Indiscutiblemente el periodo gubernamental de la quinta república que va desde 1999- año en que asume Hugo Chávez la presidencia de la república- hasta el presente con la administración de Nicolás Maduro, ha sido justamente el de mayor inversión social en la historia política de Venezuela. Las estadísticas confirman esta aseveración. En estos 16 años de gobierno bolivariano se incrementó 20 veces más la inversión en Seguridad Social, 10 veces la de Ciencia y Tecnología, nueve veces la de Salud y ocho veces más la de Cultura y Deporte, así como seis veces la de Educación (ver Correo del Orinoco, 16 de noviembre 2015).
No obstante, esta gran hazaña de ejercicio gubernamental, últimamente parece haber perdido eco en la opinión pública nacional, incluso en nuestros compatriotas. Así por ejemplo, ya poco se habla de los beneficios de Barrio Adentro que un principio se reconocía en todos los rincones del país, ha bajado el entusiasmo de la Gran Misión Vivienda Venezuela –dado el gran déficit acumulado de personas sin techo y debido a la gran cantidad de hogares que se forman a cada rato-, y relativo a la Misión Alimentación, hoy se cuestiona, después que fue muy aplaudida por el abarrotamiento de alimentos de primera necesidad a precios subsidiados, trayendo beneficios a la población históricamente explotada.
Entonces, ¿no tiene nada más que mostrar el gobierno bolivariano, hoy día? Por supuesto que sí, hay muchas obras importantes que se han realizado en beneficio de la gente y del país en general, pero que no se dan a conocer ni la existencia ni la importancia que éstas significan. Una de esas obras de gran beneficio público para la ciudad de Barinas, especialmente para la gente de a pie es la experiencia de Bus- Barinas. Se puede hablar de Bus- Barinas sin necesidad de ser un usuario/a cotidiano/a, porque hasta desde lejos lo vemos a diario circular y distinguiéndose por su visible buen estado y apariencia de comodidad comparada con el antiguo sistema de transporte público urbano, que en general sus unidades presentan deterioro y mal estado para su debido funcionamiento. Pero mucho mejor podemos hablar con propiedad si al menos lo hemos utilizado, aunque fuese una sola vez.
Quien escribe este artículo, ha sido usuario un par de veces de este transporte. Confieso que se trata de un servicio que muy poco difiere del sistema metro-bus, debido al confort que representa: amplio, espacioso, aire acondicionado, una puerta para salir y otra para entrar de manera de evitar que la gente se aglomere y se atropelle entre sí, paradas solo en los sitios establecidos e indicados para tal fin, choferes y ayudantes uniformados y educados de acuerdos con normas de cortesía y respeto a la ciudadanía.
Dentro de lo positivo de esta importante iniciativa gubernamental, debe destacarse su capacidad para transportar o movilizar personas usuarias. Más de 2.400.000 viajeros el mes pasado (a razón de 80.000 por días). Es bueno dar a conocer que las ciudades hoy día son determinadas en gran medida por las condiciones que ofrece para movilizar a sus ciudadanos y ciudadanas de un lugar a otro en menor tiempo posible. En efecto, en este mundo -al que llaman globalizado- se nos es imposible que nos atornillemos en un solo sitio, estamos casi a la deriva, una vez en un lado y de pronto tenemos que movernos a otro más distante. Pareciera que somos arrastrados y arrastradas por un volcán intempestivo al que nos da poco margen de escapar a esta realidad cada vez más dinámica.
Al parecer los gobernantes bolivarianos (tanto a nivel nacional como regional) han comprendido esta realidad que acabamos de mencionar y quienes no los hayan comprendido- como es el caso del opositor Alcalde de Barinas- están fuera de órbita. Gobernar ciudades más o menos grandes o intermedias se debe estar a la altura del conocimiento de estas complejidades tempo-espaciales en las que se mueven las nuevas y futuras generaciones.
El desafío que les toca a los directivos de Bus-Barinas es mantener este servicio primordial, hacerlo sostenible en el tiempo, nada de claudicar ante tentaciones populistas. Por mucho que este servicio haya sido pensado especialmente para las clases explotadas, debe ser pagado a un precio razonable que sirva para reponer los gastos que acarrean el funcionamiento del mismo.
Cinco pequeñas recomendaciones más a los directivos de Bus-Barinas, especialmente a su presidente Carlos Ramírez: las paradas deben ser más larga entre una y otra, debido a que existen unas de solo 100 metros, lo cual retarda más el tiempo de la personas que viajan, la segunda es evitar que suban más usuarios/as de lo indicado, ya que ello puede deteriorar las unidades, la tercera que de haber ambiente musical sea con música instrumental y venezolana sin tantos decibeles, cuarto no esperar que se deterioren para hacer los respectivos mantenimiento y limpieza de la unidad y quinto dialogar con los/as trabajadores/as de la economía popular para que no ocupen el espacio donde están establecidas las paradas, porque obstruye la circulación de la unidad.
Finalmente, a mi juicio si el gobierno bolivariano se ha detenido a evaluar este programa, estoy seguro que lo tomaría de espejo para el resto de las demás obras y programas.
Francisco Hernández