1. Si el enorme poder yanqui no es derrumbado por la estrategia China-Rusia o por el Estado Islámico (EI) entre un siglo estaremos sufriendo y quejándonos de la misma o peor opresión que padecemos hoy en el mundo. La destrucción del poder político, económico y militar imperial que desde hace 100 años domina en casi todos los países, es indispensable para que cada pueblo pueda darse el gobierno y la economía que necesita. Aprovechando el imperio a grandes fuerzas económicas y militares locales ha derrocado a gobiernos -quizá con muchos errores e indecisiones- que buscaban construir economías independientes y soberanas.
2. En los últimos 15 años, valiéndose de estrategias diferentes, los yanquis y países aliados lograron derrocar en junio de 2009 al presidente de Honduras Manuel Zelaya mediante la acusación de que buscaba un cambio de la Constitución para poder reelegirse. El gobierno de EEUU y países seguidores apoyaron a la Suprema Corte en tanto que países como Venezuela respaldaron a Zelaya. A los seis meses se realizaron elecciones dando el gobierno a Lobo quien de inmediato fue reconocido por los EEUU. Durante esos meses se impidió el regreso de Zelaya a Honduras para evitar el apoyo de la población. Pretextos para derrocar gobiernos existen siempre porque los gobernantes no se deciden apoyar al pueblo porque le temen.
3. En 2012 –con otro pretexto- fue expulsado del gobierno el presidente de Paraguay Fernando Lugo quien era un obispo católico con sensibilidad social. Si bien en su administración se cometieron muchos errores, el gobierno de Lugo era incomparablemente más cercano y afín a los sectores más desprotegidos y empobrecidos de la población que los anteriores gobiernos. Fue electo cuatro años antes y estaba rompiendo con la tradición dictatorial de la familia Strottner; sin embargo tuvo muchas debilidades e indecisiones en asuntos de tierras y campesinos, convirtiéndose en el pretexto para su derrocamiento.
4. En 2015 fue derrotada electoralmente la presidenta de Argentina Cristina Kirchner, quien sucedió a su marido, el presidente Néstor Kirchner, electo en 2003. No fueron gobiernos izquierdistas, pero sí de Centro que tuvieron que enfrentar a la derecha, los militares y políticas agresivas encabezadas por los EEUU. Así como Zelaya y Lugo, Cristina tuvo que sortear durante su gobierno fuertes presiones contra la economía argentina de los llamados "fondos buitres", así como permanentes presiones de la derecha y los militares asesorados y empujados por los yanquis. Macri, el nuevo presidente fascistoide, busca romper relaciones con países de Unasur.
4. En Venezuela se registró el pasado domingo seis, un rotundo triunfo electoral legislativo de la derecha y el imperio yanqui. No debe olvidarse que el legislativo es uno de los tres poderes del Estado, sin embargo todavía quedan el gobierno de Maduro y la Suprema Corte; además, como dijo mi amigo Uzcátegui de Patria para Todos (PPP): "perder la mayoría parlamentaria no significa un debacle porque se tiene la Presidencia, 20 gobernadores de los 23 y 292 alcaldías de las 337". Sin embargo no existe la menor duda de que todo el asunto de la economía dolarizada, el embodegar mercancías y los boicots de la oligarquía, se hacen con total apoyo yanqui.
5. ¿Qué sucede en Brasil? A la presidenta Dilma Rousseff –que gobierna el primer año de su segundo período- se le está preparando un juicio político en el congreso; se le acusa de permitir la corrupción, además del desempleo, salarios bajos, inflación desatada, desconfianza de inversionistas y devaluación de la moneda. Brasil es el país con más población (215 millones) y más poderoso de América Latina. Forma parte del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Suráfrica) y por ello se ha convertido en enemigo estratégico de los EEUU en la lucha por los mercados del mundo. Aunque los gobiernos de Lula y Dilma no pueden calificarse de izquierdistas, sí de centro izquierda y antimperialistas que no han dejado de sufrir grandes presiones de los EEUU.
6. A los presidentes cubanos Fidel y Raúl Castro no pudieron derrocarlos ni asesinarlos como quiso durante 50 años el imperialismo de EEUU. Para ello empleó a muchos matones y, sobre todo, a los exiliados cubanos de Miami. No pudo pero empleó un arma no menos asesina: el bloqueo económico y comercial a Cuba durante 55 años, obligando y amenazando a todos los países que rompan la prohibición. Parece que al final se impondrá al lograr que se abran las fronteras cubanas a todos los negocios internacionales con un poder de barrer todos los sueños y los ideales por los que por tantas décadas lucharon y sufrieron los cubanos. Esta es una experiencia que debe analizarse y discutirse por su enorme peso histórico.
7. El presidente indio de Bolivia, Evo Morales, así como el vicepresidente marxista García Linera; los presidentes Rafael Correa de Ecuador y Daniel Ortega de Nicaragua, también con posiciones progresistas y antimperialistas, gobiernan bajo presión y amenazas imperiales. Pienso que si estuviera viviendo en alguno de esos países progresistas también estaría como en México capitalista y pro-yanqui, en posiciones radicales críticas de izquierda, pero reconociendo –a pesar de sus mil errores de gobierno- que el antimperialismo es un avance. Reconociendo que los esfuerzos de esos gobiernos deben apoyarse, pero que también son muy limitados y que de muy poco servirán si no se busca la destrucción del dominio imperial.
8. Sólo los gobiernos de Fidel y Raúl Castro en Cuba, así como los de Hugo Chávez y Maduro en Venezuela, que de manera abierta y permanente declararon su "fe socialista" y sus pasos siempre los encaminaron a la conquista de ese objetivo; los demás gobernantes sólo fueron calificados como progresistas, socialdemócratas radicales y antimperialistas. ¿Qué carajos hacer ahora con ese terrible gobierno derechista y proimperialista de Macri en Argentina; con la mayoría parlamentaria de ultra derecha que hará total mayoría en el legislativo venezolano o qué hacer en el congreso brasileño si Dilma y Lula son derrotados?
9. Por ello he pensado mucho, desde 2006, en la posibilidad de que López Obrador gane la Presidencia de México. Pero, después del derrocamiento de Allende en Chile, del desplome del llamado "campo socialista", de papel del imperio de EEUU bloqueando a todos los gobiernos y aliándose con empresarios y derecha, del futuro de Venezuela y Cuba, ¿Qué esperanzas veo en un futuro gobierno de López Obrador en México ante la brutal intervención imperialista y el fuerte apoyo a los grandes empresarios del país? Aplaudiría a rabiar si se pudieran realizar cambios importantes con un gobierno progresista, pero después de mil experiencias, yo sé que no se podrá.
10. Peor aún si los diputados y senadores son de mayoría priísta y panista y los miembros de la Suprema Corte siguen siendo agentes de esos partidos y de los empresarios. Pero más terrible aún si las convicciones de López Obrador siguen siendo pacifistas y no está dispuesto a disgustar a la embajada yanqui, a los 100 mil agentes yanquis incrustados en las secretarias de Estado y el ejército, a los dueños de los medios de información y empresarios; pero mucho más si no tiene confianza al movimiento de masas en las calles dispuesto a cambiar a fondo, con su fuerza, la Constitución derechista y opresora. ¿Se puede olvidar que el iluso líder de la Revolución Mexicana, Francisco Madero sólo pudo gobernar menos de dos años porque en 1913 fue derrocado y asesinado por la embajada yanqui y el huertismo? (8/XII/15)