Ultimamente andamos de escándalo en escándalo. Uno tapa al otro y así nuestro periodismo y nuestra propia vida, se han convertido en un asunto de titulares. Los acontecimientos dan para titulos, para fotos, para agrias crónicas, y pronto todo se olvida.
Por eso siempre he creido que este proceso le ha quedado grande al periodismo venezolano. No digo yo este proceso, todo lo que comenzó el 27 de febrero de 1989, que nadie lo vio venir, que a todos sorprendió, pero que de ninguna manera hizo cambiar a mucha gente en este país...
Me ha sorprendido la reacción del Fiscal General, del amigo Isaías. Profundo defensor de los derechos humanos, un ser infinitamente sensible en su interior, poeta y amigo del alma. Entiendo por qué hizo la declaración y fue su manera de desmontar la cruenta olla que cocinó Globovisión y el resto de medios de comunicación cuyas páginas web, sorprendentemente lee Isaías religiosamente, según confesó en su descarnada rueda de prensa, donde también enfrentó sin miedo a las vedettes del periodismo venezolano...
Pero a Isaías lo sentí solo. Sólo contra Jesse Chacón, solo contra Marcos Chávez, solo contra el Ejecutivo, pues todos se desentendieron de sus afirmaciones como si la Fiscalía fuese de otro planeta...Ahora bien: ¿Solo contra Dios? ¿Cuál ha sido la actitud más agradable a Dios? ¿Cuál el hecho más agradable?...
Ahora, a cuenta de la muerte del cura Piñango, de quien por sobre todo debemos respetar su condición humana y deplorar esa absurda forma de perder la vida, estamos frente a una nueva división del propio Ejecutivo que se destapa sin tapujos. Isaías no confia en Marcos Chávez. Jesse Chacón no avala lo que dice Isaías. Isaías pone su cargo a la orden y desde el gobierno sólo lo defienden unos pocos. Y nadie lo va a callar. Y a estas alturas uno no sabe si en realidad puede negociarse tras bastidores un cargo como el de Isaías.
Este caso está policialmente resuelto. Hay un occiso y un culpable. Lo que no se sabe es el móvil: ¿hurto? ¿robo?...
Y uno no deja de pensar en aquel libro: Cuatro Crímenes Cuatro Poderes, donde se reseña también el tristemente célebre caso del Padre Biaggi (incesto, crimen, etc...) A lo mejor Isaías tocó ese poder celestial. Pero, precisamente por conocerlo como un incansable defensor de los derechos humanos, me extrañó que fuese tan explícito. Se le fue la mano en la declaración. Estoy segura de que eso lo atormentó, porque a Isaías nunca lo ha movido la mala fé, y hoy de la manera más humilde lo confesó ante el país. Pidió disculpas. Isaías hizo acto de contrición. Pero...¿Y la Iglesia?... Si es difícil que la iglesia católica asuma sus pecados, más difícil será que se redima.
La Iglesia, sacudida en sus secretos más íntimos, milenarios secretos, que además han inspirado libros y más libros, para nada hace acto de contrición frente a lo que Isaías llama su "declaración medular", referida a las circunstancias sórdidas que rodearon el hecho y que otra vez pone en el tapete una de las muchas debilidades de la iglesia católica...
Que no terminemos desunidos frente esto. No demos más pan al circo de los medios, ya encontrarán otra fiesta. Por ahora dejemos que los muertos descasen en paz.
* Periodista