La cultura que construiremos al calor de la Revolución Bolivariana, la que corresponde a la fundación de la Quinta República, debe contribuir en grado sumo, a la construcción del Socialismo del Siglo 21 (creación del portento creativo del Comandante Hugo Chávez como ya hemos anotado anteriormente), para sí, para su desarrollo, para la plena felicidad del pueblo. Y es que en el fondo, bolivarianismo y socialismo del siglo 21 son componentes inseparables de este proyecto, como lo es el chavismo que los llevará a cabo. Pero tanto la "quinta" como el "veintiuno" que identifican a la republica revolucionaria y a este siglo necesariamente humanista, los distinguimos con números arábigos, de esos que no arrastran el apellido, simplemente enumeran. No lo hacemos con los romanos, los que nos remiten a una simbología grosera que nos recuerda a la "apostólica, católica y romana". Y es que el tema de la simbología es un tema netamente cultural. Ciertos símbolos no dejan de padecer la tara de su origen. A donde van, invocan a su creador. Al igual que las palabras, y el cómo le damos nombre a las cosas, terminan elaborando en el imaginario fórmulas de dominio.
Es así que en estos textos nos cuidamos de no utilizar aquellas expresiones que a nuestro juicio nos enclaustran en las celdas que la costumbre y la subyugación ha creado para que como parte de la dominación, nos recluyamos en ellas como mansos animales domésticos.
Seguro que en una revisión a profundidad encontraremos en estos escritos, un cumulo de vocablos, expresiones y símbolos que de momento no detectamos como tal, pero que son enemigos abiertos o encubiertos, de nuestra liberación cultural. El mismo hecho de utilizar el español en esta lucha es ya una contradicción. Hemos dicho en otra oportunidad, que bien podríamos hacerlo en uno de los esenciales idiomas caribe, pero que por razones de ignorancia, y hasta tanto no nos releven en esta tarea nuestros hermanos originarios, quienes poseen ese maravilloso conocimiento liberador, seguiremos utilizando el grotesco español con las licencias que a bien nos demos para ello.
Trataremos de esquivarlos en lo posible. Por ahora enunciaremos solo algunos que por su estridencia resultan no solo evidentes, sino muy peligrosos. Pero que a cada uno de ellos le dedicaremos atención especial en un capítulo de este intento de sistematizar las ideas para la batalla cultural que llamaremos: "Redefinición de conceptos". Por ejemplo, nos hemos cuidado en no utilizar los términos: indio, indígena, América, Iberoamericano, Latinoamericano, Hispanoamericano, Antillas (mayores y menores), clases sociales, masas, sindicato, etc. Incluso la palabra Venezuela (ya en un texto anterior lo habíamos explicado).
Hemos tratado de dar esta breve explicación para resaltar lo importante del detalle semiótico (iconos, símbolos, señales, significados y significantes), el que en suma forma parte de los mecanismos de transmisión cultural. Tan importante que nos obliga a aclarar lo siguiente: este es el tercer texto de una serie que lleva por título: "Pensamiento cultural de la Revolución Bolivariana". Es decir, ya se han publicado dos (1 y 2), con esa numeración arábiga. Sin embargo, han aparecido a la luz pública con la numeración romana (I y II) por un simple descuido en la transcripción. Pareciera no ser relevante este detalle, y pesa más, la costumbre, la forma, el protocolo, el estilo para escoger dicha numeración, la que los manuales de redacción eligen como la correcta. Pues bien, en este caso no es así, precisamente, el contenido de estos escritos luchan en contra, entre muchas otras formas, de ese manual decimonónico, porque es expresión de la cultura considerada a estas alturas, como enemiga.
Dicho esto, esperamos no seguir cayendo en el error de transcripción. Si así ocurriere, insistiremos en las aclaratorias de rigor.
En otra entrega nos ocuparemos del detalle semiótico, sobre todo en el tema mediático, en el que si bien hemos mejorado desde el punto de vista de la defensa, y promoción de la imagen de la revolución, en el substrato de todo ese contenido se va coleado el veneno del enemigo, envuelto en los más afables elementos de la información, la educación y el entretenimiento.
El chavismo es emancipación cultural.