Llegada la derecha política al poder, en concreto a la Asamblea Nacional, lógicamente su propósito es ejercer su sagrada religión de comprar y vender, en concordancia con su formación y vocación capitalistas y de libre mercado. Un filón de montaña que surge a su vista son las edificaciones de la Gran Misión Vivienda Venezuela, es decir, un millón de viviendas. Una desafiante tajada.
El objetivo es tomarlas y venderlas, como primera medida de un parlamento con mayoría calificada y la orientación descrito. Lo único que habría que hacer es presentar la ley para que sea aprobada y lo demás, reordenamiento jurídico en la materia, se haría sobre la marcha. Además, se trata de un primer paso: muchos otros rubros a ser modificados y tomados luego esperan en la larga lista de apropiación del parlamento neoliberal y capitalista recién estrenado. La vida es un mercado, por encima de cualquier otra pasión humana; nada que ver con tombolas, como dice el dicho. Restan por ahí otros conceptos, entreverados en esas leyes que facilitan a la gente lo que en casta norma capitalista debiera ser comprado: terrenos rurales, neveras, cocinas, vehículos, televisores, etc. Largo es el trabajo de revertir la tortilla política a como siempre ha estado en Venezuela, mandando el don dinero preponderantemente y la influencia de países padrinos en la materia, como los EE.UU., nada más para mencionar a uno sólo y poner a temblar a un montón de patas-en-el-suelo.
Le encomendaron al diputado Julio Borges (apodado "estafa" o "maqueta" por sus adversarios) la punta de lanza para clavar la ley que posibilitará la reversión en materia inmobiliaria: La Ley de Otorgamiento de Títulos de Propiedad a Beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela (LOTPBGMVV). Se la escribieron las inmobiliarias, explicándole detalladamente los puntos a priorizar en en su aprobación, no olvidando recordarle que la misión es comprar apartamentos y terrenos libremente, como se hace en cualquier país capitalista, como se hacía en la Venezuela "normal" del pasado. Vale resaltar que, tratándose de gente monetarista que compra y vende, o que se compra y se vende porque las personas en su sistema también son mercancías, al diputado Julio Borges tienen que haberle prometido las inmobiliarias un buen pago por sus gestiones ante la Asamblea Nacional. ¡Vamos, pues, se trata de ser un buen alumno, ¿no?
Pero hay un problema. Esas viviendas la construyeron los adversos, los socialistas, los chavistas, los de la izquierda, esa corriente loca que incomprensiblemente prioriza (al menos en la doctrina) los rasgos de humanidad y conciencia del hombre por encima del dinero, y se dedica a realizar el trabajo político con gente que no huele precisamente a perfumes costosos ni es dueña de casi nada. El problema de fondo es que, para entregar ese millón de viviendas, el gobierno construyó un piso legal donde sobre el cual se inventaron dos conceptos que frontalmente se oponen al proyecto de titularidad que el cejijunto Borges trae al tapete con su cheque y empresas inmobiliarias: la propiedad familiar y la multifamiliar. ¡Qué mala vaina! ¿A quién diablos le importa que esos urbanismos estén llenos de gente cuasi miserable que no dan la talla como ciudadanos del capitalismo redentor, muchos de ellos damnificados, despaturrados, gente en general que no merece estar allí porque no pagó un centavo y los locos socialistas se la pusieron bajito para que subiera desde su barro originario a un plano de concreto?
La propiedad individual que adelanta el proyecto del diputado "Maqueta" choca, pues, con la susodicha propiedad familiar y multifamiliar especificada en los artículos 9 y 10 de la Ley del Régimen de Propiedad de las viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela (LRPVGMVV): el piso es de la unidad familiar y las llamadas áreas comunes de la edificación (terrenos, azoteas, espacios deportivos, etc.) son de las familias (propiedad multi). La ley "maqueta" del diputado Julio Borges (maqueta por lo que de estafa comporta) consiste en transformarlas (a la propiedad familiar y multi) en propiedad individual "sin que pueda darse a estas denominaciones calificativos de propiedad colectiva o social que desnaturalicen la entidad y el alcance con los cuales el titular de este derecho puede ejercer los atributos inherentes al mismo"; y ya se sabe que el "alcance" es que el beneficiario pueda "disponer libremente de su propiedad conforme a lo establecido en el artículo 545 del Código Civil" y así, ¡alabado sea ese 1% más rico del mundo!, concretar el mandato del Art. 11 de la LOTPBGMVV : la venta.
¡Ah, dinero, cómo eres amado por encima del dolor humano! A cada vacilación de diputado seguro es que las inmobiliarias le contesten con la agitación del cheque frente a su rostro. ¿O es que no se trata de un sistema capitalista, de compra-venta, de lo que él habla? ¿Vendrán a decir que nadie le paga? Los seres humanos son cartelitos con precios que caminan por las calles.
Molestan esos términos "familiar" y "multifamiliar" de tan horrible LRPVGMVV. Hermoso, en letras de oro, tendría que brillar el término "individual". Molesta que las familias damnificadas no puedan vender ipso facto el piso que el Estado les adjudicó, así no lo hayan pagado mediante sus cómodas cuotas o sus hijos no se hayan estabilizado aún en el colegio; molesta que se tenga que reportar en los primero años a la Inmobiliaria Nacional cualquier acción de venta; molesta que exista una Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda (2011) que permita agilizar la obtención de espacios para construir urbanismos; molesta que exista, también, una Ley para la Determinación del Justiprecio de Bienes Inmuebles en los Casos de Expropiaciones de Emergencia con fines de Poblamiento y Habitabilidad (2012) que establezca un mecanismo expedito para que el Ejecutivo Nacional pueda determinar el precio justo de los inmuebles, el cual
se obtiene por el promedio aritmético de la variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor, la tasa de interés pasiva nominal de los depósitos a plazo superiores a 90 días y la tasa de interés activa nominal promedio ponderada, todos estos valores publicados por el Banco Central de Venezuela (BCV). (Rojas, Rubén. "Ley de la derecha le pone el ojo a terrenos". Ciudad CCS. Caracas, 30 ene 2016. P. 16).
Molesta, en fin, con la nueva Asamblea Nacional, la familia venezolana y mucho más sin en el bolsillo no tiene plata.
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