Después de asumir la carga más pesada de la guerra en su propio suelo contra el fascismo italiano, japonés y alemán; sacrificando más de veinte millones de ciudadanos(as) y destrucción generalizada de vialidad, ciudades, fábricas, centros de investigación, zonas agrícolas y pecuarias; maquinarias y equipos; la patria soviética iza en 1945, la bandera roja de la hoz y el martillo en la cúpula del Reichstag en la ciudad de Berlín, Concluía así la II Guerra mundial pero no la amenaza contra los pueblos.
La victoria soviética alarmó a los norteamericanos y a sus aliados europeos, con tal motivo tomaron algunas medidas en Bretton Woods (EE.UU) para influir en el mundo de la posguerra, y particularmente para la creación de un escudo de protección contra el comunismo que se presentaba airoso en el escenario mundial. De allí el Estado de Bienestar Social Europeo,
Pero había algo más, los gringos ante la nueva situación política decidieron ocuparse con mayor fuerza de su "Patio trasero" y se movilizaron rápidamente para la organización de la IX conferencia Panamericana que tuvo lugar en abril de 1948 en la ciudad de Bogotá.
El 6 de abril, interviene Rómulo Betancourt enviado especial del Presidente venezolano Don Rómulo Gallegos. A finales de ese mismo mes culmina el evento y es designado igualmente Betancourt para dar el discurso de cierre. En esa reunión se creó la Organización de los Estados Americanos (OEA), veamos unos pequeños fragmentos del Acta Final (02/05/1948):
Considerando: "Que para salvaguardar la paz y mantener el mutuo respeto entre los Estados, la situación actual del mundo exige que se tomen medidas urgentes (…) que eviten que agentes al servicio del comunismo internacional o de cualquier totalitarismo pretendan desvirtuar la auténtica y libre voluntad de los pueblos de este continente"
Declaran: "Que por su naturaleza antidemocrática y por su tendencia intervencionista la acción política del comunismo internacional (…) es incompatible con la concepción de la libertad americana"
Resuelven: Condenar los métodos de todo sistema que tienda a suprimir los derechos y libertades políticas y civiles, especialmente la acción del comunismo internacional…" (1)
¡Allí en la sabana bogotana vio luz ese engendro conocido como el Ministerio de las colonias! Las garras de la Doctrina Monroe adquirían legalidad hemisférica.
¡Qué casualidad!, en esos tiempos en Colombia se venía organizando y avanzando con muchas posibilidades de éxito para las elecciones a celebrarse en 1950, un movimiento popular democrático bajo el liderazgo de Jorge Eliécer Gaitán, político y jurista de gran conexión con los sectores progresistas. El 9 de abril de 1948 ya se había instalado la IX conferencia cuando un esquizofrénico (siempre aparece uno) le disparó a Gaitán asesinándolo en una calle bogotana.
La población respondió de manera tumultuaria, y Bogotá ardió por los cuatros costados al igual que otras localidades (se estima en varios miles los muertos); pero este crimen no era un hecho aislado, desde hace rato la oligarquía conservadora venia asesinando líderes liberales progresistas. Pareciera que estos crímenes hubiesen sido un adelanto a lo acordado en el Acta Final de la conferencia Interamericana, y que después se expresó con intensidad en las políticas criminales anticomunistas de la mayoría de los gobiernos dictatoriales y de algunos supuestamente democráticos en nuestros países.
Gaitán y el pueblo que le acompañaba era la conciencia del Bolívar traicionado por las oligarquías, era una posibilidad de recuperar las viejas banderas reivindicadoras del pueblo empobrecido y marginado. En el marco de tan dramáticos acontecimientos la Conferencia Internacional Americana, sólo cambió de lugar y siguió sus sesiones, por encima de las víctimas y de una ciudad en ruinas. Era urgente para los norteamericanos los acuerdos y la alineación anticomunista de nuestras naciones,
Después del "Bogotazo" la historia colombiana no ha sido diferente, ha permanecido en confrontación armada interna hasta nuestros días. Por una parte el Estado en manos de la oligarquía terrateniente y empresarial, y por la otra el pueblo pobre, cada vez más pobre, sufriendo el despojo de sus tierras por la oligarquía terrateniente y las mafias del narcotráfico, terminando siendo desplazados hacia los cinturones de miseria en las pobladas urbes, o migrando a otros países.
Otras veces esa godarria se suma a las exigencias imperiales norteamericanas, tal como sucedió en 1950, cuando el gobierno ultraconservador de Laureano Gómez envía tropas para sumarse a la guerra anticomunista contra la República Popular de Corea.
La actitud del actual gobierno de Colombia, en pretender ignorar la acción y presencia de paramilitares en la frontera con nuestro país y aun en nuestro territorio, ante la respuesta de las autoridades venezolanas en el ejercicio soberano de preservar nuestra seguridad; es coherente con su condición oligárquica y concepción política poco amistosa con nuestras ideas socialistas y su afiliación a las viejas y nuevas posturas anticomunistas. Cualquier intervención e iniciativa de la godarria colombiana, debe ser vista desde esta perspectiva, sin que esto niegue las necesarias y respetuosas relaciones diplomáticas con el Estado colombiano.
Donde no debe haber jamás confusión es en las diferencias entre pueblos y gobiernos; nuestro relacionamiento con nuestros hermanos colombianos, debe ser tan cercano, respetuoso y solidario como lo son con los demás pueblos de nuestra América y del mundo; de acuerdo con los principios internacionalistas que sustenta este proceso político venezolano: la Patria es Humanidad.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL
Rafael Castro
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Venezuela y las Conferencias Panamericanas. 1828/1954/ P. 594-595/Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores/Caracas-Venezuela.