La violencia es producto del miedo. En las sociedades capitalistas ese miedo no es a los ideales de los demás, como en alguna ocasión afirmara el gran líder indio Mahatma Gandhi, sino a las consecuencias materiales de la puesta en práctica de esos ideales.
Aun cuando hasta ahora el proceso bolivariano ha afectado realmente más intereses geopolíticos y económicos foráneos que a las élites económicas nacionales, nuestro país, el chavismo y los chavistas han sido objeto de todo tipo de violencia. ¿Por qué?
Porque Venezuela está en la mira del imperio tanto por su riqueza petrolera y minera como por su fuerza moral y política en la región latino-caribeña y en el Sur.
Porque nuestras élites parasitarias, dependientes del estado o más bien del gobierno de turno para satisfacer su voracidad capitalista, están desesperadas por recuperar el poder político para sacar del juego al "perraje castro comunista" que dificulta o cuestiona su acceso a la gallina de los huevos de petróleo.
Que nuestra burguesía pitiyanqui se haya hecho cómplice del ataque sin cuartel desplegado por los capos del imperialismo contra el Comandante Chávez, el chavismo y el Presidente Maduro es perfectamente comprensible.
Como también lo es que, incapaces de ver más allá de sus narices, nuestras élites crean que desprestigiando a Venezuela y los venezolanos, cometiendo toda clase de ilícitos, asesinando a sus compatriotas y saboteando los servicios públicos están defendiendo sus intereses.
Lo que no es tan comprensible es que mujeres y hombres de ingresos medios y bajos se identifiquen con temores y conductas que debieran serles totalmente extraños. Que jóvenes humildes arriesguen su futuro y su vida por hacer los trabajos sucios que los señoritos no se atreven a hacer.
Pero lo que resulta realmente inconcebible es que haya venezolanos que aplaudan las provocaciones del gobierno estadounidense e incluso propicien irresponsablemente una intervención armada de los EEUU en nuestro país, sin medir las terroríficas consecuencias de este tipo operaciones.
En esta coyuntura, todos los venezolanos de bien estamos obligados a acompañar al Gobierno y a la Fuerza Armada Bolivariana en su lucha por la Paz y la Independencia de nuestra Patria.
Y todos quienes nos decimos chavistas o revolucionarios estamos igualmente obligados a derrotar al enemigo el 6D en todos los circuitos electorales.
