La frase que me sirve de titular para esta nota de opinión, la he escuchado varias veces entre personas que se mantienen al interior de los supermercados, superfarmacias y otros superestablecimientos que acaparan y racionan o administran la exhibición y venta de los productos, según el interés que tienen por mostrar el efecto sicológico y mediático que producen las colas, los comentarios dentro de las mismas y el estímulo a la situación de indefensión de usuarios, clientes o compradores.
"Esperando a ver qué sacan" denota sumisión, pero también expresa el convencimiento, por parte de quien la proclama, de que algo está acaparado, escondido y que, muy pronto se va a exhibir ante sus ojos. Denota que está en el lugar adecuado. En el sitio donde le han despojado, escondido y encarecido los productos que necesita y que ahora se los entregan en estratégicos escenarios planificados para acabar con paciencia y conciencia de usuarios, en un mismo instante.
Lo sorprendente es la pasividad y el arrodillamiento de quienes, sabiendo que están en el negocio de unos acaparadores y especuladores, la actitud sea de reverencia y no de condena ante ellos.
Lejos de protestar o hacer la debida exigencia ciudadana, a lo que se recurre es a drenar de insultos culpabilizadores, contra la Revolución Bolivariana, contra el chavismo y, particularmente, contra el Presidente Nicolás Maduro, a quien tienen en "la mira", convencidos de que es el "talón de Aquiles" de nuestra Revolución Bolivariana y Chavista.
"Esperando a ver que sacan" y "voy a ver qué hay" son las dos frases que reflejan más claramente el estado de sometimiento y alienación de ciertos sectores que son víctimas de la ideología dominante. No son capaces de identificar al enemigo de clase auténtico. Se someten, con absoluta y acrítica sumisión, a los designios de quienes les utilizan para avanzar en su guerra económica y en los planes de desestabilización y contrarrevolución en Venezuela. Se hacen eco de las consignas derechistas y le prestan un flaco servicio a la patria apoyando inconcientemente los planes imperiales de arrancar la soberanía a Venezuela.
En fin, la guerra económica avanza hasta con la complicidad de muchas de sus víctimas sin conciencia. Y es allí donde está el centro de la contraofensiva revolucionaria, en la derrota de la ideología dominante y el fortalecimiento de la conciencia proletaria.