¿Colombia una Turquía en América Latina?

"La metáfora de la mano invisible inventada por Adam Smith y abusada por los economistas vulgares sólo sirve para invisibilizar las manos de quienes en verdad controlan y regulan la producción y comercialización de bienes y, por tanto, los precios".

Luis Salas

A pesar de la reacción positiva asumida por los venezolanos ante el aumento de los precios de la gasolina, en la frontera colombiana los bachaqueros y contrabandistas - mejor conocidos como pimpineros - se han reactivado y manejan nuevos márgenes de ganancia para los grandes "capos", quienes gracias a los altos volúmenes de ingresos por el contrabando ven incrementadas sus cuentas bancarias en dólares.

Como ya es del conocimiento de todos los venezolanos, el mayor contrabando de combustible apoyado con una gran logística y una red de transporte de gran calado (barcos, gandolas y camiones) se ha incrementado. Este hecho exige un mayor control por parte de quienes vigilan la frontera como los cuerpos de seguridad del Estado y en especial la GNB.

Es del conocimiento público la millonaria cantidad de barriles de gasolina que se fugan hacia Colombia (casi un millón de barriles/día, ver cifras de Pdvsa) mientras que en el hermano país, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos protege legalmente ese mercado a través de una red de cooperativas, con un alarmante ingreso en dólares que luego son reinvertidos en el mercado paralelo - conocido como "dólar today" - para financiar la guerra económica contra Venezuela.

Cuando en nuestro país se ha reactivado una lucha frontal contra la corrupción y se han develado mafias en el mercado de alimentos (Caso Bicentenario), ya el pueblo muy sabiamente también comenta que "pagan los pendejos" mientras los "peces gordos" siguen vivitos y coleando y más aún, protegidos por instituciones del propio Estado las cuales también están penetradas por estas mafias del contrabando.

La mano peluda que ha tejido toda esta red de corrupción, expresada en una guerra económica, busca acabar con la Revolución Bolivariana y pide la renuncia del Presidente Maduro a través de sus operadores políticos de la oposición en la Asamblea Nacional.

Además de afianzar toda una estructura macabra que trastoca nuestra economía, destruye los valores, enfrenta pueblo contra pueblo a través del mercado de alimentos lo cual requiere medidas inmediatas y más drásticas por parte del Estado venezolano.

"La guerra económica es la condición de posibilidad del fascismo. La vía para desesperar a la población trabajadora, desorientarla, desmoralizarla y atizar el odio entre ella, sustituyendo el ideal socialista por la rapiña especulativa fascista". (Las 24 claves para entender y combatir la Guerra Económica, clave 13; Luis Salas)

Paralelamente al anterior panorama que tuvo una incidencia directa en el resultado electoral del 6D, ahora el cuadro después de la reciente medida del aumento de la gasolina por parte del Gobierno, los opositores desesperados buscan una nueva bandera y activan una estrategia que los lleve a derrotar al heredero de Chávez, el presidente de la República Nicolás Maduro.

Ante cada medida de la Revolución Bolivariana contra la guerra económica, la oposición activa sus mecanismos y actúa como siempre con sus cartas marcadas y su doble cara; es decir, con una estrategia de distracción en la Asamblea Nacional y otra en la calle, con sus operadores guarimberos unidos a los contrabandistas quienes articulados desde Colombia y los centros de poder financian y consiguen el respaldo de la oligarquía parasitaria de Venezuela.

El gobierno revolucionario ha dado pasos para frenar los ataques continuados de la oposición, la cual responde con nuevas medidas no sólo respaldadas por el imperio norteamericano sino por las mafias orquestadas desde Bogotá, Miami y Madrid.

Estas mafias están articuladas y reciben un gran apoyo logístico, gracias al contrabando en la frontera. El fenómeno de una Turquía en América Latina (ver caso de guerra contra Siria) apenas comienza y requiere de estrategias y medidas urgentes de seguridad más efectivas por parte del Estado venezolano.

La acción a través de la FANB y su plan OLP debe ser continua, permanente y no epiléptica. De una manera conjunta y coordinada la acción cívico-militar es la única manera de frenar un plan que ya se ha manifestado en los últimos días en la capital, con apagones que estimulan el caos sectorial; cosa que no es casual.

A pesar de estar en tiempos de guerra de quinta generación debemos mantener la calma y la cordura para frenar a tiempo los ataques y el desangramiento, producido por la guerra económica atizada desde Colombia (Turquía de América). Esta va más allá del bachaqueo de alimentos, medicinas y del contrabando de la gasolina en la frontera venezolana con los estados Zulia, Táchira, Apure y Amazonas.

¡Alerta pueblo! … porque en guerra avisada no muere soldado…

¡Amanecerá y veremos!

 



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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