"En el siglo XVI, la Italia consistía de innumerables principados independientes que con frecuencia estaban en guerras unos con otros. Cuando un príncipe conquistaba una ciudad vecina, algunas veces creaba conflictos entre los ciudadanos conquistados. Esto era una manera efectiva de mantener el control político del pueblo ya que las interminables peleas entre los vencidos impedían que se comprometieran en acciones contra el conquistador. No había gran preocupación por los motivos por los cuales la gente disputaba, siempre y cuando se mantuvieran valientemente peleando uno con otro y no contra el príncipe conquistador."
Los dioses del Edén.
William Bramley
¿Por qué peleamos?
Las precipitadas y destempladas declaraciones del dinosaurio Henry Ramos Allup, al ofender a los comunicadores de la Asamblea Nacional y prometer un cierre técnico de ANTV, más allá de una bravuconada es un claro indicio del primer paso que dará la nueva Asamblea Nacional en manos de la oposición liderada por la MUD. Y si alguien tiene dudas al respecto, sólo tiene que echar una miradita al sur de nuestro continente: en Argentina mr. Macri pretende imponer una Ley de Medios a la medida de sus aspiraciones gubernamentales. Esto porque los medios de comunicación juegan un papel decisorio en el devenir de los conflictos sociales que se generan por las medidas políticas y económicas que cualquier gobierno toma en función de sus intereses que obviamente no son los mismos de quienes los eligieron. Una vez que se establecen diferencias ideológicas, los medios asumen su rol de tergiversación y control de las masas, alimentando el conflicto hasta alcanzar puntos bien definidos por los manuales de operación sicológica como LA DISOCIACIÓN SICÓTICA. En este estado la gente es fácilmente manipulable, un color, un comentario, una imagen, se convierten en razón suficiente para la acción-reacción del uno contra el otro. Algunos creen que defienden causas políticamente correctas ya que los medios de comunicación se encargan en nombre de la libertad de expresión, de "explicarles" a través de sus tanques de pensamiento (intelectuales, expertos en cualquier cosa y palangristas) que la realidad que les describen es la única. No aprendemos de nuestro pasado y eso agrava la situación. Durante el paro petrolero y el golpe de estado contra nuestro eterno Comandante fuimos testigos de primera mano de ese rol criminal. El gobierno nacional a fracasado rotundamente en su accionar para contrarrestar tan infame proceder y ello conduce irremediablemente a un estado de indefensión de las masas que a llegado al extremo de hacer que el pueblo tome acciones políticamente incorrectas, como votar en contra de sus propios intereses porque les vendieron la idea de que el voto es un mecanismo de PREMIO/CASTIGO y no un ejercicio soberano de democracia para elegir a los mejores líderes.
Ya lo he dicho en artículos anteriores, un estado de guerra, de la naturaleza que sea, requiere medidas de guerra directamente proporcionales. Las leyes deben estar ajustadas a las situaciones y circunstancias de cada escenario político, económico, cultural o social, y en un mundo tan cambiante como en el que vivimos actualmente, el legislador debe apuntar a prevenir racionalmente estos escenarios. El control de los medios es vital para un sano ejercicio del poder, sea cual sea su naturaleza, dejarlos A SU LIBRE EXPRESIÓN constituye un desliz político de incalculables consecuencias. No podemos asumir que éstos son imparciales, porque su permanencia en la sociedad depende proporcionalmente de su capacidad de obtener recursos a partir del manejo de la información y de los aliados que les proporcionen esos recursos. En Chile un periódico (el Mercurio) patrocinó el derrocamiento de Salvador Allende y solapó las violaciones de derechos humanos que aplicó sistemáticamente el dictador Augusto Pinochet. En Venezuela, TODOS LOS MEDIOS PRIVADOS DE COMUNICACIÓN atentaron contra los intereses supremos del pueblo, cartelizados bajo la égida de la embajada norteamericana, condujeron un paro petrolero—patronal y un golpe de estado y hoy son los principales promotores de una guerra económica que el gobierno y la población reconocen como cierta pero que no saben cómo combatir. La razón es muy simple: NO SABEMOS CONTRA QUIÉN LUCHAMOS. Hasta tanto no se les de rostros, nombres y apellidos a quienes patrocinan esta guerra económica, somos presa fácil de la manipulación y nuestras fuerzas se vuelven contra nosotros mismos. Controlar los medios de comunicación no significa censurarlos necesariamente, control implica la aplicación de reglas claras de juego, transparencia, eficiencia en la aplicación de las leyes para que no reine la impunidad. La confrontación es un mal argumento para controlarlos porque lejos de lograr ese objetivo, se exacerban en sus intenciones al contar con un aparato mediático capaz de generar matrices en cuestión de segundos. El caso de los ¿familiares? de la primera combatiente Cilia Flores es un ejemplo contundente de ello. Al momento del evento todos los medios audiovisuales e impresos locales, nacionales e internacionales le dieron cobertura de primera plana a la noticia, condenándolos a priori sin siquiera saber cual era el delito y desinformando sobre la evolución del caso, hoy, que se declararon como NO CULPABLES en el juicio que se les sigue en un tribunal de Nueva York, el 95 % de los medios que los "acusaron" de narcotraficantes ni se han "enterado" de esa noticia. Pero sepan que esta noticia en su momento, fue una dura puñalada a la Revolución. En Argentina el diario El Clarín se declaró en guerra permanente contra el gobierno de Cristina Fernández y logró su objetivo de sacar al kisnerismo del poder a favor de un candidato que hoy está dispuesto a pagar la factura desde el poder alcanzado, con creces a favor de sus dueños.
Entonces, el porque peleamos chavistas y anti chavistas, opositores y pro gobierno, pobres contra pobres, es el uso que los poderosos de siempre le dan a unos medios de comunicación que vendieron su alma al mejor postor, que invisibilizan logros y alcances positivos del gobierno y magnifican los errores y fallas propias de cualquier gestión gubernamental que de paso está infiltrada desde el principio por elementos desestabilizadores que consideran la crítica y la auto crítica como acciones que atacan al sistema y no a ellos directamente, causándole un daño irreparable a la revolución, a menos que se les identifique y anule efectivamente. Muchos opositores que leen en Aporrea y leerán este artículo por recomendación, a ellos les digo que todo error es susceptible de corrección, que el bien o el mal son relativos, nada bueno es totalmente bueno ni nada malo es totalmente malo. La falsa unidad que invoca la oposición está teñida de sangre, la unidad que predica el chavismo es una utopía irrealizable mientras su discurso socialista no se nivele al pueblo y se bajen de sus pedestales los cuadros de liderazgo que se visten de falsa modestia y pregonan una igualdad que sólo ellos se creen. La oposición que asumirá la Asamblea Nacional tiene un compromiso con quienes los llevaron a esa instancia, la oligarquía y los burgueses dueños de los medios de comunicación privados, pretenderán gobernar de espaldas al pueblo, a espaldas de opositores y la de los chavistas, pero al final TODOS SOMOS UNO SOLO Y EL CAMBIO VENDRÁ, pero no el que ellos pregonan, sino el cambio que nosotros mismos nos sabremos dar en nuestro encuentro como pueblo al desandar los caminos hacia un mismo destino. PORQUE SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO. No permitamos que nadie nos divida, porque divididos somos presa fácil del enemigo que desde las sombras nos pretende dominar y despojarnos de lo más preciado que tenemos en común: LA PATRIA.
NO EXISTE UN TERCER PARTIDO QUE JUEGUE A FAVOR DEL PUEBLO, EL QUE EXISTE JUEGA A SU FAVOR Y NOS TIENE PELEANDO Y NO DESCANSARÁ HASTA VERNOS RENDIDOS A TODOS A SUS PIES.
@macfidelio2010