El "tal muerto de la guaya" como lo aludió el inefable Henry Lisandro y los "otros tales 42 muertos de la guarimba", no fueron consecuencia de la acción represiva del Estado a protestas cívicas o ciudadanas, como lo expresó el presidente de la AN, eso lo sabe Henry Lisando más que nadie.
El actual Presidente del Parlamento sabe, como todos, que esas muertes fueron propiciadas como una vía insurreccional para precisamente obligar al gobierno a reprimir y a generar, en este caso sí, una considerable cantidad de muertos que colocaría al gobierno al margen de los derechos humanos.
Esa vía insurreccional fue derrotada políticamente por el gobierno del Presidente Maduro, pero fueron inevitable las 43 muertes y en el caso de los funcionarios militares y policiales responsables de algunas de ellas han sido debidamente sometidos a la justicia; pero el caso es que ahora los socios de Leopoldo López, jefe indiscutible de ese plan, pujan por aprobar en la Asamblea Nacional una Ley de Amnistía que lo exonere de los 13 años de cárcel a la que lo sometió la justicia por ser promotor de incendio intencional, de daños a la propiedad pública y asociación para delinquir.
Henry Lisandro está consciente de que Leopoldo López, junto a otros dirigentes de extrema derecha, pusieron en marcha un plan político (La Salida), con un alto componente de violencia de calle para inducir una feroz represión del gobierno con lo que el chavismo perdería su legitimidad y su legalidad. Ese plan fracaso rotundamente y por eso, la justicia venezolana se impuso y Leopoldo debe continuar pagando el precio de hacer política al margen de la Ley y de la institucionalidad.
Claro, Henry, un adeco de vieja data, sabe que la Ley de Amnistía es una bandera que ellos mantendrán izada y más allá de cualquier negociación que lleven a cabo con el gobierno, a los fines de atender la crisis económica que se vive, insistirán en imponer la "impunidad" a Leopoldo y a quienes son responsables de los crímenes como resultado de la Salida.
Habrá que esperar que la presión política que ejercerán los factores de la derecha, ahora que controlan el Parlamento, sobre el gobierno no permita que se imponga la injusticia y que Leopoldo López sea liberado de la condena a la que ha sido sometido.
El tal muerto de la guaya, así como los otros tales 42 venezolanos y venezolanas asesinados merecen justicia. No puede haber paz si no se hace justicia.