A pesar de los ensordecedores gritos de la derecha histérica reclamando su dudoso estatus de "demócratas", la realidad devela otra historia bien diferente, donde sus protagonistas no pasan de ser unos peligrosos fachos (RAE: "Fascista. De ideología política reaccionaria"), guarimberos y golpistas.
Bajo su inmaculada (y bien peinada) fachada de cándidos políticos prepúber, se esconde una maquiavélica maquinaria de crear el mal, de mentir y de engañar al pueblo; acciones propias de los más despreciables, rastreros y miserables seres humanos.
Esta gente nunca toleró ni soportó que un Chávez Pueblo, que un Chávez soberano, íntegro y libertario, haya llegado al poder y los haya despojado de todos sus privilegios y prebendas, dando prioridad a atender la enorme deuda social acumulada durante las décadas de los nefastos gobiernos adecos-copeyanos. Hay que recordarle a la rancia derecha explotadora que en 1.999, los niveles de pobreza arropaban a más del 75% de nuestra población, golpeando fuertemente a los más humildes.
A costillas de esta pobreza, los ricachones criollos vivieron a todo trapo, chupándose la renta petrolera y sabaneando y comprando a la clase política reaccionaria, la cual siempre estuvo (y así continúa) totalmente arrodillada a sus pies. Para el pueblo campesino y para el obrero solo había migajas, solo miserias y exclusiones. Por eso los feroces ataques contra la Revolución Bolivariana. Su existencia, es la negación misma de los privilegios de la clase burguesa. Por eso, con un impecable protocolo inglés, la derecha ha aplicado en vano todos y cada uno de los capítulos del Manual de Golpes de Estado.
El prontuario de los supuestos "demócratas" venezolanos es digno de varias películas de terror. Sus fuerzas destructivas (de los aparentemente inmaculados angelitos opositores), se han desatado inclementemente sobre todo el país, contando siempre con ingentes recursos financieros y mediáticos. Sin vergüenza alguna han dirigido y ejecutado:
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Pronunciamientos militares (como los de Plaza Altamira, con generales sin tropa).
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Golpes de Estado (Carmona, Fedecamaras, CTV). El 11 de abril de 2002, secuestraron al Presidente y en nombre de Dios (en pleno siglo XXI), usurparon su cargo, derogaron todos los poderes públicos, violaron la soberanía e inmunidad de embajadas y realizaron arrestos y persecuciones masivas sin órdenes judiciales de ningún tipo.
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Paro Petrolero e industrial, en un intento por matar a nuestro pueblo de hambre (2002-2003).
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Atentados terroristas en embajadas y el Consejo Nacional Electoral.
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Descargas de Arrecheras (Capriles, 2013).
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Guarimbas, sicariatos y atentados terroristas (López y su Salida, 2014).
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Guerra Económica, con la masiva coerción sobre la oferta de los productos de la cesta básica de los venezolanos (2014-2015). Bachaqueo, especulación y contrabando de extracción.
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Ataques mediáticos ininterrumpidos durante 15 años.
A pesar de todos estos intentos de la derecha por interrumpir el hilo constitucional, por provocar el caos y la zozobra en nuestro pueblo, el apocalipsis nunca llegó. El Comandante Chávez con gran maestría y liderazgo, siempre resistió y contraatacó cada embestida golpista, defendiendo la Constitución, las leyes y el bienestar del pueblo venezolano.
Por eso ante cada ataque, un nuevo camino, y un contrataque. Ante el paro patronal-industrial, se crearon Mercal y PDVAL. Se crearon empresas agroindustriales, bancarias y de servicios que permitieron al Gobierno Bolivariano garantizar la prestación de servicios y el suministro de productos esenciales para nuestro pueblo.
Hoy día tenemos un gran tesoro, las Misiones Sociales, legado del Comandante Chávez para lograr la igualdad, la inclusión y la justicia social para los más necesitados. Las Misiones son programas especiales creados para combatir la pobreza y atender los requerimientos más importantes de nuestra población, abarcando desde derechos básicos de salud, educación y alimentación hasta políticas ambientales y científicas. Siendo nuestro país reconocido por organismos internacionales como la UNESCO y la FAO.
La lista es increíblemente larga, pero es un orgullo Chavista presentarlas (opositores, cuidado con un patatús), porque detrás de ellas hay millones de venezolanos, millones de sueños y esperanzas:
Misión Barrio Adentro, Misión Guaicaipuro, Misión Identidad, Misión Cultura, Misión Piar, Misión Robinson, Misión Ribas, Misión Sucre, Misión Milagro, Misión Sonrisa, Misión Ciencia, Misión Negra Hipólita, Gran Misión Agro Venezuela, Misión Amor Mayor, Misión Hijos de Venezuela, Gran Misión Saber y Trabajo, Gran Misión Vivienda Venezuela, Gran Misión A Toda Vida Venezuela, Misión Alma Máter, Misión Barrio Adentro Deportivo, Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor, Misión Eléctrica Venezuela, Misión Jóvenes de la Patria Robert Serra, Misión Madres del Barrio, Misión Negro Primero, Misión Nevado, Misión Transporte, Misión Alimentación, Misión Árbol, Misión Che Guevara, Misión José Gregorio Hernández, Misión Música, Misión Niño Jesús, Misión Niños y Niñas del Barrio, y muchas más.
Para ejecutar todas estas misiones se requieren recursos financieros que el Gobierno Bolivariano prevé en el presupuesto nacional (ordinario y extraordinario), los cuales deben contar con la debida aprobación de nuestra Asamblea Nacional. En esta instancia, es indignante ver como los diputados opositores de la derecha niegan sin miramiento cada propuesta. Ni siquiera por los viejitos pensionados tienen misericordia. La oposición ni se estremece. Parecen cuerpos sin alma, sin sensibilidad, sin humanidad y sin conciencia. En sus manuales neoliberales está claramente señalado que el único papel que debe tener el Estado es garantizar el "libre comercio", es decir, el libre desenvolvimiento de los agentes económicos de la burguesía, que actúan única y "desinteresadamente" en beneficio de sus patronos o accionistas. El amo que les moja la mano. El pueblo que se friegue.
Los agentes de la derecha en la Asamblea Nacional, nefastos y tristes fantoches, también levantan sus manos para negar todos los Acuerdos en defensa de la patria. Es decir, se oponen a los pronunciamientos que repudian la injerencia norteamericana, las pretensiones sobre nuestro Esequibo o los ataques y agresiones que recibimos en la frontera con Colombia. Esta gente perdió el rumbo. Solo se mueven por su odio y por sus intereses. El pueblo los conoce bien.
Esta gente es incurable. El mal de odio no se cura como el despecho (con una buena ranchera y un ron). No, esta gente tiene inoculado en sus venas la maldad. Si Jesucristo resucitara y bajara del cielo a esta santa tierra, la derecha pediría de inmediato su nueva crucifixión, acusándolo de agente Chavista. Por eso hay que garantizar la mayoría revolucionaria en la próxima Asamblea Nacional, para tener diputados que defiendan al pueblo, a la gente humilde, a los hijos de Dios.
Por eso este 6 de diciembre, una vez más, Venceremos!!!