La derrota del 6D, por supuesto, que tiene dos padres, aún cuando el análisis de ADN diga lo contrario, porque las derrotas pueden tener varios progenitores y ese es el caso venezolano. Veamos quienes son esas criaturas responsables de que la MUD haya logrado 112 escaños: en primer lugar está la derrota ideológica, que fue previa a la electoral. Lo ideológico tiene dos vertientes: el reformismo socialdemócrata, que es de vieja data en el PSUV, y el revisionismo kurscheviano del PCV y de otros grupos de izquierda que militan en el Polo Patriótico.
Identificados los padres de la criatura, veamos ahora los errores que se cometieron. Yo en particular alerté a mediados de año un posible triunfo de la MUD, pero me faltó mayor énfasis en estos planteamientos. En cuanto al PSUV recae la mayor responsabilidad porque atribuyen la derrota a la guerra económica que nunca existió y al dólar today, cuando que su error fue no hacerle caso al finado Chávez que les dejó en su testamento el mandato de profundizar el socialismo y él no regresó de ese camino. La encargada de contrariar el mandato fue la pequeña burguesía que tomó por asalto al palacio de Miraflores y de allí no ha salido todavía, esperando un concubinato con los dueños de la economía venezolana. Y a la cual asistirá la MUD a regañadientes.
Los revisionistas, ya señalados, se pasaron todo el tiempo en la calle y en la AN, apoyando la no profundización del socialismo, porque no querían que sus aliados, el PSUV se enfadara y la critica constructiva y revolucionaria brilló por su ausencia, prueba de ello es avalar lo de la guerra económica, poniéndole otro nombre y siendo acrítico cuando se discutió el presupuesto nacional del 2016, o cuando se estimulaba a las pequeñas y medianas empresas agroindustriales, a la cuales Lenín llamaba el semillero del capitalismo. Son muchos los otros señalamientos que se podrán hacer, pero no hay espacio en este artículo para hacerlo. El imperialismo contento con los errores de los reformistas y de los revisionistas, se sentaron a las puertas de su embajada a ver pasar el cadáver de su enemigo.