiosas, aterradas y banales.
La reciente captura de varios compañeros del Congreso de los Pueblos, a quienes se les pretende montar absurdos procesos penales, demuestra que existe una política de persecución contra los activistas y dirigentes sociales revolucionarios. Continúan y se agudizan en Colombia los Falsos Positivos Judiciales. Nuestro movimiento ha sido, también, víctima de estos montajes con la pretensión de desarticular a Marcha Patriótica como opción política real de poder popular. Asimismo, persisten, como forma sanguinaria de la guerra sucia contra las organizaciones del pueblo, estructuras paramilitares que amenazan y asesinan a quienes expresan pensamiento libertario.
No obstante, el movimiento popular en nuestra Patria Chica se mantiene, resiste y avanza. Asistimos a una posibilidad real del fin del conflicto armado: la existencia de una Mesa de Diálogos en La Habana, Cuba, entre el movimiento insurgente FARC-EP y el Gobierno neogranadino, es una esperanza cimentada y aupada por todas las expresiones de lucha del pueblo colombiano que coinciden en parar la guerra, convocar al Poder Constituyente para transformar al Estado, y alcanzar mecanismos que permitan la participación política de todos los sectores sociales, sin el sino de la muerte en las espaldas.
Por ello, saludamos con alegría el gesto de Paz de las FARC-EP al declarar un nuevo Cese Unilateral del Fuego a partir, justamente, del 20 de julio; aunque nos preocupa la inconsecuencia entre el discurso gubernamental y el accionar del Estado neogranadino en la búsqueda del desescalamiento del conflicto. En ese sentido, exigimos al gobierno de Juan Manuel Santos avanzar con sincera voluntad política en el camino de la Paz y declarar pronto el Cese Bilateral del Fuego.
Sin embargo, y pese a la situación de guerra impuesta en nuestro suelo patrio, también asistimos a una evolución política del contexto latinoamericano, donde se inscribe la Revolución Bolivariana en Venezuela como punta de lanza de la nueva gesta libertaria que ahora, al antiimperialismo, incorpora la necesidad de construir el Socialismo como alternativa para alcanzar la Justicia Social y preservar la existencia del planeta.
Hoy, a 205 años de aquel 20 de julio, los herederos y herederas de Miranda, Nariño, Bolívar, Manuela, La Pola, Girardot y Ricaurte, marchamos por el camino cierto de la Patria Grande Socialista, porque toda historia encuentra su redención, somos la generación que consumará la epopeya libertaria que nos hizo colombianos. ¡Viviremos y Venceremos!
¡POR LA PATRIA GRANDE!
"Los sueños nunca se van,
sólo se atrincheran.
Las pesadillas no acosan,
sólo reclaman.
El exilio jamás es voluntario,
sólo es opción
y....siempre se venga".
Valenibri
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