Lo que hemos venido viviendo en Venezuela, esta situación de incertidumbre, de carencia de lo más necesario (incluyendo medicinas y alimentos), de inflación desmedida y de inseguridad, de ninguna manera puede atribuirse al fracaso del modelo socialista que el Comandante Chávez se empeñó en construir, sino, en todo caso, se trata del resultado de una gestión fracasada, fundada en el mismo modelo capitalista-rentista que aspirábamos sustituir, aunado a, desde luego, la participación de intereses tanto internos como externos con sus ansias de acumulación y de dominación (El imperio con sus transnacionales y los cómplices de la oligarquía criolla). La verdad es que, si existe por nuestra parte como revolucionarios algún fracaso y obviamente debemos reconocer que así es, se trata del fracaso del liderazgo que pretendió reemplazar al de Chávez y que no supo estar a la altura de las circunstancias, esto es, una dirección política y económica que se empeñó en sustituir viejos grupos económicos por nuevos grupos, viejas roscas por nuevas roscas, viejos personajes en el poder por nuevas y también no tan nuevas mafias, viejos y amañados mecanismos de control partidista por cada vez mecanismos más arbitrarios y antidemocráticos para la toma de decisiones, pero dejando intacta la naturaleza de la dinámica social y económica preexistente. Todo ello de espaldas al pueblo.
De allí la única explicación posible para que en tiempos de "revolución" se haya producido, por parte de la burguesía financiera, la más elevada tasa de acumulación de riquezas de la historia venezolana (y quizás de la historia de la humanidad), incluyendo, por supuesto, las "nuevas fortunas" que han ido gestándose a lo largo de los últimos quince años y que son de todos conocidos, algunas de las cuales incluso fueron comentadas y denunciadas por el propio Comandante Chávez. De allí también el catastrófico resultado electoral que acabamos de sufrir.
De otro lado, es imprescindible reconocer que, la orientación y voluntad del Comandante en el sentido de "cancelar la deuda social", trajo como consecuencia indudables logros en cuanto a justicia social se refiere por parte de nuestro proceso. A manera de recordatorio debería ser suficiente sólo mencionar el acceso por parte del pueblo en cuatro áreas vitales: Educación, Salud, Alimentación y Vivienda.
Esos logros, sin embargo, no son sostenibles en el tiempo si no se contrarresta la ofensiva contrarrevolucionaria de la derecha tanto interna como externa, que pretende impedir que el socialismo prospere en esta gran región del planeta como única esperanza, ya no sólo de progreso y justicia para la humanidad, sino más allá, como única esperanza de sobrevivencia de la especie humana.
El terrible resultado electoral que hoy afecta a los revolucionarios y a todo el pueblo tenemos la obligación de leerlo con ajuste a las evidencias; con una base eminentemente científica y de profunda comprensión de la verdadera crisis que nos afecta. Más allá de la muy adversa relación de curules en la Asamblea Nacional y su impacto en cuanto al balance de poder existente, nos indica, por una parte, que en nuestro pueblo y en nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana existen reservas revolucionarias importantes de carácter político y ético, que de ninguna manera pueden ser despreciadas o ignoradas, ni por la irresponsable "dirección revolucionaria" ni tampoco, y mucho menos, por la contrarrevolución abierta, so pena de cometer errores de consecuencias históricas. Todo ello está impidiendo, hasta ahora, más allá de lo que algunos autosuficientes y engreídos dirigentes piensan y a pesar de las grandes tensiones a las cuales ha venido siendo sometida la población, que un desastre mayor pueda ocurrir.
Por otra parte, puntualizamos necesariamente que no nos podemos alegrar, a pesar de nuestras innumerables advertencias, por un triunfo de la derecha fascista aún sobre las tendencias socialdemócratas y contrarrevolucionarias que hoy ejercen el poder. Nos vemos en la obligación de señalar que múltiples errores en la conducción de la producción, las finanzas y la economía, errores de dirección política incluyendo el no funcionamiento de la Dirección Nacional del PSUV, el no haber dado espacio para la construcción de las direcciones colectivas como nos ordenó Chávez, la mediatización de la política, alcahuetería y complicidad con la corrupción y el nepotismo, son las causas reales de este fracaso político histórico y exponen al proceso, en el corto plazo, a grandes retrocesos, incluso en los logros evidentes a los que nos hemos referido.
De allí que se hace necesario que el pueblo revolucionario, dotado de esa reserva que no dudamos en calificar de chavista, exija la ejecución inmediata de un programa básico de actos y medidas revolucionarias urgentes que incluyen:
1. Asumir la crisis ante el país decretando y asumiendo un período de "Emergencia Revolucionaria"
2. Renuncia inmediata del cuerpo de ministros y otros altos funcionarios y reorganización del Gabinete Ejecutivo y del Gobierno Nacional. Los ministros y el vicepresidente deben poner sus cargos a la orden del pueblo.
3. Sustitución de la Dirección Nacional del PSUV y convocatoria a un Congreso Extraordinario con carácter de constituyente y plenos poderes para la reorganización del partido. Todos los dirigentes del PSUV con altas responsabilidades políticas deben poner su cargo a la orden del pueblo.
4. Consolidar y profundizar las políticas sociales incluyentes.
5. Socialización del Sistema Financiero y del Comercio Exterior.
6. Reorganización total de las empresas estratégicas: PDVSA, CORPOELEC, de telecomunicaciones, Empresas de Guayana, Producción y distribución de alimentos.
7. Decretar una Ley "draconiana" contra la corrupción y el nepotismo.
8. En consecuencia con la declaración del período de Emergencia Revolucionaria: movilización de todas las fuerzas a favor del proceso revolucionario bolivariano y un llamado a la solidaridad internacional ante la arremetida imperialista y de sus representantes del fascismo criollo.
¡Instrumentemos el GOLPE DE TIMÓN para salvar la Revolución!
Caracas a los 09 días de diciembre de 2015.