Talón de Aquiles en tiempos de guerra

El Presidente Maduro acaba de aprobar 10 leyes vía habilitante destinadas a preservar los logros, que en materia jurídica están destinadas a la defensa de los derechos del pueblo y de la nación Realmente son herramientas eficaces ya que constituyen diques jurídicos para contener la avalancha neoliberal que se avecina, después de la victoria electoral de la derecha el pasado 6D, y para lo cual se está preparando de diferentes modos, formas y modalidades.

Es una buena decisión y un excelente esfuerzo. Tenemos una buena base jurídica, la mejor del mundo contemporáneo. Tenemos un mapa construido por el Cte. Chávez, el Plan de la Patria, en el cual se visualizan los objetivos que deben ser alcanzados para lograr la revolución socialista. Tenemos los aliados, sin embargo, considero que no es suficiente. Hay toda una estructura de concepción, operativa y política por construir si queremos mantener la revolución socialista bolivariana.

En primer lugar, es fundamental y urgente crear el ejército que maneje las armas, las herramientas de combate, la vanguardia, la retaguardia, los flancos, la reserva. Que va a ir a las zonas de combate (comunidades, barriadas, asentamientos campesinos, pescadores, nuevos urbanismos, fábricas, instituciones públicas, empresas privadas, cooperativas, urbanizaciones, comunas, etc.) reclutando, formando, educando, comprometiendo, incorporando, concienciando, convenciendo sobre la necesidad histórica de mantener, fortalecer, profundizar el proceso revolucionario.

Que vaya al frente en el proceso de construir los espacios comunitarios en verdaderas comunidades socialistas (Escuelas, fábricas, instituciones públicas, CDIs, Módulos de Barrio Adentro, Bases de Misiones, Nuevos Urbanismos). Que se ponga al frente de las brigadas de voluntarios. Que sea el primero en incorporarse al proceso de producción agrícola, pecuaria, piscícola. Que sus efectivos sean los primeros en formar parte de los huertos familiares, comunales, urbanos. Que elaboren, que ejecuten, que encabecen los proyectos para la producción artesanal, medicina natural, empresas de ropa, zapatos. Que sean capitanes de pequeñas flotas de pescadores para surtir a las comunidades.

Que sean supervisores y fiscalizadores de los procesos económicos populares en las comunidades (ejecución de los proyectos, denuncia de acaparamiento, escases, especulación, bachaqueo). Que sean capaces y así lo hagan de reconocer e identificar a corruptos, acaparadores, matraqueadores, revendedores de los productos de primera necesidad y los productos de sociales del estado (Mi casa bien equipada, cemento, cabilla, vehículos, equipos electrónicos, viviendas) a los que sobornan, a los traficantes, delincuentes, paramilitares.

Que prepare a los que van a formar a las comunidades, al pueblo, a la gente, para que comprendan el alcance de la revolución, que sepan defender sus derechos, que sean militantes de un proyecto que garantice el futuro, no sólo de nuestra patria, sino de la humanidad entera. Que capacite que van a preparar a los cuadros, a los dirigentes, a los nuevos funcionarios públicos, al nuevo ciudadano revolucionario, con una ética y moral socialista, basada en la honestidad, la inclusión, eficiencia y eficacia revolucionaria, justicia social. Todo esto con fin de construir la nueva ciudadanía que rompa con los vicios, las perversiones, el rentismo petrolero, las deformaciones, el individualismo, el consumismo heredado de la IV República e impuesto por los centros hegemónicos de poder para dominarnos y convertirnos en esclavos de la economía y la cultura neoliberal.

Un ejército que sea multiplicador de las acciones del gobierno, de las acciones exitosas, pero que sea crítico de los errores (consciente o inconscientemente) por parte de los funcionarios públicos.

Un ejército que sustituya a muchos de los efectivos (de alto medio y bajo rango) que hasta ahora se han encargado de la ejecución de las líneas gubernamentales ya que no han respondido a las exigencias, a los deseos del Cte. Chávez, y mucho menos a las demandas de un pueblo que reclama atención, solución sus problemas más ingentes, que no han sido capaz de construir una revolución, una nueva patria y que han reproducido la vieja práctica clientelar, la corrupción, la desidia, el enriquecimiento personal y la burocracia y la ineficiencia gerencial.

Un ejército que legitime las ejecutorias exitosas demostradas de muchos de sus efectivos que han ocupado cargos políticos y funciones de gobierno, que reconozca sus logros, sus aciertos, que critique sus errores; pero que también fustigue, castigue a los ineptos, a los que han mostrado inefectividad manifiesta y comprobada, a los que han mostrado incapacidad política y gerencial. El pueblo lo reclama.

Se debe trasformar la estructura del Partido. Debe cambiarse su concepción; esa concepción clientelar, electoralista, estática, inflexible, que ha devenido en una suma estéril de grupos, grupitos, corrientes, corrienticas, espacios de poder; que ha conculcado la discusión y la crítica, que se ha convertido en un aparato dogmático comandado por dirigentes "neoacomodados", "boliburgueses", "aristócratas de nuevo cuño" que mucho daño ha hecho a la revolución y al pensamiento del Comandante Eterno y cuya evidencia más reciente lo constituye la derrota en el proceso electoral reciente.

Debe construirse un aparato político donde prime el centralismo democrático, el debate político, la crítica y autocrítica, la rotación permanente de los liderazgos, la revisión de los proyectos, la participación y la consulta permanente a la base. Un partido que no sólo sea un aparato electoral sino un equipo formado políticamente en ideas y obra, organizado para la formación de sus militantes, de las bases políticas y sociales, con una nueva visión de la sociedad, una cultura política, una ética socialista y una moral basada en los valores de la honestidad, participación ciudadana, sencillez y protagonismo social. Un partido que conduzca al pueblo a conquistar nuevos logros sociales, nuevos derechos ciudadanos, nuevos líderes, nuevos militantes, nuevas victorias, a profundizar y expandir la revolución.

He aquí "El Talón de Aquiles" de nuestro proceso revolucionario. El pragmatismo electoral, con sus vicios clientelares, con sus prácticas de compra-venta de votos, profundizó las perversidades políticas y desvirtuó lo que en inició era un proyecto incluyente y de justicia social, convirtiéndolo, de hecho, en un proyecto populista.

No se educó al pueblo con el significado de inclusión, de justicia social, de deuda social, sino que se generó, a todos los niveles del gobierno (Ministerios, Gobernaciones, Alcadías), reparto a granel de recursos económicos, insumos, alimentos, equipos electrodomésticos, celulares, etc., a los Consejos Comunales, Comunas, estudiantes, población en general, como si fueran donativos hechos por personas, individualidades (Ministros, Gobernadores, Alcaldes, Presidentes de Fundaciones y Corporaciones, etc.), sin explicar el carácter social del otorgamiento de los mismos, su significado histórico y político. Es decir, el proyecto político y social se pervirtió por una práctica personalista que vende la figura del funcionario y no el contenido político y social. Se comenzó a evaluar la gestión por las dádivas y no por las ejecutorias económicas ni los progresos sociales, ni los logros políticos.

Y los logros, los avances sociales y políticos estuvieron ocultos. No hubo una política de difusión, de socialización al pueblo. Parece ser un gobierno clandestino, con algunas "ráfagas" en las cuales se divulgaba, parcialmente y parcamente, la acción oficial. Se prohibía la propaganda, la publicidad de las obras hechas por los entes del gobierno, es decir, todo permaneció en secreto. No se generaron recursos para los medios alternativos, los cuales adolecen de equipos, presupuesto para funcionar, y pare Ud. de contar. Mientras la derecha dice lo que le da la gana…y hasta por los medios oficiales y los supuestamentes chavistas ¡Que tal !

A escasos días del proceso electoral para elegir alcaldes y concejales, a menos escasos días para elegir gobernadores y por supuesto, la solicitud de revocatorio por parte de la oposición, que constituye una espada de Damocles, la tarea no es fácil, y el tiempo transcurre sin avisorarse movimientos dirigidos a la construcción de un proceso revolucionario que venga del pueblo y valla al pueblo. Hay un marasmo incomprensible que parece indicar que todo seguirá como está, que no hay voluntad para el cambio radical en la gerencia gubernamental. Y por lo tanto, los resultados de los procesos venideros tendrán los mismos resultados de los del pasado 6D, ya que el bachaqueo, el contrabando de extracción, la escasez, el acaparamiento, la especulación, la inflación galopante, la corrupción "se parecen igualitas". En el gobierno continúan los mismos funcionarios que colaboraron en la debacle electoral. Y todos "vista a la derecha".

Múltiples son los llamados que se han hecho para que el Pte. Maduro, active un proceso inmediato que permita surtir al país de alimentos, de productos de primera necesidad, de repuestos automotrices medicinas, y que lleguen al pueblo. Que lleguen baterías, cauchos a precios asequibles, que detenga la inflación, que se asegure la seguridad ciudadana, que se acabe la corrupción, la "matraca", el "bájate de la mula".

Presidente Maduro, como comandante en jefe de las fuerzas revolucionarias debe saber que un ejército sin proyectiles, cansado, desmoralizado, sin un Estado Mayor comprometido y efectivo, sin oficiales probos, sin entrenamiento, sin sentido de pertenencia, sin mecanismos eficientes para visualizar al enemigo, para detectar los peligros y amenazas. Sin capacidad para divulgar sus logros, sus éxitos, sin capacidad de comunicación con el pueblo es un ejército condenado a la derrota, al fracaso.

Proceda Presidente. El pueblo sigue confiando en Ud. Proceda antes que sea demasiado tarde. Es ahora o nunca.

Hasta la victoria siempre. Venceremos

carrodcas@gmail.com



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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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