Toby Valderrama, ha sacado un artículo, publicado en "Aporrea.org", el martes 23 de febrero titulado "La revolución espera que la clase obrera cumpla su papel histórico", en donde tiene "medio razón" (Algo así como que la mujer está "medio preñada"). En donde hace un diagnostico casi completamente acertado, pero la receta es un veneno, de tomársela el enfermo se muere, es hasta preferible que siga enfermo, que así, al menos, sigue vivo. Veamos.
Empieza el articulista, aquí en comento, como buen chavista, el es el culpable del mal, pero los culpables son otros, todo el mundo menos él, diciendo que pocas veces la clase obrera en estos 17 años (Lo denomina "chavismo"), pocas veces han tenido la condición de clase, la condición de clase alegada por él es que "..la clase obrera no es una aglomeración de obreros, sino los obreros organizados y ubicados en la disputa por la dirección de la sociedad."; es decir, "la clase obrera para sí.", cosa esta que es falso, puesto que los trabajadores del país tuvieron un rol protagónico en el triunfo electoral de Hugo Chávez Frías el 6-D-1998, como también lo tuvieron durante el proceso constituyente 1999-2000, y ni se diga cuando el golpe suave de abril-2002, lo que pasó que casi no se notó su presencia, producto del gran error histórico, a consecuencia de la falta de una vanguardia de izquierda revolucionaria, que tuvo no solo la clase obrera sino todo el pueblo, cual fue darle "un cheque en blanco" a Hugo Rafael Chávez Frías.
Pero luego de decir esta premisa falsa, inmediatamente se le prende el bombillo y dice: "La clase obrera petrolera aparece con fuerza en los días del sabotaje petrolero, aquellos fueron tiempos de heroísmo, los obreros reconocieron la fuerza de su unión, hicieron consciente su poder.", aunque después agrega "Sin embargo, no pudieron organizarse ni fijarse metas políticas, se diluyeron en la persecución de los meritócratas".
Detengámonos un poco en esta cuarta estación (La primera es la del 6-D-98, la segunda y tercera, el proceso constituyente 99-00 y abril-2002, respectivamente), y vemos que en el paro petrolero golpista, es cierto lo que dice Valderrama "días de heroísmo" del proletariado petrolero, no hace falta ahondar sobre esto, pero luego el tal "diluir" en la persecutoria de la meritocracia, no es otra cosa sino que una vez la clase obrera haber hecho el gasto, la tarea del indio, como fue derrotar el complot, inmediatamente la pequeña burguesía, la cual se metió debajo de la cama, ante el rugido de estos meritócratas, retomó la dirección del proceso y le arrebata las palmas del triunfo a los trabajadores y a gente del pueblo que espontáneamente se volcó a las instalaciones petroleras para ponerlas a funcionar ante el sabotaje.
Esta "pequeña burguesía", en donde entre ellos hay burócratas partidistas y sindicaleros "bolivarianos" y "socialistas", retoma la dirección del proceso y asalta la dirección de PDVSA, que trabajadores y pueblo se la habían arrebatado con lucha y cojones a la meritocracia pitiyanqui, acto de arribismo y trepador que pudo concretarse porque contó con el aval de la burocracia petrolera, brazo derecho de Hugo Rafael Chávez Frías, en donde están precisamente Alí Rodríguez Araque y el mecenas de Toby y hoy presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, pro tempore Rafael Ramírez.
La meritocracia al verse derrotada, mando a su gente a que se reincorporase al trabajo, al igual que "telegrafió" a la gente de EDELCA en Guayana, que se preparaba desde Guri para un paro eléctrico que se interconectaba con el paro petrolero, que lo desactivasen, este es el "diluir en la persecución a la meritocracia", a que se refiere Toby Valderrama; la meritocracia se volvió a meter a PDVSA, en puestos claves y protagónicos y más bien los trabajadores y pueblo "vencedores de la meritocracia" fueron despedidos y sacados a patadas de las instalaciones de PDVSA, por instrucciones de esa burocracia chavista, mano derecha de Hugo Chávez Frías.
Igual pasó unos años después en Guayana cuando se logra revertir la privatización de SIDOR y se renacionaliza la empresa y se logra imponer un plan de industrialización y de autogestión (Control obrero), el plan Guayana socialista, planes estos que fueron revertidos, saboteados, dinamitados y por supuesto eliminados, por la alianza de la burguesía parasitaria tradicional y la nueva boliburguesía, conjuntamente con la burocracia del PSUV, quien utilizó para ello al sindicalerismo "bolivariano", "socialista" como punta de lanza, fuerza de choque, en donde el actual presidente de la republica, desde la cancillería jugó un rol protagónico, y este no daba un paso sino contaba con la autorización o la orden del "Comandante Eterno".
El problema no fue haber perseguido a la meritocracia, que se merecía ser perseguida y ser puesta a buen resguardo en cárcel segura, el problema fue la dirección política del movimiento obrero petrolero, en general, y de Guayana, ambos vanguardia del proletariado venezolano, más que su dirección política sus "operadores políticos", que lo fueron y lo siguen siendo por obra y gracia del caudillismo de Hugo Chávez Frías y el culto a la personalidad que se ha creado en su entorno y ha opacado e impedido que surja un liderazgo de los trabajadores y del pueblo en general.
En otras palabras, y a guisa de conclusión, si los trabajadores no han tomado la vanguardia del proceso bolivariano revolucionario venezolano, ha sido por culpa de aquel "cheque en blanco" que se le dio a Hugo Chávez Frías, por falta de una vanguardia de izquierda revolucionaria preclara en este país, que creó un caudillismo y culto a la personalidad en su entorno, cuestión esta que bajo su amparo se ha consolidado una burocracia traidora y entreguista que ha impulsado un paquete de corte neoliberal y ha cedido la soberanía del lomito de Venezuela como la faja petrolera del Orinoco y pronto lo hará con el arco minero y otros lomitos mas; y lo peor de todo, que es lo más triste de todo, es que todas estas traiciones y entregas se hacen a nombre del socialismo, de la revolución del bolivarianismo, de la izquierda.