Flagelantes, la caverna y la realidad

En la primera mitad del siglo XIV, Europa sufrió una serie de cambios climáticos, y una profunda crisis agrícola, lo que determinó una fuerte movilización poblacional hacia las ciudades cuyas carestías, hacinamiento, hambrunas y epidemias llevaron a esos pueblos a pensar que estaban sufriendo un castigo divino, por la corrupción de las costumbres y llevar una vida de pecados, de allí surgieron los flagelantes: "Que atravesaron una gran parte de Europa, desnudos con látigos en fila como en procesión, gritando y cantando canciones adaptadas a sus ritos" (1) Estaban convencidos que el mundo se iba a acabar. Pues no se acabó el mundo y flagelados se quedaron.

En este momento de nuestra historia lejos de la intensidad religiosa del Mundo Medieval, efectivamente no nos corresponde flagelarnos, pero si utilizar los instrumentos que la experiencia y las Ciencias Sociales nos han dado para tratar de entender la realidad, sin caer en el masoquismo ¡Ah! Es verdad que la realidad es dura y duele.

No podemos olvidar, que los venezolanos no venimos de la nada, tenemos ancestros, indios, negros, europeos, blancos de orilla, próceres independentistas. Somos mestizos e integrantes de las clases sociales de pocos recursos en su mayoría; que dependemos de modestos trabajos y empleos, y que bastantes dificultades hemos tenido en nuestro pasado con los grupos privilegiados minoritarios que primero se adueñaron de la tierra que era de todos y luego de la renta petrolera.

Es una obligación conocernos, decía Martí, "Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quiénes van a pelear juntos"; (2) refiriéndose a los pueblos de nuestra América, pero también aplicable a nuestras particularidades venezolanas. La tarea actual, es dura y compleja, Con Perogrullo podríamos decir que no es fácil hacer una revolución, no se trata de tomar simplemente el poder político, ni de hacer grandes concentraciones, excelentes discursos, creativas consignas. En otras palabras la revolución no es solamente un asunto de tarimas, tampoco es un juego de nintendo, por si hubiese dudas, en Venezuela eso quedó evidenciado durante el puntofijísmo con sus miles de muertos, torturados, desaparecidos, y encarcelados. Acompañado de aberrante pérdida de la Soberanía Nacional,

La Revolución Socialista es una aspiración social de máximo relieve, que requiere una organización de vanguardia con formación social, política y ciudadana y una permanente construcción ideológica; que realmente, sus integrantes sean militantes y no solo votos en temporadas electorales. La tarea actual política de los líderes revolucionarios venezolanos es del tamaño del planeta, pues aunque vivamos en pequeñas localidades con sus particularidades específicas, es obligante tener una perspectiva nacional e internacional, puesto que no escapamos a la perfidia de los ogros devoradores de países y cuyas influencias y acechanzas de todo orden recorren el mundo.

Para los líderes del proceso revolucionario, y a todos aquellos ciudadanos que nos identificamos con el ideal socialista, se nos plantea un reto, O escoger el camino glorioso de haber sido capaces de entender el tiempo histórico y ser leal a él. O quedarse en la pequeñez evasiva llevando frustraciones a nuestro pueblo y a la Patria Grande.

Con las elecciones parlamentarias de diciembre en nuestro país, tampoco se acabó el mundo; ni desaparecerá el proceso político hacia una revolución bolivariana socialista. Posiblemente algunos líderes ya no conducirán el proceso, es que hace rato no lo conducen con eficiencia y eso explica en parte el descalabro. De no entenderse esto y actuar en consecuencia, vendrán derrotas peores; pero por ello no se extinguirá la Revolución. El pueblo va a estar allí insistiendo en sus luchas, aun después de nosotros.

Los líderes, cualquiera sea su nivel, son observados por los pueblos, y por un juez inclemente que es la historia.

En la última década del Siglo pasado Rafael Caldera, con lo que se llamó el chiripero, llegó a la presidencia de la República, en determinadas circunstancias por lo que a nadie se le ocurrirá decir que era un pueblo calderista, cualquiera sabe que hay contextos que explican la situación. Chávez, en 1998, fue electo igualmente Presidente de la República, sería ligero también afirmar que ese pueblo elector era chavista, aquí hay que entender las particularidades de toda naturaleza, que han concurrido en estos eventos para poder acercarnos a la comprensión del hecho.

Después de dieciséis años en el gobierno, la revolución bolivariana ha sido duramente golpeada en las elecciones parlamentarias del domingo 6 de diciembre de este año 2015, es imprudente pensar que estos infaustos resultados electorales sean consecuencia de la traición del pueblo, sería el camino más fácil en el marco de cualquier análisis, ignorando paladinamente nuestras responsabilidades, pues dicen los juristas "Nadie debe alegar en su defensa, su propia torpeza". ¿Si el pueblo nos traicionó, es que acaso hubo un motivo para ello? A menos que la opinión que tengamos del pueblo sea irrespetuosa, e irresponsable, y nuestra capacidad de análisis sea corta y oportunista. Confiamos que el liderazgo fundamental, hará el mayor acopio de datos e información con la mayor disposición para corregir los entuertos, o los próximos combates los ganará el enemigo. Siempre repetiremos lo incorrecto de partir de premisas equivocadas.

Nuestras debilidades en la economía, surge como el talón de Aquiles, por ello la guerra económica hizo lo suyo y es la responsable del descalabro electoral, según algunas opiniones de dirigentes fundamentales de nuestro proceso político, pero esto no satisface a plenitud el análisis; sin que ello descalifique su importancia. Hay numerosos ejemplos en el mundo, del empleo de esta arma por el imperialismo para someter pueblos y gobiernos. Nuestras economías hace mucho son dependientes de las metrópolis, bastante se ha escrito sobre países desarrollados y subdesarrollados, además no ignoramos que hace mucho las Metrópolis nos domesticaron para el consumo de sus productos, nos crearon necesidades y las mismas las cubren algunas decenas de empresas transnacionales, y muy pocas del patio local, que manejan a su antojo entre otros alimentos y tecnologías.

Hace unos días una camarada, economista, parlamentario de la revolución decía: "Se subestimó el impacto que tenía la situación económica en la situación (…) no supimos ponernos en sintonía con lo que estaba ocurriendo en la población y en la sociedad".

Esto nos parece muy grave, pues es un hombre con alta responsabilidad en la filosofía económica de la Nación, como diputado importante en el área económica de la revolución en el Parlamento.

Pienso que hay que precisar lo de la autocritica, para evitar confusiones, pues los diagnósticos son para actuar, máxime si se tiene poder, de no ser así, se nos ocurre una pregunta ¿Quién no oye en la Revolución? ¿Quién dirige la Economía? ¿Estamos separando la Economía de la Política?

Sin ánimo de ser monotemático, pero he venido recomendando a mis amistades, leerse el Mito de la Caverna, y no se trata de arranques eruditos, pues pienso que clásicos como Platón eran bien sencillos, y esa alegoría a Sócrates, sobre la "realidad", siento que es necesaria en nuestro tiempo, ciertamente hay el riesgo de la "Cicuta", pero la verdad es dura, que cada quién decida, sobre todo si se quiere hacer una revolución.

Esta batalla aun no la ha perdido el pueblo, él es "noble y paciente", sectores importantes de nuestro pueblo saben que podrían volver "Los Heraldos Negros". Hoy estamos en mejores condiciones que ayer para las luchas revolucionarias. Chávez, hizo su trabajo y lo hizo bien, con muchos errores seguramente pero con muchos aciertos y virtudes, como corresponde a un ser humano, terrenal, de abajo, que es lo que lo hace gigante; rompió esquemas políticos, y le abrió al pueblo las "Anchas Alamedas" para la participación y el protagonismo.

Después de veinte años de producción intelectual y de activa acción guerrera, nuestro Libertador Simón Bolívar, en un mes como este el día 17, de 1830, fallece, ¿Cuanto aportaron las enfermedades y cuanto el desencanto, a extremar su gravedad? No olvidemos que una vez fallecido, y disuelta la Gran Colombia, una significativa porción de jefes militares y civiles, enloquecieron con el poder, y en Venezuela nos sembraron la IV República.

Chávez juró que los venezolanos no permitiríamos una traición como la que sufrió Bolívar, y que no regresaríamos al pasado. Por eso la tarea va a ser fuerte. Donde nosotros los hombres y mujeres de base, tendremos mucha responsabilidad, pero sin duda, los jefes o líderes, y quiénes pretendan serlo, tendrán que ser altamente eficientes, predicar con el ejemplo, pues no se trata de corear consignas, de regodearse con los aplausos y alabanzas, sino de convencernos de la fortaleza de sus convicciones y asegurar que el colectivo partidista deje de ser "masa" y de un salto a la "ciudadanía política", que el hombre y la mujer voto, dejen de ser una simple estadística. Naturalmente eso no se decreta y listo. Es una verdadera y larga tarea de formación: Ciudadana, Política, e ideológica.

LA REVOLUCION ES CULTURAL

  1. Romano Ruggiero/Tenenti Alberto/Los Fundamentos del Mundo Moderno/Edad Media Tardía, Renacimiento, Reforma/Pags, 8-9/Historia Universal del Siglo XXI, Volumen 12/Editorial Andrómeda s.a. México, 1985.

  2. Martí, José/Páginas Escogidas/Pág., 157/Tomo I, Instituto cubano del Libro, La Habana 1971.



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

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