Cinco cuentos de camino
1) Los encorbatados
Es una especie de hombre (aunque alguna que otra mujer suele hacerlo también, en menor cuantía, por aquello de que las féminas le meten menos al ridículo) que usa la corbata indiscriminadamente. Es decir, sin reparar en formas tales, ni de tiempo ni de espacio. Propio de un género de personaje caricaturesco que existe en la pantalla chica, conocido en el medio ambiente como "galán de telenovela", que no se quita la corbata ni para hacer pupú. Ni que esté parlando con el mismísimo demonio en la quinta paila del infierno. Oriundo de la zona de convergencia intertropical a lo largo y ancho del Caribe, y aunque pareciera en la tv, un ser templado, nadie sabe cómo sobrelleva en lo íntimo, las altas temperaturas ecuatoriales estando literalmente ahorcado. Despunta al alba encorbatado Desayuna, cruza la piscina, la cancha de tenis, los sets laborales (oficinas, casinos, bares, etc., su espacio natural), y deambula por los aposentos domésticos (alcobas, baños, etc.) a altas horas de la madrugada, encorbatado; a veces con la pijama o la bata, por encima de la corbata como otrora lo hiciera otro gran ridículo, el que usaba el interior por encima de la maya (el mentado superman).
Yo digo que solo a nuestros entusiastas caribeños les cabe la denominación de encorbatados, no solo porque llevan con estoicismo, algunos con mucha dignidad, el símbolo con que la colonia les recuerda que aun hoy son unos cogidos a lazo, sino porque no se le puede acuñar la tendencia a quien la crea. No podemos decir que los europeos, o los occidentales, o todos aquellos que quieran parecérseles, ya sean orientales o asiáticos, con plena conciencia de ello, son unos encorbatados; puesto que ellos la inventaron y que por demás, les luce. He de reconocer que un gentleman se ve muy bien con su corbata o su corbatín, aun cuando estos rayen en el delirio de la ridiculez.
Pero además es una connotación. El encorbatado representa, más allá de sí mismo, , a los opresores, propietarios. Gente con mucho poder, que usa la corbata, en su lenguaje semiótico, para diferenciarse radicalmente de aquellos a los que oprime; al trabajador, al obrero, al campesino, al asalariado, a los pobres en general, con los cuales no compartirá suerte alguna, más allá de la esclavitud, pero siempre en calidad de amo y de blanco.
El que usa una corbata, envía un mensaje. Dice con ello, que representa o pertenece a una clase, que por demás es la alta, la goda, la mantuana. Advenida de los colonos europeos. Si no es así, alguien podría explicarme, en su sano juicio, o con algún argumento válido ¿Por qué la usa? La ligereza pudiera responder que es cuestión de protocolo, de estilos y normas, de etiqueta. ¡Está bien pué! Otros pudieran esgrimir: usos y procedimientos de ambientes laborales. Pura paja. Es el mismo peo de siempre: hay que disfrazar al negro, feo, pequeño, moreno, iletrado, mulato, pobre, enfermo, indio; para que por lo menos, en los ambientes en los que hay que soportarlos, se parezca lo más posible, a sus opresores.
El zambo bembón que aparece en la pantalla del canal del sistema nacional de medios públicos, con una enorme corbata anudada a su garganta, está diciendo que la única forma de ser aceptado por la cultura visual del receptor, que es occidental por excelencia, es que de alguna manera tiene que claudicar en la resistencia de su identidad étnica, diluyéndola detrás de un poderoso icono eurocentrista.
El servidor público, funcionario, dirigente, político sagaz, líder del proceso, que cuando anda pateando la calle en su perfil de apóstol de la revolución, se viste de franelita roja, y sudado, arrastrado por las multitudes de los barrios, se mimetiza entre sus congéneres de clase y de lucha como el guerrillero urbano entre el pueblo, como el pez en el agua, como el camello en el ojo de aguja; y luego se encorbata para dirigirse a ese mismo pueblo desde los espacios solemnes, ataviados de burguesía y atropellados por una oligarquía omnipresente ¿Qué mensaje envía?
La corbata es mala compañera, sobre todo cuando la usan los encorbatados, los que menos pueden explicarla, los recién llegados a esa peligrosa costumbre de ponerse el uniforme del enemigo.
El chavismo es emancipación cultural