Poetisa, educadora, diplomática y feminista chilena que se dio a conocer como Gabriela Mistral. Fue su nombre real Lucila de María Godoy Alcayaga, quien se adelantó a su época una vez que rechazó ese único papel que la sociedad le confería a la mujer, el de esposa y madre, para hacer de su profesión un acto de devoción, y de la escritura su pasión.
Debido a que en ella se formó, perteneció a la izquierda. Nació en Vicuña, Chile, en 07 de abril de 1889, y muere el 10 de enero de 1957 en Nueva York a los 67 años. Esencialmente poeta. También ensayista. Su poesía es sencilla e íntima. Poemas como Todo es ronda y Corderito, se los dedicó a los niños, quienes se transformaron en los personajes de su obra poética, una vez que se inspiró en ellos cuando ejerció su profesión de maestra en sectores rurales.
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La poesía es mujer
En el momento en el que le tocó vivir, en Chile, concretamente, la literatura se balanceaba entre dos tendencias: una centrada en las vanguardias europeas, como Vicente Huidobro, fundador del creacionismo, o Pablo Neruda, exponente del surrealismo; y otra orientada hacia el modernismo haciéndose eco de una poesía más sencilla, aquí se encuentra la obra de Gabriela Mistral.
Su poesía en sus inicios derivó un estilo personal, un lenguaje simple y coloquial. A los quince años publicó sus primeros poemas en periódicos locales como El Coquimbo y en La Voz de Elqui. De manera autodidacta porque no tenía dinero para ingresar a una universidad, empezó a estudiar para maestra, y en 1910 obtuvo el título cuando convalidó sus conocimientos ante la Escuela Normal Nº 1 de Santiago.
En 1914 se consagró como poeta en los Juegos Florales de la capital de Chile, cuando Los sonetos de la muerte, de su libro Desolación, testimonio de un amor roto por una tragedia, fueron merecedores de un premio literario.
En 1917 publicó Selva Lírica que la da a conocer como una de las más grandes poetas chilenas. Y hasta esa fecha utilizó su nombre verdadero, ya que, debido a su admiración tanto por el italiano Gabriel D’ Annunzio como por el francés Frédérick Mistral, empezó a utilizar su seudónimo con el que la conocemos todos.
Su obra poética de tendencia modernista, tiene la influencia de Rubén Darío en la ausencia de retórica y lenguaje coloquial. Su temática predilecta fue la maternidad a pesar de que no fue madre biológica, además del amor, la comunión con la naturaleza americana y la muerte como destino. Se convirtió en la primera escritora iberoamericana premiada con el Nobel en 1945. Y el Premio Nacional de Literatura de Chile lo recibió en 1951.
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La feminista Mistral
Al dedicarse de lleno a la escritura y a la enseñanza, encarnó en sí misma un modelo atípico de mujer para su época. Y con ello renunció al ideal femenino de la que cuida a su esposo e hijos, los cuales nunca tuvo aunque crió un sobrino, o hijo adoptado para algunos.
Su obra es la creación de un discurso desde lo femenino que desenmascara la literatura patriarcal dominante con una poesía intimista que le permite expresar abiertamente sus emociones, sentimientos e impresiones desde su voz y condición de mujer. Además, luchó por la igualdad de la mujer con el hombre y por el voto.
Asimismo, en su ensayo La instrucción de la mujer, publicado en 1906, propone un revolucionario paradigma femenino, donde expresa "porque la mujer instruida deja de ser ese ser desvalido que débil para luchar con la miseria acaba por venderse miserablemente si sus fuerzas físicas no le permiten ese trabajo".
Añade "instruir a la mujer es hacerla digna y levantarla. Abrirle un campo más vasto de porvenir, es arrancar a la depredación muchas de sus víctimas".
Luchadora por la igualdad:
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Con su poesía de tono intimista y lenguaje sencillo, Gabriela Mistral se dio a conocer como una de las grandes escritoras de su tiempo.
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Con valores como el de luchadora social, combatió las injusticias, la sumisión y la represión, y creyó en un mundo sin exclusión alguna.