Cuando Hugo Chávez dio la triste noticia de su enfermedad terminal, toda Venezuela lloró, de algún modo sintió el dolor de una ausencia que acarrearía muchos sufrimientos futuros, como de hecho está sucediendo. Durante todo su proceso, como figura política de primer orden su enfermedad se convirtió en propaganda política de dimensiones mundiales, aupada por los traidores para ir proyectándose como líderes, pero inorgánicos.
El mismo se encargó de transmitirle animo a su pueblo, El mismo asumió la responsabilidad de brindar los partes médicos de su extraña enfermedad, hombre de miles de batallas victoriosas que se sabía crecer en las adversidades, el pueblo nunca se preparó para su muerte, la misma representó un duro golpe al proceso revolucionario en gestación.
La Revolución a partir de la desaparición física de su líder máximo entró en una fase degenerativa, comenzó a primar la improvisación, el desorden y la prepotencia de sus supuestos herederos. Los pueblos no son tontos, por mas mentiras que le vendan, la verdad como un sol radiante siempre encuentra la manera de revelarse. Y así ocurrió, el rumor popular sobre las causas de muerte del Comandante Chávez domino el ánimo del pueblo. Se sintió decepcionado.
Al pueblo le digo se acabaron los bonos de confianza para la actual dirigencia política de la Revolución Bolivariana, ni el mismo Hugo Chávez podía ser un reemplazo para El mismo, por lo que su ordenanza de apoyar a Maduro solo era para la solución de ese momento crítico de su fala absoluta, así la Revolución sin un liderazgo emergente que lo sustituyera pudiera ampararse en su fuerza endosada a Maduro.
Ya esa es una orden caduca la que dio el Comandante Chávez, ahora le corresponde al Bravo Pueblo defender la Revolución que forjó con su máximo líder, el único hijo legitimo de Hugo Chávez y la Revolución que lideró es el Pueblo, y es ahora cuando ese hijo debe tomar las riendas de su destino para no desaparecer ante la boa capitalista que ha penetrado el Estado Revolucionario bajo la sombra de una terrible conspiración traidora.
Pidan cabezas del buro político, que se radicalice la revolución pero desde abajo hacia arriba, construyan una nueva lógica revolucionaria ajustada a las urgencias del momento, tomen el control total de la Revolución, no existen vacas sagradas, que la Revolución la conduzcan los personajes con mayores condiciones para encarnar esta gran responsabilidad que nos ha deparado el camino, es el turno de hacer revolución de verdad, mas allá de los medios de prensa y las redes sociales, eso es caricatura revolucionaria.
El pueblo habla en la calle, movilizado, organizado y con una idea clara de lo que quiere, y lo que se quiere es volver al cauce original, el que le devolvió la dignidad a la Patria, el que dio visibilidad a los desamparados de siempre. Algo vital es entender que no se puede seguir cayendo en el error de dividir a Venezuela en dos mitades. Fin de la polarización.
Pueblo hay que salir de los ladrones, de los corruptos y todos los que están viviendo una vida privilegiada a costilla del hambre y el dolor de los indefensos. No necesitamos revolucionarios que pasen factura a la Patria, esos no son revolucionarios, son comerciantes políticos, es tiempo de héroes y heroínas, de luchadores y mártires para salvarnos de la ambición desmedida, de la egolatría y la prepotencia. No mas mesías, ahora el pueblo es el mesías salvándose a sí mismo de sus poderosos enemigos.