Con esta frase, el Presidente Nicolás Maduro, calificó la victoria de la coalición opositora en las elecciones a la Asamblea Nacional. La frase no busca bajo ningún modo justificar o echarle la culpa de la derrota a alguien y de esa forma evadir la responsabilidad de la misma; por el contrario el Presidente Maduro nos invita a ver verdades que deben ser analizadas más allá de esta frase. La oposición venezolana agrupada en la autodenominada mesa de la unidad democrática, que en el fondo no es, ni practica ninguno de los términos que la definen, una muestra de ello es que en las dieciocho elecciones ganadas por el Gran Polo Patriótico nunca reconocieron su victoria, mucho menos su propia derrota, por el contrario inmediatamente cantaban fraude y decían poseer pruebas que nunca mostraron.
Luego de más de ocho meses, (yo diría de dieciocho elecciones ganadas por el PSUV y sus aliados) de cuestionamiento, críticas, acusaciones sin fundamento, donde opinaron lacayos internos y externos, el más emblemático de ellos el inefable secretario general de la O.E.A. Todos ellos acusando al C.N.E de fraudulento, tramposo, inmoral, vendido y un sinnúmero más de acusaciones, pero culminado el proceso electoral, la Presidenta del organismo comicial, Dra. Tibisay Lucena anuncia la victoria de la oposición sobre las fuerzas chavistas del Gran Polo Patriótico, ninguno de los oprobiosos ganadores canto fraude, trampa o que les robaron el triunfo. Todos aceptaron los resultados del C.N.E sin retractarse de toda la guerra sucia que hicieron contra el árbitro antes y durante el proceso electoral, no han dicho nada ni lo dirán, claro no es necesario, ganaron. Un malintencionado podría decir que el triunfo opositor no es tal, ya que según ellos lo realizó una institución tramposa, manipuladora y pare usted de contar, pero ganaron, y ahora es una institución seria a la que habrá que perfeccionar eligiendo desde la Asamblea a su nueva junta directiva y modificando algunos artículos de la normativa que la rige como por ejemplo eliminación de las máquinas capta huellas, para que así puedan votar los fieles difuntos, que ya tienen tiempo que no "ejercen" su derecho al voto. Hipócritas opositores.
La verdad es que la victoria de la oposición fue cabalgada sobre las consecuencias de una guerra económica sistemática que atacó y atentó contra los sectores más vulnerables del pueblo, es decir cabalgaron sobre el sufrimiento y las necesidades de las grandes mayorías del estamento social venezolano, sobre todo contra los más pobres y necesitados. Fue una campaña sin propuesta, sin un proyecto programático honesto y democrático que diera respuesta a los problemas denunciados por ellos y según generados por el gobierno y que nos agobian a todas y todos. No se escucharon nombres de candidatos o candidatas, el candidato era una supuesta "unidad" y sus acreedores del norte; su propuesta fue la escasez de alimento, medicinas, inflación, colas, malestar generalizado y exacerbado por los medios privados de comunicación, la manipulación y juego desmedido con el precio del dólar. La propaganda interna y externa fue propaganda de guerra psicológica contra un pueblo. El único interés de la oposición es el poder y con él la destrucción de la revolución bolivariana a través de alguna nueva ley o eliminación de las ya existentes y que se promulgaron para beneficiar al pueblo. Ya en nuestra historia contemporánea hay ejemplos extremos: A raíz de la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935 se dio un proceso al que la oposición ha hecho referencia en estos días la "transición democrática". Eleazar López Contreras en 1936 promovió la reforma de la Constitución que en su artículo 32, inciso VI, establecía: "Se consideran contrarios a la independencia, a la forma política y a la paz social de la nación, las doctrinas comunistas y anarquistas; y los que las proclamen, propaguen o practiquen, serán considerados como traidores a la patria y castigados conforme a la ley".
Por lo que hemos escuchado hasta ahora de algunos diputados "ganadores" de la oposición y me imagino que todos andan en la misma honda, es decir borrachos de poder y de triunfo lo cual al parecer les va a durar mucho tiempo, la orden es obediencia, no al pueblo que los eligió sino a sus dueños. La lengua se les soltó, y ya están atacando a medios de comunicación del sistema Nacional de Medios Públicos, a periodistas y trabajadores de esos medios, un diputado suplente llego a decir que hay que eliminar, pisotear y destruir la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión (RESORTE). Hay que abolir la Ley de precios justos, es un inconveniente para el libre mercado de la oferta y la demanda, la Ley del trabajo hay que modificarla para que beneficie a los dueños de las empresas y no a los trabajadores. Hay que sacar al Comandante Chávez del Cuartel de la Montaña, hay que cambiarlo todo, hay que deshacer todo lo que ha hecho la Revolución Bolivariana en beneficio del pueblo, hay que modificar la Constitución, hay que llamar un referéndum revocatorio, hay que sacar al Presidente Maduro.
Están ebrios de poder y triunfalismo, creen que haber ganado la Asamblea Nacional implica tener poderes supraconstitucionales, que son ellos los que mandan por encima de los demás poderes establecidos. No, diputados opositores, pisen tierra, despierten, tomen algo para la resaca o llevaran a este país al caos, al abismo y no caerá solo el chavismo sino que ellos también, sean inteligentes administren su triunfo con racionalidad y prudencia. El País, la Patria es de todas y todos
El año 2016 será un año de retos, de lucha, de batalla y de victoria frente a una oposición que viene a vengarse y no a cogobernar en conjunto con el resto de las instituciones o poderes del Estado.
Prof.
Docente universitario.