Si bien el tema de la estética es muy importante en la reflexión histórica sobre todo proceso revolucionario, en el caso presente de la Revolución Bolivariana y Chavista la alusión a la expresión específica del arte murano está hecha como metáfora de una acción que, mediada por el fuego, recoge las partículas de un "cristal" que ha sido fragmentado y al fundirlas o "refundirlas" la unifica y convierte en una pieza bella.
La metáfora se la tomo prestada a Jorge Giordani, un viejo y consecuente comunista que acompaña desde su juventud los diversos procesos revolucionarios vividos en Venezuela, hasta el presente. Ministro, al lado del Comandante Hugo Chávez en su Gobierno radical que logró prefigurar un nuevo Estado para la construcción de la independencia definitiva y la construcción de la Patria socialista, Giordani, sin evadir su corresponsabilidad en el presente fragmentado –tal como él mismo lo caracteriza- del amplio movimiento revolucionario, se suma al trabajo de crítica y la autocrítica que implica la aplicación de la tres erres (3R) al cuadrado y propone la "refundición de la República": "refundir la República, el Partido, el Gobierno, las Fuerzas Armadas del pueblo".
El arte que se genera de trabajar el cristal fragmentado o en arena y que se conoce como de Murano, por referencia a la isla de Venecia de donde llegó esa técnica a Venezuela, surge de trabajar un material que es sometido al fuego de un mil 200 grados de temperatura, hasta hacerlo moldeable.
Lo cierto es que, le tomo la metáfora a Giordani porque la presencia del fuego refundidor, en este momento cuando pensamos nuestra Revolución Bolivariana y Chavista a raíz de la derrota sufrida en la reciente batalla del pasado 6 de diciembre y que coloca en evidente peligro a la misma, es evidente y necesaria. Habrá que quemarse para hacerse unidad y avanzar hacia los fines de nuestro proceso emancipador, libertario, independentista y socialista. La crítica y la autocrítica deben ser radical y verdadera acción de revolucionarios, sin sectarismos, sin la angustiosa búsqueda de culpables en la acera de enfrente o en la dirigencia. Todas y todos debemos mirarnos sin complacencias hasta atrevernos a participar del fuego de la refundición.
Estamos en una hora menguada, el enemigo imperial nos tomó por sorpresa el campamento, perdimos una batalla ante una soldadesca de la derecha venezolana, alentada por los grandes capitales y el imperialismo yanqui. Estamos ante la inminencia de un Golpe de Estado blando y de nuestra refundición como fuerzas patrióticas y revolucionarias, dependerá el que consigamos, de verdad verdad, vencer al enemigo que, a partir del 5 de enero de 2016 estará instalado en el hemiciclo de nuestro Palacio Federal, legislando para acabar con el Gobierno Bolivariano y Chavista, derrocar a nuestro camarada Presidente y detener los avances internos, nuestroamericanos y mundiales, como esperanza de la humanidad que sigue soñando su nuevo mundo posible, postcapitalista, socialista.