Frontera, contrabando, narcotráfico y dobleces morales de una derecha apátrida

Afirman categóricamente que lo que ocurre en Táchira en la frontera es una "cortina de humo", los del ejército están suplantando a la guardia para controlar el contrabando, alguien cercano a la DEA lo ha confirmado. La corrupción de los militares y el control que tienen del negocio de la droga en el país es indudable. Nadie muestra ninguna evidencia, salvo estas presuntas versiones de la DEA.

Nada dice, ninguno de ellos, del caso de la mujer picada en pedazos por unos jóvenes militantes de partidos de derecha, quienes participaron activamente en las llamadas guarimbas de 2014, y terminaron confesando que recibieron entrenamiento paramilitar, llegando incluso a mencionar el nombre de un militar de alta graduación que hace tiempo saltó la talanquera del chavismo. A pesar de las inocultables evidencias de este caso, sólo un largo silencio cómplice hace sospechar que muchos corazones opositores anidan un fascismo peligroso que enrostran a sus contrarios.

La clase media venezolana que durante mucho tiempo ha odiado al pueblo pobre colombiano, especialmente al que desplazado de su país se fue asentándose en Venezuela, ahora después de la medida de cierre temporal de la frontera en Táchira, para corregir irregularidades y establecer relaciones de intercambio basado en relaciones de equilibrio y de respeto mutuo de la soberanía de ambas naciones, se suma al coro de voces de la oligarquía colombiana para repetir que el gobierno venezolano viola los derechos humanos cuando apenas intenta ejercer soberanía y aplicar leyes en favor de la República y de sus intereses.

El gobierno colombiano aclara en que por razones de soberanía mantendrá sus políticas neoliberales en la zona de frontera que afectan grandemente a la mayor parte de la población pobre desplaza a territorio venezolano o que habita en la franja fronteriza y que se beneficia del modelo económico venezolano. La Canciller Holguín asoma la idea de que Venezuela elimine el subsidio a los alimentos para eliminar el contrabando de productos venezolanos subsidiados a Colombia.

En Colombia donde han aparecido evidencias irrebatibles de violación de derechos humanos a quienes se oponen a los gobiernos de la oligarquía colombiana, muchos condenan a Venezuela y a su gobierno acusándolo de violar derechos humanos, por meter en cintura a un mínima proporción de los más de 5.000.000 de colombianos asimilados a la sociedad venezolana.

La dirigencia opositora venezolana no ha dudado un segundo en cuadrarse con la oligarquía colombiana que ataca ferozmente al gobierno de Nicolás Maduro por la medida de cierre de frontera y coincide plenamente con los planteamientos que sobre el tema de la frontera colombo-venezolana tiene el reconocido conductor de la narcopolítica y del paramilitarismo colombiano, Álvaro Uribe Vélez. Antes apoyaron el Decreto de Obama contra Venezuela y salieron con las tablas en la cabeza, no hay razones por las que el pueblo venezolano mayoritario no les cobre sus dobleces morales y su ausencia de patriotismo el próximo 6D.



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Carlos Luna Arvelo


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