La agricultura urbana es una actividad que se desarrolla en pequeños espacios de los centros poblados urbanos, por lo que tiene una importancia estratégica al momento de pensar en el futuro sustentable de las sociedades cada vez más urbanas. Son innumerables las experiencias exitosas que en este sentido se pueden mencionar, tanto de países desarrollados como de países en desarrollo.
A través de la agricultura urbana las familias y comunidades pueden producir rubros agrícolas para el autoconsumo y para la venta en pequeña escala a otros consumidores. También esta modalidad de agricultura puede ser utilizada para la recuperación y mejora de espacios urbanos con fines paisajísticos y de armonía con el entorno, así como para que niños, jóvenes, adultos y adultos mayores participen de formas organizativas con propósitos educativos, recreativos y de terapia ocupacional.
Cinco pasos son claves para desarrollar exitosamente la agricultura urbana en un país como Venezuela, a saber:
1. Realizar un registro de las personas que ya están desarrollando actividades de agricultura urbana, para luego identificar diferentes modalidades que pueden ser tomadas en cuenta como modelos a ser reproducidos.
2. Crear una estructura organizativa que pueda realizar actividades de promoción, educativas, organizativas y de monitoreo relacionadas con la agricultura urbana.
3. Desarrollar programas educativos que sean sostenibles en el tiempo y en el espacio, para incentivar las actividades de agricultura urbana en los grupos etarios de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.
4. Desarrollar programas de información y comunicación, de carácter masivo, sostenidas en el tiempo y en el espacio, para mostrar experiencias exitosas y técnicas relacionadas con la agricultura urbana.
5. Apoyar técnicamente y con insumos a las personas, familias y comunidades que muestren su interés en desarrollar actividades de agricultura urbana.
Como bien ya ha sido señalado, la agricultura urbana debe ser concebida como una actividad progresiva, de reproducción lenta en los espacios urbanos, que requiere de mucha educación y comunicación, como una filosofía de vida y como un mecanismo de producción complementaria del sustento diario.
