Creemos que la autonomía municipal para hacer lo que les venga en gana a directivas municipales y Alcaldías, en perjuicio de los clientes de aquellos comerciantes que desengonzadamente se han quitado la careta, debe revisarse.
Las multas, como sábese, son deducibles de las nuevas ganancias, y estas implican una predetermina mayor inflación. La contabilidad burguesa-lo hemos denunciado-goza del privilegio gubernamental de poder vender a precios viejos cuando estos superan el precio que reine en el mercado en la actualidad, y de vender a precios nuevos cuando los costes hayan sido registrados a precios menores.
Ese pervertido sistema contable es aprovechado por el comercio en general. La fulanas pérdidas por concepto de deudas incobrables, las registran en los años próximos para pagar menos impuestos nacionales, pero entran como "sobrecostos o costes ficticios" en los nuevos períodos comerciales. Entre estos están las depreciaciones de equipos que el Estado jamás ha auditado. Los alquileres de inmuebles que son de su propiedad son cargados al costo por concepto de costos de oportunidad, cosas así. A estos comerciantes sólo les ha faltado cargarle a los "costes falsos" sus vestidos y calzados personales.
El privilegio de los impuestos municipales compite descaradamente con las facultades Estatales, y ya sabemos que el uso que algunas Alcaldías les dan a los impuestos y situados municipales recabados no es transparente. No se conoce todavía a ningún Alcalde irresponsable al que se le haya procesado por malversación de fondos públicos. Los castigos recibidos suelen ser políticos.
P.D: Cuando a un funcionario o a algún corrupto se le dé casa por cárcel, este reo debería pagar los gastos de vigilancia y trámites judiciales que vayan sobreviniendo durante el periodo de esas privativas de libertad.