Los términos izquierda y derecha, muy usados en la contemporaneidad para definir proyectos o posiciones políticas, vienen de una tradición que identifica a la izquierda con las ideas progresistas y a la derecha con las más conservadoras; la derecha ha sido apreciada con rectitud y a la izquierda con algo siniestro en el mal sentido de la palabra; ahora bien, el origen histórico de esta distinción política viene de la Revolución Francesa, cuando, por allá en 1791, comenzaron en París las sesiones de la Asamblea Legislativa tras la aprobación de la primera Constitución de la historia de Francia, a cargo de la Asamblea Constituyente. En aquel escenario, en el cual participaban 264 diputados que formaban la nueva Asamblea determinaron, con la posición ocupada en la Cámara, los conceptos de izquierda y derecha política: a la derecha se sentaron los Feuillant, monárquicos y conservadores que defendían el Antiguo Régimen; y a la izquierda, se sentaron los Jacobinos, representantes del pueblo llano que eran contrarios a la monarquía y a los privilegios del régimen anterior. Esto terminó tras un año de confrontación en un caos con altercados, desórdenes y serias disputas internas. La Asamblea Legislativa de la Francia revolucionaria estableció la clásica división política entre izquierdas y derechas, desde entonces, expone Alberto Roa en su ensayo titulado "Izquierda y derecha política, origen histórico", que "…las diferentes corrientes políticas se aproximan a uno u otro lado según sus planteamientos."
En la actualidad ya no se puede mencionar a una izquierda y a una derecha; hay una multiplicidad de criterios que las califica según sea la idiosincrasia del país, las necesidades y expectativas que entorno a la vida en sociedad se tienen. Hoy día hay "varias izquierdas" y "varias derechas".
Las izquierdas de hoy son, en algunos casos, más utópicas que otras. En Latinoamérica se ha dado, desde las postrimerías de la década de los noventa del siglo XX, izquierdas progresistas de corte neo-marxistas, que incluye pensadores locales como Mariátegui, Rodríguez, Bolívar; así como en Europa se ha venido gestando izquierdas en razón de promover la social-democracia y la vuelta al Estado del bienestar.
Valorando la realidad sociopolítica venezolana, es de destacar que hay cuatro izquierdas pululando por tener la preferencia electoral para ocupar puestos de representación y ganar el liderazgo en la unidad entorno al Partido Único Socialista de Venezuela (PSUV) y sus grupos aliados.
Está un movimiento caracterizado por líderes que proponen ideas en el marco del socialismo utópico. Visualizan un modelo económico que permita enderezar tantas desigualdades e injusticias. Plantean buscar un sistema más justo donde no hubiese desigualdad social; creen que la producción capitalista que tuvo inicio con la propiedad privada y la explotación de los trabajadores, no tiene como distribuir la riqueza producida y por ende se debe intervenir. En lo político este movimiento de izquierda en Venezuela, aboga por un modelos de dirección y conducción del poder, en el marco de una socialización de las instituciones de Gobierno, de este modo, buscan desarrollar ideas que sugieren cambios radicales, proyectando la posibilidad de modelar un sociedad más justa, fraterna y con igualdad social, aunque están ausentes de "voluntad política" para el desarrollo de todas estas ideas. Algunos de sus líderes defiendes posturas como la de del inglés Robert Owen (1771-1858), uno de los precursores del socialismo utópico en Inglaterra, cuyas ideas defendían las condiciones humanas de vida y de educación de los trabajadores; Owen tuvo la idea de reformar la sociedad removiendo la propiedad privada, y sostuvo en sus ideas que era necesario revisar la limitación del trabajo de la mujer y la niños en las fábricas, para no tentar a la injusticia; así mismo dio cuerpo a las primeras cooperativas de producción y consumo, bastión importante en la teoría, hoy día, de la autogestión comunitaria. Pero como se destaca, este movimiento en la izquierda venezolana, que actúan así pero no saben que están inmersos en él, no tiene control político y está quedando un tanto relegado en el mapa electoral y en la preferencia del electorado.
Otro movimiento que se da en el seno de la izquierda venezolana, son los marxista y neo-marxistas, todos partidarios de un socialismo científico que ve en la postura de sus precursores, los alemanes Karl Marx Karl Marx (1818, 1883) y Friedrich Engels (1820-1895), una potencial salida a los desmanes ocasionado por la derecha en su tiempo de dirección del poder. Este movimiento, que tiene presencia en la Asamblea Nacional a diferencia de los socialistas utópicos, trata en forma más específica, de desmontar el Estado liberal, proponiendo una filosofía que indague en lo profundo de la acumulación como causa de cambios cuantitativos que generan cambios cualitativos y, por ende, influyen en el modo de vida de los ciudadanos de una sociedad; la economía la entienden como un asunto científico-técnico, que debe estar al servicio del pueblo, acelerando la productividad; así mismo, reconoce que el problema político con la derecha no es un asunto de ideologías, sino una lucha de clases y grupos sociales, y de esas luchas se darán los cambios y transformaciones necesarias para una sociedad más justa e igualitaria. Los socialistas científicos de la izquierda venezolana no solamente se encargan en mostrar y estudiar las regularidades de la transformación social para desde allí construir sus propuestas alternativas, sino que apoyan todas las políticas que minimicen la fuerza de los dueños del capital y se concentre en un Estado fuerte cuyas políticas públicas vayan al servicios de la sociedad y no a la acumulación desmedida de capital. Este movimiento tiene presencia parlamentaria y cuenta, en algunos estratos del aparato político, con voluntad política, por ello sus ideas se han ido materializando, aunque algunos sectores del propio polo patriótico, ha cuestionado sus acciones y les ha culpado de contribuir a la "guerra económica" impuesta por el imperialismo y sus adeptos en la oposición venezolana.
Un tercer movimiento social y político caracteriza a una izquierda que se confunde con la "chavista". Es decir, una izquierda con valores e ideología social que valiéndose de los medios que pueda, intenta imponer su voluntad. A esta izquierda, que diferencia notablemente de la chavista (un poco más adelante se expone por qué), tiene sus raíces en el anarquismo, postura que aboga por la abolición de todo poder, jerarquía, autoridad y forma de control social, y rechaza el Estado, la iglesia, el patriarcado y especialmente el capitalismo; y ha quedado en la experiencia del denominado socialismo real que buscaba trascender a un plano superior denominado comunismo, que sería una sociedad sin clases sociales, donde los medios de producción sean de propiedad común; esto implica que la propiedad privada de dichos medios no existirá, lo que hace llegar al poder a la clase trabajadora. Ambas corrientes ideológicas invitan a la sociedad a devolver al hombre su naturaleza, despertándolo del fracaso en que la sociedad de consumo ha llevado su creatividad individual en las sociedades abiertas.
En este movimiento de izquierda venezolana, donde participan los denominados radicales y violentos, es un ala del polo patriótico caracterizada por su defensa férrea de la revolución, ideando mecanismos de defensa que haga posible sustituir el Estado liberal aún existente por uno que permita la auto administración del pueblo y la disminución del control del Estado sobre la propiedad social. Es un movimiento que ha entendido que la abolición del Estado no garantiza el éxito de la revolución, pero se mantienen altas las banderas de una izquierda unida, combativa y deliberante, que no se deja apabullar por los ostentadores del poder político, sino que dice sus verdades y es un ala que crea fricción y por ende no todo el tiempo están en consenso con el orden instituido. Esta izquierda tiene muy poca presencia parlamentaria y no cuenta con la voluntad política para erigir sus ideas, sin embargo no es rechazada porque asegura cierto equilibrio ante una derecha cada día más violenta y desesperada por llegar al poder.
Y está la izquierda chavista; una izquierda nacida del liderazgo y pensamiento de Hugo Chávez (1954-2013), entorno a la idea de una Revolución Bolivariana que lejos de ser simplemente un hecho generado de una contienda electoral, o de nacer aisladamente en un cuartel militar, o pensado en las mentes idealistas de algunos intelectuales orgánicos, o los deseos frustrados de otros tantos ex-guerrilleros; es un movimiento social y político fundado en el deseo de reivindicar a un pueblo que ha sido oprimido políticamente, explotado económicamente y dominado ideológicamente; es una izquierda que desde la toma de conciencia de la situación de oprimidos de un pueblo, asume su lugar histórico de levantarse contra la pobreza y sus leyes. Es una gran mayoría parlamentaria y con participación en el poder político; es decir, ha tenido y tiene voluntad política para ir construyendo su percepción de la realidad de país que se necesita. Tiene un documento marco actualmente (el Plan de la Patria, 2013-2019), que orienta con claridad las vías para un desarrollo sustentable y democrático del país, sin embargo es la izquierda que está el la primera línea y es blanco de ataques desmedidos por el imperialismo y la oposición venezolana. Es una izquierda combativa pero no violenta; aboga por la paz y el respeto a las leyes y al Estado legítimamente instituido.
En una palabra, en este intento por ubicar las izquierdas en Venezuela, nos damos cuenta que abría que crear una nueva pero que simplifique las cuatro existentes, para hacer del sueño de libertad e independencia una realidad permanente en los pueblos vibrantes latinoamericanos. Seguimos reflexionando y creciendo en un país que dejó de ser albergue de intereses para ser Patria.