El revés electoral, nos obliga a repensar la forma de hacer gobierno, los métodos que debemos implementar para frenar los planes del enemigo los cuales se aplican constantemente a nivel internacional e interno.
La mayoría da por hecho que los ciudadanos salieron a votar en contra del gobierno por su incapacidad de frenar la guerra económica y otros por sentir que este gobierno no podrá solucionar sus prioridades básicas. Intentaremos en pocas líneas esbozar algunas ideas las cuales permitan hacer algunas reflexiones.
El objetivo de las Misiones y Grandes Misiones Sociales:
Era saldar la llamada deuda social de la Cuarta República, recordemos que el 80% de la población venezolana vivía en la pobreza y cerca del 30% de la misma en pobreza crítica. No había acceso a la salud pública y la educación iba en vías de ser privatizada. La desnutrición infantil en un alto porcentaje sumado al escaso poder adquisitivo del pueblo tenía diezmada a la población, la cual, sin poder tener los medios de producción, estaban obligados a entregar su fuerza de trabajo sin garantías laborales y sometidos a una supra explotación.
El resultado positivo de las misiones sin el acompañamiento de la formación política, llevo a la Revolución a generar una clase media importante la cual se convierte en potencial enemigo. El que tiene título universitario quiere casa, y si logra casa la quiere bien equipada y luego no está feliz si no consigue un carro o dos. Ahora reflexionemos: ¿Estos logros son colectivos? ¿Qué resultado organizativo nos dejan?
Las Leyes socialistas: Ley de Tierras y ley del trabajo, las cuales empujaron y garantizan los Derechos básicos de los ciudadanos, pero la aprobación de las mismas sin salir de unas luchas sociales, dejan poco saldo en la conciencia de las clases sociales a las cuales protege y no terminan de internalizarlas como suyas, ni genera ni acentúa el espíritu clasista ni la conciencia de la lucha de clases. En este momento en que la burguesía intenta derogarlas, la lucha a su favor no es por decreto, debe hacerla un pueblo movilizado, porque de esta forma resultara un saldo organizativo y una experiencia de lucha. ¡A este pueblo le hace falta conquistar sus derechos, luchar y vencer ¡
Sobre el P.S.U.V.
La revolución necesita un Partido Revolucionario, un partido en movimiento, vivo todos los días. Enraizado en el pueblo y en sus luchas. Conduciendo el nacimiento de la nueva sociedad y los nuevos espacios de gobierno, refundar la República desde sus bases con una nueva geometría del poder. Esta tarea se ha detenido cuando convierten al partido en un apéndice del gobierno regional y municipal. Cada candidato en cualquier contienda electoral, pasa a ser jefe del partido y tiene la potestad de cambiar toda su estructura, lo cual lo convierte en una débil organización de poder que solo se activa en elecciones. Tampoco el papel del partido debe ser el vendedor de teléfonos y perniles, su papel es, además, de construir organización socialista, ayudar a resolver los problemas colectivos más sentidos en cada una de las comunidades, como también ser contralor y vigilante que las políticas del gobierno sean realmente aplicadas y no distorsionadas por la burocracia la cual nunca aprendió que debía transformar sus instituciones para destruir al estado burgués.
El Socialismo Productivo, la independencia agroalimentaria y la lucha contra el monopolio.
La renta petrolera y el pago de los impuestos deben invertirse en la lucha contra el monopolio de la producción de alimento. Es imperdonable que en dieciocho años de revolución no hemos sido capaces de fortalecer el aparato productivo nacional. La importación nos ha llevado a depender de las circunstancias internacionales y fáciles presas de un saboteo económico. Las carreras en las universidades públicas, sobre todo, las más recientes, deberían ser para lograr ese objetivo. No sé si es mejor comprar cien mil taxis o sembrar cien mil hectáreas.
Estas son algunas reflexiones por ahora.
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