Para los nuevos precios, son inválidos los chillidos del comerciante

2 Dos modos de producción concomitantes, 2 fuentes de la ganancia.

Si a ver vamos y bien miradas las cosas, el gobierno se muestra elástico en el reciente ajuste de los precios especulativos, irracionales e ilegales que el consumidor ha estado calándoselos en beneficio de quienes quieren volver al irresucitable pasado de hace unos 3 lustros, aprox.

Efectivamente, cuando analizamos la nueva estructura de costos diseñada por el gobierno, en ella se sigue albergando combinatoriamente los dos (2) modelos políticos y económicos en juego: el del capitalismo que se niega a morir sin dar batalla, y el del socialismo incipiente que lucha, contrataca en defensa propia y busca la victoria final, o sea, dos concepciones sobre la fuente de la ganancia:

Como estamos en "transición", resulta por demás comprensible y hasta plausible la manera como, tan acertadamente, el grupo económico asesor del Presidente ha abordado la nuevas estructuras de costo para determinar la ganancia de caso y con ello los precios máximos de venta al público, tanto como consumidor intermedio, c. final.

Es así como estamos, pues, frente a la concomitancia de dos concepciones en materia de ganancias: La de una concepción marxiana que ha demostrado que la fuente de la ganancia se halla en la fábrica, en la fuerza de trabajo que aporta más valor que el representado por su salario o precio por su venta al patrono, y la concepción burguesa que atribuye al mercado la fuente de la ganancia, y no a la fábrica.

Así, la concepción marxiana prevé y autoriza una tasa de ganancia máxima anual = 30% sobre el capital involucrado en la fábrica. Esto significa que de un capital inicial, pongamos por caso, descompuesto en 70 (capital constante) y 30 (capital variable), dicha tasa de ganancia máxima anual recoge la hipótesis de una plusvalía de esa fábrica = 30, o sea, = 100%, como tasa de plusvalía. Una plusvalía, = 30, que se trocaría en el mercado en aquella tasa de ganancia = 30%, para un precio final de = 130 para el fabricante, quien debería compartir a partes iguales y prorrateables dicha tasa con el paquete de intermediarios que se vayan involucrado en la reventa de la oferta fabril correspondiente, todo bajo una rígida u ortodoxa versión marxiana.

Ahora bien, como estamos en transición, el gobierno ha dejado la puerta abierta a la concepción burguesa acerca de que el mercado puede tolerar y ser fuente de otro 30% como ganancia extrafabril, aunque obsoleta; tolerar que también los intermediarios, como un todo, reciban también y según sus alícuotas de compraventa, la misma tasa del fabricante, suerte de cabalgamiento de la tasa oficial , permisible sólo porque estamos conviviendo con el sistema capitalista que sólo admite ganancia de mercado y niega la de la fábrica. En este caso, el precio de venta sería de 169, como precio máximo de venta. Para más detalles, estamos gustosamente a sus gratas órdenes.

 



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Manuel C. Martínez


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