Algunas ideas, planes, propuestas o acciones provenientes de sectores de la economía y la política, para acudir una vez más a los organismos financieros internacionales, llámese Banco Mundial (BM) o Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de orientar (Asumir) la economía y la política venezolana ante la posibilidad de un agravamiento de nuestros asuntos internos; ha generado alarma, estupor e indignación tanto del gobierno nacional como de la ciudadanía.
Estas visiones sumamente controversiales sobre nuestras particularidades políticas, sociales, económicas y soberanas; no se pueden despachar rápidamente; pues es un asunto que no está limitado a sectores de la oposición y del gobierno, sino que involucra a la nación entera, En ese sentido es necesario revisar algunos datos sobre pasadas experiencias.
Como sabemos, mientras los pueblos europeos capitalistas se mataban atendiendo intereses ajenos a ellos en la Segunda Guerra Mundial, que incluían planes perversos para liquidar a la Unión Soviética, nación sobre la cual recayó el mayor peso de la guerra contra el Nazi-fascismo; los norteamericanos tenían a sus industrias trabajando a tiempo completo produciendo bienes, entre ellos armas para el conflicto e incluso crearon la Ley de Préstamo y Arriendo (Marzo 1941), que les permitió convertirse en el gran Centro logístico de la guerra.
De esa conflagración, todos los contendientes salieron, maltrechos y endeudados, y muy buchones los estadounidenses, dando pie a la conformación del Complejo, Militar, Industrial, creándose también en esos tiempos en las reuniones de Bretton Woods, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, cuyas acciones futuras serían sumamente conocidas y padecidas por los pueblos,
El 13 de febrero de 1959, Rómulo Betancourt, líder de Acción Democrática (AD) asumió la presidencia de la República de Venezuela, elegido mediante el voto popular, de inmediato inició una serie de ajustes económicos: rebaja de salarios, aumento de precios de productos básicos, y la eliminación del Plan de Emergencia, que había implementado el gobierno de Wolfgang Larrazábal para paliar un poco la crisis social existente en la Nación al final de la dictadura de Pérez Jiménez.
La respuesta gubernamental ante las protestas populares fue violenta, utilizando a sectores de la militancia adeca organizadas como bandas armadas para agredir a las protestas sindicales y estudiantiles. El 4 de agosto de 1959, a unos meses apenas de asumir su mandato ordenó a las fuerzas represivas arremeter contra una manifestación de desempleados en la Plaza de la concordia en la ciudad de Caracas, con un saldo de varios trabajadores asesinados y numerosos heridos y detenidos. Esta sangrienta acción marcó el rumbo represivo del régimen, que se caracterizó por sus fuertes vínculos con EE.UU y las empresas transnacionales, desajustes sociales, persecución política, conducta seguida por los sucesivos gobiernos en el largo período que se conoce como el Puntofijísmo (1959-1999).
De los documentos históricos conocidos se infiere que no podía esperarse una conducta distinta de este primer mandatario de la "Democracia Punto fijísta", puesto que, se le atribuyen junto a otros líderes políticos venezolanos (COPEI-URD) conversaciones y acuerdos en la ciudad de Nueva York, con representantes del gobierno norteamericano para organizar los lineamientos a ejecutar en una eventual asunción del poder en Venezuela, de allí la reunión en la casa de habitación del Dr. Rafael Caldera (Quinta Punto Fijo) en Caracas a fin de concretar los acuerdos políticos.
El 18 de octubre de 1945, fue derrocado el Presidente Isaías Medina Angaríta, político y militar demócrata, que aún viniendo del gomezalato había promovido amplias libertades políticas, y en el campo de la economía abrió una importante ventana nacionalista con la aprobación de la Ley de Hidrocarburos (1943).Como factor central civil de la conspiración estaba Betancourt quién presidió la Junta golpista de Gobierno. Tres años después (1948) representaría al gobierno de Rómulo Gallegos en la Conferencia Interamericana de Bogotá (Creación de la OEA) donde pronunció un discurso anticomunista cónsono con la guerra fría que lideraba los EE.UU.
Por supuesto, que las personas de mentalidad democrática, sensibles, nacionalistas, patriotas, con memoria histórica; tienen que sentirse molestas, preocupadas y angustiadas por los planes que algunos personajes de la política y de la economía, apoyados por factores exógenos, plantean aplicar en el caso de acceder al poder, que no es otra cosa que regresarnos a un pasado ominoso, que sólo trajo hambre, pérdida de soberanía, represión y muerte para amplios sectores de la sociedad venezolana y beneficios para pequeños grupos elitescos.
Si de ajustes y desajustes se trata, eso lo vivimos de manera intensa y dramática los venezolanos y venezolanas entre 1959 y 1999 con la farsa de la alternabilidad republicana, (Copei-AD-URD) caracterizada por: empobrecimiento de las mayorías nacionales, endeudamientos, devaluación de la moneda, estafas bancarias, fuga de capitales, corrupción pública y privada, pérdida de soberanía, aplicación de terrorismo de Estado a la insurgencia ,y al liderazgo de izquierda, desarrollo de políticas anticomunistas propias de la guerra fría refrendadas en la ciudad de Caracas en la X Conferencia Interamericana en 1954, liderada por John Foster Dulles.
El escritor Luis Brito García, en su columna dominical del 11 de octubre de este año en el diario Ultimas Noticias, señala:
"En febrero de 2013 se crea la Comisión de la Verdad y la Justicia, para esclarecer los hechos, establecer responsabilidades y lograr en lo posible la reparación de los daños" y agrega "Esta Comisión ha logrado precisar hasta ahora 8.048, los asesinados por los gobiernos de la Cuarta República, sin incluir las muertes del Caracazo, indemnizadas por Chávez. Si estimamos que por cada asesinato hay otras tres víctimas entre torturados, detenidos, ultrajados o desaparecidos, podemos calcular conservadoramente en más de 24.800 las víctimas.
Hoy suenan las alarmas, el capitalismo financiero y sus estructuras imperiales están propiciando enormes desajustes: Humanos, territoriales, económicos, psíquicos, y ambientales en el planeta; los venezolanos y las venezolanas al igual que los latinoamericanos, caribeños y todos los pueblos; tenemos la obligación histórica de la resistencia a la barbarie. Aunque quede un solo venezolano saldrá espada en mano cual Alonso Andrea de Ledesma en 1595 a enfrentar a las huestes piratas depredadoras de la humanidad de este Siglo XXI.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL