SOBERANÍA POPULAR
Elemento político fundamental en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) es el reconocimiento del pueblo como fuente originaria del poder. El Artículo 1 incluye la soberanía entre los derechos irrenunciables de la Nación y en el Artículo 5 se señala que "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo" y que "los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos".
Votar por los candidatos del chavismo para la Asamblea es defender el derecho más importante que nos dimos al aprobar la Constitución: el derecho a ejercer nuestra soberanía. Es defender y practicar una condición que, si bien es inherente a todos los pueblos, le es reconocida a muy pocos.
Llevar a nuestros candidatos a la Asamblea Nacional es un acto político que trasciende el hecho mismo de votar. Es honrar las enseñanzas, la entrega y el sacrificio del Comandante Chávez. Es demostrar que hemos entendido que sólo el poder popular organizado puede ponerle punto final al proyecto elitesco y entreguista que pretende imponer la derecha en nuestro país.
Así como el Presidente Maduro, el gobierno y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana están fajados cumpliendo con su obligación de defender la soberanía e integridad territorial de nuestra nación, nosotros tenemos que fajarnos a cumplir con la nuestra: defender la soberanía popular.
Nuestro descontento con una o más decisiones o actuaciones del Estado burgués que se niega a morir no nos da derecho a dejar la Asamblea Nacional en manos de los fascistas.
Abstenerse o votar por la oposición implica echar 16 años y el proyecto Socialista del Siglo XXI por la borda. Implica retrotraer al país al modelo de sociedad contenido en la Constitución de 1961. Volver a ceder nuestra soberanía a unos "representantes" que no representan nuestros intereses sino los de los capos capitalistas.
Es dejar de ser constitucionalmente bolivarianos y ser súbditos del imperio estadounidense. Entendamos. Somos los únicos responsables de ejercer o no nuestra soberanía.
"Por ahora" la mejor opción que tenemos para defender nuestro proyecto por la vía democrática y pacífica es contar con una Asamblea Nacional roja, rojísima. Es votar por nuestros candidatos para trabajar en conjunto e incidir efectivamente sobre las decisiones que nos afectan.