La crisis continuará y la esperanza de cambio nacida de ese proceso electorero, se ira desvaneciendo poco a poco y llegará el momento en que los pobres del campo y la ciudad, en su diversidad plural sentirán la necesidad de reunirse, agruparse, organizarse y que divorciados totalmente de los partidos políticos y enfrentadas al fundamentalismo neoliberal y sus prácticas de gobierno, asumirán soberanamente su destino histórico, para abrir las puertas a un nuevo país, a través de una constituyente originaria, para reafirmarse y legitimarse en los valores sustantivos de la Venezuela profunda y verdaderamente bolivariana…
Después de lo que llamaron "debate electoral", donde la pobreza ideológica y política quedó demostrada con una dirigencia que no estudia ni tampoco investiga, dejando sus campañas electorales a cargo de empresas publicitarias extranjeras que de manera subliminal, le hace creer a la población que vivimos en democracia, fueron nombrados los diputados a la Asamblea Nacional donde aparece la vieja conclusión: los partidos eligen y el pueblo vota, por los candidatos que los conciliábulos de las organizaciones partidistas nombran.
¿Y que queda de todo esto? Un país azotado por el neoliberalismo, fuente energética del imperio del gran capital, escenario de ancestrales contradicciones sociales que vienen del universo pre colombino a la cometida globalizadora que hoy cumple su tarea recolonizadora, para seguir sometiendo al país a ese extractivismo salvaje, que además de llevarse nuestros recursos naturales, deja el triste saldo de pobreza para nuestra gente –claro está- bajo la complicidad del poder constituido, conformado por los partidos que hacen oposición y constituyen gobierno y de esta manera consolidar sus privilegios.
La doctrina y práctica social del neoliberalismo, en su versión venezolana, doctrina impulsada por los que dicen representar el socialismo del siglo XXI y en una "extraña" combinación y confabulación con la llamada oposición que se autodenomina democrata, es la expresión de una alianza solapada y responsable de esta crisis económica que nos agobia, producto de sus ejecutorias como élites políticas, económicas, militares, intelectuales de la llamada derecha e izquierda.
PODER DEL PUEBLO
El llamado poder del pueblo, "representado en las comunas", es utilizado de la manera más perversa por los intereses de las cúpulas corrompidas de la clase dominantes y de esa derecha endógena que dirige el PSUV y que se ha enriquecido a costa de la aspiración de un pueblo, que sigue esperanzado en una revolución que le reivindique en sus más nobles aspiraciones. Ese "poder del pueblo" es una mascarada, que opera publicitariamente como "caza bobos", utilizando a los sectores más humildes para hacerles creer que vivimos en democracia participativa y protagónica y donde se explota los sentimientos más insignes del ser humano.
Esto es posible, porque el ciclo vital de los partidos y su sistema de gobierno se ha cerrado con el despojo de la soberanía popular y su exclusión totalitaria del ejercicio de cualquier forma de poder soberano, privandolo de todo mecanismo de revitalización de las relaciones sociales y de su capacidad de inventar formas de gobierno, tal y como lo planteara nuestro Simón Rodríguez.
La crisis continuará y la esperanza de cambio nacida de ese proceso electorero, se ira desvaneciendo poco a poco y llegará el momento en que los pobres del campo y la ciudad, en su diversidad plural sentirán la necesidad de reunirse, agruparse, organizarse y que divorciados totalmente de los partidos políticos y enfrentadas al fundamentalismo neoliberal,y sus prácticas de gobierno, asumirán soberanamente su destino histórico, para abrir las puertas a un nuevo país, a través de una constituyente originaria, para reafirmarse y legitimarse en los valores sustantivos de la Venezuela profunda, que ha estado sepultada por la cultura política del realismo petrolero, para recobrar su memoria y ratificar el perfil de identidad de una nueva humanidad que avanza por el camino de la utopía en la edificación de un país distinto, de una patria digna, emancipada, donde la justicia y la libertad, la paz y el bienestar de todos sea posible. Ese es el proyecto de un país que concebimos posible e inmediato y avanzaremos en su construcción con nuestro pensamiento y acción colectiva, como alternativa a la debacle total que nos amenaza impulsada por el llamado socialismo real y el capitalismo globalizado en un nuevo escenario que nos conduzca a inventar un Tercer Camino.
LA ORIENTACIÓN DEL FLACO PRADA
Hoy, más que nunca recuerdo las orientaciones del hermano de ayer, hoy y siempre Francisco Prada Barazarte (Comandante Arauca), en sus tertulias nos decía: "Asumamos de una vez como válidas y en plena vigencia en este tiempo de confrontación inevitable lo expresado por el Ché en su memorable mensaje a la CONFERENCIA TRICONTINENTAL, realizada en la Habana 1966, resumido en las consignas: "CREAR UNO, DOS, TRES VIETNAM". Eso de continentalizar la lucha, de combatir al enemigo en el gran Teatro de Operaciones del Nuevo Mundo, esa era y esa es la estrategia vigente para alcanzar la victoria de nuestros pueblos. Nosotros, el PROYECTO UTOPÍA TERCER CAMINO ASÍ LO ASUMIMOS más que nunca tiene plena validez"
Y esto lo decía, porque estaba convencido, que la única manera de derrotar el imperio del gran capital, era y sigue siendo la unidad de todos aquellos patriotas, verdaderos demócratas y revolucionarios, que unidos bajo el estandarte del ideal bolivariano, es y representa la única manera de derrotar a los enemigos de nuestros pueblos y de la humanidad entera. "Así lo tomamos las fuerzas de reserva de nuestro pueblo representadas en todos aquellos que nos involucramos en el combate de las FUERZAS ARMADAS DE LIBERACIÓN NACIONAL (FALN), la primera batalla contra el mismo enemigo imperialista y sus aliados internos en las décadas de los años 60-70-80". (Ibídem).
Este es el objetivo central del PROYECTO UTOPÍA –TERCER CAMINO para un debate verdadero, contradictorio, de encuentros y desencuentros, polémico, de cara a la búsqueda auténtica de una ruptura para cancelar el régimen de propiedad privada para el ESTADO y la propiedad privada para los dueños del capital, impulsado por el neoliberalismo del socialismo del siglo XXI junto a sus aliados estratégicos representado por los grupos socialdemócratas disfrazados de oposición, para construir la nueva Civilización que hunda sus raíces en nuestra ética, en nuestra estética, en nuestros orígenes, que aliente la afirmación de emancipación irrenunciable de esta humanidad, de este continente.
A los revolucionarios del gobierno que vienen siendo excluidos y se ven acorralados en todas sus instancias les angustia y lo discuten con nosotros. Ellos nos han venido estimulando a lanzar esta propuesta y promover este debate.
Porque ciertamente se ha intensificado el conflicto por la hegemonía en el seno del estado, en el aparato del gobierno, en todas las instancias del poder civil y militar. Y los factores revolucionarios más auténticos vienen siendo desplazados; y la vieja burguesía, la más tradicional de la IV república, servidora del imperio ha entrado en alianza con la nueva burguesía de la V república de origen burocrático, que se ha fortalecido en el poder y desbrozado el camino para la nueva alianza que se viene gestando.