En economía como ciencia social cualquier medida se dirige o se debe dirigir a la gente y es precisamente la gente la que sufre y soporta el embate del ataque a la economía y sus procesos. Lease, producción, distribución, entidad monetaria, valor de la moneda, salarios, inversión social y Subsidios, cualquier política económica debe considerar atacar la coyuntura, medidas efectivas inmediatas y otras en plazos nunca mayores de seis meses. Estas consideraciones la impone la realidad y la experiencia si se ha aprendido algo es que la peor medida es no tomar ninguna. Acá comienza en nuestro concepto la extensión de esta crisis económica que por cierto no es debido al mal estado de la economía. Por el contrario, estamos en presencia de una economía en cierto modo desordenada, no obstante ello, existen niveles de producción e importaciones que permiten abastecer a buena parte de la población, el empleo formal se mantiene en niveles aceptables, lo cual desdice que la economía no funciona.
Lo dicho con anterioridad, nos lleva a plantearnos el tema del contrabando y la extracción de alimentos y combustibles e inmediatamente nos sumergimos en el tema de los subsidios y nos hacemos la pregunta siguiente: Porqué la gente hace colas interminables, porqué existen los llamados bachaqueros, porqué se llevan la gasolina y respondemos: básicamente porque existen los subsidios. Ahora bien, ciertamente los subsidios han representado un acierto porque evitaron que existiera una referencia para el consumo, no obstante, ha representado el lugar común para crear desordenes habituales en la economía.
Al menos ya el ciudadano Presidente anunció el incremento del precio de la gasolina que debe incluir el diesel y el fulloil, lo que en razón del porcentaje que se fije, equivaldría a la desaparición de la extracción de combustibles. Sucedería lo mismo
En realidad y lo digo sin empacho, que en economía hay ciertas leyes creadas en el contexto capitalista y que a veces las manejamos sin enterarnos y allí es donde hay que comenzar el debate de una nueva economía sin complejos académicos ni dogmas económicos en búsqueda de un mejor nivel de vida de la población. Aferrarnos a la inobservancia de ciertas medidas nos llevaría a ejercitar la creatividad en materia económica. Como economista no clásico por calificarlo de alguna manera, me atrevo a asegurar que las ciencias sociales se deben armonizar con la realidad concreta y debe ser esta la que nos dicte el manejo de la conciencia en función de lo que se debe obtener y no adelantarnos a resultados obtenidos en el contexto viejo y desgastado del determinismo económico conocido. O inventamos o nos convertimos en repetidores de dogmas económicos.
Ahora bien, la economía mundial pasa por una crisis que aunque no es terminal aún, presenta síntomas iguales o superiores a la gran depresión de finales de los años treinta del siglo XX y es la economía financiera mundial la que se resquebraja día a día y representa para el capitalismo mundial con EEUU a la cabeza y sus aliados europeos perdida de la hegemonía y más aún cuando el Banco creado por China de Infraestructura ha devenido en participación de países como Inglaterra, Alemania entre otros. Y es precisamente nuestro país estando en el ojo del huracán , quien advierte amenazas dado que particularmente EEUU parece encaminado a tratar de recuperar Latinoamérica, en ese contexto el país requiere tomar medidas de carácter urgente y cuyos elementos contenidos en el Decreto de Emergencia Económica, deben ser aplicados en tiempo perentorio, eso sí en el contexto de la política económica general.