Esta situación no mengua para nada los intereses y reivindicaciones surgidas en el seno de las masas populares. Que siguen proyectando como tarea principal la organización y la movilización consciente.
Escogimos el camino pacifico para la construcción de una nueva sociedad y entendemos los riesgos que significan la formalidad y la legalidad burguesas para el avance en la concreción de nuestros planes.
La sociedad moderna creó un inmenso e intrincado complejo ideológico para concederse todo el derecho de sostener sus leyes de explotación. Lo que está detrás de la fachada entre la vía pacífica y la legalidad, es la preservación de los esquemas políticos burgueses, las ideas desarrolladas por el capitalismo, la posición de preservar los procesos políticos, los estilos diplomáticos, la conservación de los mecanismos democráticos del sistema para frenar toda expresión social de transformación y mantener en el marco de la estructura burguesa la protesta social razonada.
Muy a menudo oímos expresar que el estado y la burguesía van de la mano en su accionar contra la posibilidad revolucionaria y actúan así por su naturaleza misma.
Desde la óptica de los pueblos la cosa cambia, no nos dejaremos embaucar esta vez, porque hemos descubierto en muchos de los argumentos que esgrimen los beneficiarios del poder delegado por nosotros, la evasión progresiva de la dinámica que se acepta seguir, y no es otra que la de estirar al máximo la democracia burguesa y sus bondades para quienes adquieren condición de integrados.
Otra necesidad que se hace visible en el nuevo escenario político es la de reconsiderar la utilidad de partidos políticos que nacidos en el fragor de la lucha revolucionaria y que teniendo la imperiosa tarea de convertirse en instrumento de control, han derivado en instancias clientelares que solo aspiran su participación en el reparto de cuotas de poder y hacerse parte de la legión de privilegiados que viven de la renta.
Los síntomas de la desviación de la senda revolucionaria hacen evidentes la rectificación pero no en el escenario post electoral, ni tampoco en el marco de la disminución de ingresos por la caída de los precios del petróleo…
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