Si usted, amigo lector, va por un camino y se consigue con un animal que tiene trompa de cochino, rabo de cochino, orejas de cochino, camina y come como un cochino, ¡carajo!, usted tiene que llegar a la conclusión que eso es un cochino. Al menos que usted les tenga tirria a los cerdos y no quiera verlos ni en pintura, entonces pensará que eso es un chivo y será difícil convencerlo que los chivos tienen cachos y los marranos no.
Usted pertenece a un equipo deportivo, supongamos de beisbol, su equipo ha llegado a obtener un campeonato, pero de repente por diversos motivos pierde algunos encuentros y el manager decide sentarlo a usted en la banca junto a otros jugadores para estudiar de donde viene la falla. Entonces usted y parte del grupo que esta en la banca molestos por esa decisión se dedican a oídos del equipo contrario a criticar los errores que se cometen en el que usted juega, culpando al manager y desmotivando a sus compañeros. ¡Eso es traición!
Uno ve, observa y lee, comentarios y opiniones de algunos que se dicen revolucionarios, incluso que han pertenecido al equipo de gobierno y fueron sentados por alguna razón en la banca, tratando de convencer que sus criticas a la revolución bolivariana son puramente constructivas, pero inevitablemente nos hace llegar a la conclusión que no tienen otra intención sino la de causar desmotivación y por ende división dentro de las filas del chavismo, con el propósito de captar parte de su militancia y formar nuevos grupos.
Son tan descarados que no ocultan su deseo de ver derrotado al proceso revolucionario en estas elecciones a la Asamblea Nacional y ya culpan de esa supuesta derrota tanto a la directiva del PSUV, como al presidente Maduro y su gabinete, pidiendo la renuncia de estos después de las elecciones. Que me perdonen los camaradas que han salido en defensa de estos señores, porque si bien es cierto que estamos pasando por un momento bastante critico, todo aquel que se siente seguidor del legado del comandante Hugo Chávez, en lugar de estar dando alas a la oposición, descalificando a Maduro, a su tren ministerial y a la directiva del PSUV, con una clara convicción derrotista, no es más que un traidor al proceso revolucionario. Una cosa es la crítica constructiva, que sin duda es necesaria y otra son los comentarios y declaraciones malsanos que le dan pie al enemigo para decir que es necesario un cambio porque esta revolución fracasó, olvidando todos los beneficios que el pueblo ha recibido y que ningún gobierno en la historia de Venezuela les llegó a otorgar o reconocer.
Estas elecciones del 6D, definirán el futuro de nuestra patria, esa patria que nos dejó el comandante Chávez, independiente de todo colonialismo imperial. Reconozco quela cosa no está tan fácil como en otras ocasiones, esto debido a esa guerra económica que le declaró la ultraderecha oligarca al gobierno, sometiendo a la población a la penuria de hacer largas y deprimentes colas para conseguir los artículos de primera necesidad, algo que sin duda les ha dado sus resultados al hacer creer a mucha gente que todo es culpa del gobierno, pero creo firmemente que ganaremos de nuevo estas elecciones. No podemos permitir que la AN caiga en poder de esa bandada de buitres que esperan como hienas para borrar todo lo que huela a chavismo y vender al país al imperio gringo, que son sus verdaderos amos y les dictan la pauta. Este proceso tenemos que defenderlo con nuestro voto para lograr que sigamos con la mayoría parlamentaria. No es momento para estar como un ave de mal agüero vaticinando derrotas y buscando divisiones para satisfacer apetencias o tan solo por el hecho que haber sido sentado en la banca. Ahora más que nunca se requiere: UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD.
No podemos olvidar estas palabras de Chávez.
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