El vil asesinato del estudiante Eleazar Hernández, de 23 años , integrante de un movimiento chavistas de la Escuela de Derecho de la Universidad del Zulia (LUZ) quien recibió una herida mortal, luego de que fuera empujado contra una cartelera de vidrio, resultando degollado por una herida de unos 10 cms, causada por un fragmento de vidrio que se le incrusto en el cuello, dicho asesinato fue perpetrado por un grupo de jóvenes violentos, militantes de la Ultraderecha vernácula, vinculados al partido político Voluntad Popular, y acobijados, por la MUD; entre los cuales se señalan como presuntos participantes a Yorman Barillas, Presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de (LUZ), Carlos Palma, Víctor Ruz y Arturo Altamar, entre otros, este último hermano de David Altamar, quien purga condena por el contrabando de 2000 Kg de leche en polvo, incautado por las autoridades policiales en uno de los buses de dicha Universidad, perteneciente a la flota administrada por la FCU-LUZ.
Los hechos ocurrieron en el marco de un proceso electoral interno del PSUV para elegir al Delegado al congreso fundacional de la Federación de Estudiantes Venezolanos, cuyo sufragio se efectuaba en las inmediaciones de la Facultad de Humanidades de dicha Universidad, también se registró un herido por arma de fuego, y en la trifulca incendiaron el material electoral utilizado, incluyendo las boletas y urna electoral.
Lo relatado es una especie de punta de iceberg de la situación que atraviesa nuestra patria en el presente momento, y en el cual se exacerban las pasiones políticas registrándose el surgimiento de factores fascistas y hasta de naturaleza Neo nazis, promotores de violencia, en el marco de una oposición irresoluta, incapaz de controlar la emergencia de estos grupos de prácticas perversas.
No es de extrañar que estos movimientos de "manos blancas y de camisas negras" broten del seno de nuestras Universidades autónomas o experimentales, resguardados en el marco de un falaz concepto de autonomía universitaria, que se traduce en una especie de "Estado dentro del Estado", donde diversos sectores del mundo universitario se rigen por sus propias normas, muchas de ellas reñidas con el Estado de Derecho y la ética universitaria. Las autoridades universitarias actuales poseen sus periodos vencidos desde hace años, disfrutando de jugosos viáticos y dietas, que duplican y triplican sus sueldos, las Asociaciones de Profesores administras inmensos recursos aportados por el Estado mediante los acuerdos federativos, sin rendición de cuentas, y en los centros estudiantiles se encuban verdaderas mafias, alimentadas por el presupuesto universitario, donde la venta de cupos es una práctica ordinaria, en ese marco universitario todo es posible, incluyendo hechos tan horrendos como el asesinato de Eleazar Hernández, El Estado, la Sociedad Venezolana y la comunidad universitaria tienen en sus manos la superación de la grave situación universitaria, no basta con un castigo ejemplar para los asesinos de Eleazar Hernández, es necesaria la transformación universitaria mediante un Proceso Constituyente Universitario.