Chávez, la alimentación y la vivienda

En estos tiempos de capitalismo en crisis y desaforado, con sus guerras, muerte y expansión de la pobreza y el hambre; varios países con el dedo en el gatillo nuclear y un Papa en peregrinaje mundial, me impulsa a abrir la Biblia y allí leo lo ocurrido en la Semana de la Creación, a propósito de nuestra actual vida terrenal.

Según se describe en el Génesis el Creador ordena que el día Tercero: "Produzca la tierra hortalizas, plantas que den semillas, y árboles frutales que por toda la tierra den fruto con su semilla dentro, cada uno según su especie". El Quinto, día puso en las aguas a los peces y en la tierra a los otros animales. Y después de resuelta la alimentación, al Sexto día creó al hombre y a la mujer para que poblaran ese inmenso territorio construyendo lo que le viniese en gana.

Hablar de Chávez, hoy en Venezuela, con frescura, intentando objetividad, es una tarea dura, controversial, por cuanto estamos en un álgido conflicto político-ideológico, donde la pasión y la emotividad nos sesga. Como dicen algunos amigos historiadores, siguiendo viejas consejas del oficio; serán historiadores del futuro, que podrán ventilar este tiempo, con muchos datos y criterio científico, ánimos diferentes, y en un ambiente distinto.

Sin embargo, hay una realidad que se empina por encima de la mezquindad, el egoísmo y la gran influencia e intereses de los grupos minoritarios, económicos, y políticos, responsables históricos de las desigualdades y dependencia foránea de nuestra nación.

He llegado a pensar, que el triunfo de Chávez, en las elecciones de 1998, pudo haber sido visto como una oportunidad, por los sectores tradicionalmente dominantes, responsables del envilecimiento y desfalco de la nación, durante los cuarenta años anteriores, para desembarazarse circunstancialmente del poder, refrescarse, lavarse las manos, ocultarse y luego tener a quien culpar, de las dificultades que necesariamente, atravesaría el país dada la realidad heredada.

Pero la historia ni es circular, ni lineal, y los hombres y mujeres, no siempre deben ser encajonados en esquemas, olvidándose de los principios, la formación familiar y personal, la lealtad a los ancestros lejanos y cercanos, a la identificación con los orígenes sociales, a las ideas recogidas en el camino e incorporados a sus acervos culturales, políticos e ideológicos.

Pero había algo que gravitaba en ese pasado, y tenía mucho peso, y eran las políticas terroristas con las cuales habíamos sido gobernados, miles de muertes, de torturados y encarcelados, una inmensa pérdida de talentos que aún claman por justicia. Chávez como militar tuvo cercanías al poder, y fue testigo como muchos venezolanos, de la masacre del 27 de febrero de 1989, realizada por militares y policías. El Presidente Chávez, tenía razones superiores para no ceder ante las clases dominantes y repetir la historia de los pusilánimes.

En la segunda década del siglo XX, los campesinos que trabajaban en forma semiesclava para los hacendados del cacao, el café y los propietarios de los grandes hatos, empezaron a migrar hacia las compañías petroleras que los empleaban con mejor salario en las rudas tareas de la exploración y explotación de los hidrocarburos. Se empezaron a crear caseríos y pueblos cercanos a los campamentos, y mientras crecían estas actividades y el Estado empezaba a recibir mayores regalías (royalty) y algunos impuestos, los hacendados y criadores fueron perdiendo capacidad productiva y optaron por ocupaciones más rentables: Banqueros, Contratistas del Estado o de los trust petroleros o comerciantes importadores. Pudiéramos decir que la oligarquía terrateniente pasó a ser burguesía nacional.

Las ciudades importantes, recibieron a una población cada vez más creciente, que escapaba de la pobreza y la miseria a la que tradicionalmente los había sometido sus patrones. Esos venezolanos, se ocuparon de construir sus ranchos, de cualquier material deleznable, en quebradas y cerros. Allí empezó a anidar se durante años una gigantesca deuda social, cuya reparación es de alto tenor sociológico, político, urbanístico, ideológico y financiero.

Pero este crecimiento de las ciudades, está asociado a modelos económico-sociales. En la segunda mitad del siglo XVIII, la Revolución Industrial europea, dio lugar a la movilización de fuertes contingentes de la población campesina, a las ciudades, formándose ejércitos de trabajadores, hombres mujeres y niños, cuya abundante oferta de mano de obra facilitaba el envilecimiento de los salarios. Fueron los años de la gran industria textil y otros bienes, particularmente en Inglaterra. Por cierto de estos predios de Carabobo y Aragua, se exportaban grandes cargamentos de Índigo (Añil) planta tintórea muy apreciada por la industria textil en ese tiempo.

Ahora bien, la alta concentración poblacional en nuestras ciudades importantes, y el inmenso territorio desocupado, atiende al modelo que el capitalismo nos asignó en la economía mundial, como productor petrolero. Por ello este tema más temprano que tarde ha de ser debatido intensamente pues colide con los propósitos de la sociedad socialista que recoge el Plan de la Patria. Las empresas de construcción y los propietarios de las tierras urbanas, han sido los grandes beneficiarios del modelo capitalista de la concentración urbana, allí han tenido un excelente filón, con la construcción de viviendas para las clases altas y medias.

.Es innegable, que Chávez, tenía una percepción integral, holística, él también migró de la tierra al asfalto, del pueblo de Venezuela adentro a la gran ciudad, sin separarse del paisaje, color y sociedad local, es decir de su cultura. En la publicación del 07/10/2012 "Golpe de Timón, nos encontramos con un cuerpo de ideas muy claras, es una síntesis de alto vuelo y a la vez profunda, veamos:

"Por eso la revolución política es previa a la económica. Siempre tiene que ser así: primero revolución política, liberación política y luego viene la revolución económica. Hay que mantener la liberación política y de allí la batalla política que es permanente, la batalla cultural, la batalla social"

Chávez, vinculaba la construcción de viviendas con zonas productivas, pues es lógico, los habitantes de una vivienda, tienen que vivir, tienen que producir, por ello insistía:

"Creemos que la carretera es el objetivo, ¿será el ferrocarril el objetivo?, ¿Será la carretera el objetivo? ¿O cambiar toda la relación geográfica- humano socio territorial y cultural de sus inmediaciones a lo largo de un eje? Este último si es, pero a veces no lo queremos entender, a veces no, casi nunca lo entendemos".

El planeta está amenazado nuclearmente, si llega a ocurrir algún error, posiblemente no saldremos ilesos, pero independientemente de ello, tenemos que trabajar con visión de futuro. En lo nacional también hay fuertes amenazas de eliminar los logros sociales y avances democráticos, impedir la posibilidad de ir hacia el modelo socialista e imponer y repetir un proyecto neoliberal, que demasiada pobreza, exclusión y muerte produjo en nuestro pasado. Para avanzar hay que lograr confianza y credibilidad entre nosotros y el pueblo, también hay que reconocer, que algo ha pasado en el liderazgo de la revolución, después de la siembra de Chávez, sería que no lo entendimos a él y a sus ideas "a veces no lo queremos entender, a veces no, casi nunca lo entendemos".

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

Rafael Castro



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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